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29 de mayo de 2010

Ciclo de cine clásico USA (2) 'Easy Rider', de Dennis Hopper / In Memoriam, Dennis Hopper

29 de mayo 2010. Murió Dennis Hopper, a los 74 años, víctima del cáncer de próstata y un divorcio enquistado el gran Dennis Hopper, el enorme secundario, que si bien participó, como todos, en algunas películas olvidables siempre será recordado por sus personalísimos papeles en algunas de las grandes películas de la Historia del cine, a las que siempre mejoró con su presencia luciendo su gepeto socarrón y fumetas, como en las magníficas "El amigo americano" de Wim Wenders (Der Amerikanische Freund, 1977), "La ley de la calle" de Francis Ford Coppola, (Rumble Fish, 1977), "Terciopelo azul" de David Lynch (Blue Velvet, 1986) o "Amor a quemarropa"de Tony Scott (True romance, 1993). De esta última extraemos una estupenda escena con Christopher Walken. El personaje de Hopper sabe que sera torturado por el mafioso Walken si se niega a delatar a su propio hijo, por lo que emplea un recurso desesperado para escapar del dolor y la traición. Son cinco minutos de gran cine y grandes actores.

Sin olvidar claro cuando nos condujo con su alucinada mirada junto al capitán Willard por los dominios del Dios Kurtz en una de nuestras películas favoritas, Apocalypse Now (Francis F. Coppola, 1979) o cuando dirigió la que fue su primera y mejor película como director, "Easy Rider", realizada en 1969 (año fantastichen por varias razones) junto a Peter Fonda y Jack Nicholson, en la que volcó su pensamiento independiente e iconoclasta para constituir un enorme canto a la libertad física y de espíritu y que contribuyó a agitar de contracultura y pensamiento independiente las mentes de millones de estadounidenses empantanados en una sociedad ombliguista y aún muy conservadora.

"Nadie se había visto a sí mismo en las películas hasta entonces. La gente fumaba porros y tomaba LSD por todo el país pero en el cine seguían viendo a Doris Day y a Rock Hudson" dijo de aquel filme Hopper, con el que se llevó el premio al mejor director novel en el festival de Cannes en 1969. "El impacto de Easy Rider, sobre los cineastas y sobre la industria fue seísmico" escribió el crítico Peter Biskind en 1998 en su libro Easy Riders, Raging Bulls: How the Sex-Drugs-And-Rock 'N' Roll Generation Saved Hollywood. El triumvirato protagonista, que también incluía a Peter Fonda, renegaba de Hollywood. "Para ellos aquella película fue la demostración de que podías batir a la industria en su propio terreno, podías drogarte, expresarte y además, ganar dinero", escribió Biskind. (El País)

Así pues, para terminar nuestro homenaje a Hopper les ofrecemos "Easy Rider" (en impagable v.o.s.) a quien quiera pasearse un rato por los tiempos de la marihuana, el LSD,el pop-rock, el pacifismo y la crisis del sueño americano al lado del gran actor de Dodge City, Kansas. Larga vida a Dennis Hopper.

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6 de mayo de 2010

Estupor y Temblores (9) Retratos de la Colombia en guerra

Les ofrecemos un nuevo y estupendo documental de En Portada (subido por Bizzentte) que nos ofrece una mirada valiente a los desplazados por la terrible guerra civil que asola el país sudamericano desde hace más de 50 años, las víctimas inocentes y muchas veces ignoradas de la lucha despiadada entre grupos guerrilleros terroristas como las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) o el ELN (Ejército de Liberación Nacional), de ideología marxista-leninista y los grupos paramilitares de extrema derecha, financiados todos por el narcotráfico y las fuerzas armadas colombianas. 

Retratos de la Colombia en guerra


En apariencia, trabajar en Colombia es fácil. Los colombianos hablan nuestro mismo idioma, y con una precisión envidiable. Los colombianos son amables y exquisitamente educados... Bueno, la mayoría porque hay algunos que cambiaron por balas el noble arte de la dialéctica. Y los colombianos -o la inmensa mayoría de ellos- encierran torrentes de historias interesantísimas, muchas de ellas estremecedoras. Por eso para un periodista es fácil, en apariencia, trabajar en Colombia.


Pero Colombia no es un país de apariencias, es un país casi incomprensible. Cada aldea y cada pueblo... Y cada río y cada vereda tienen su pequeña historia. Y todas esas pequeñas historias -con sus víctimas y sus victimarios- configuran, unidas, un mapa fragmentado, inabordable. Un país casi incomprensible.

Retratos de la Colombia en guerra nació del deseo-necesidad de una compañera del programa, Yolanda Sobero, de contar el drama de millones y millones de colombianos que en un momento de sus vidas, casi siempre dramático, tuvieron que juntar sus bártulos y abandonarlo todo. Todo. Yolanda no pudo ir y Susana Jiménez, José Manuel Frean, Irene Martín, Javier Mula y yo mismo asumimos el reto.

Los protagonistas toman la palabra

Si uno quiere aproximarse a la verdad de Colombia no tiene otra alternativa que viajar. Acercarse a los rincones en los que el Estado tiró la toalla hace años y preguntar a sus vecinos.

Nada más aterrizar en Bogotá iniciamos un periplo hacia uno de esos rincones. Fueron dos días de viaje ininterrumpido hasta llegar a la aldea de Bajo Grande. Vuelos domésticos en compañías locales, largos y pesados trayectos en coche por carreteras tortuosas, travesías en lancha por los ríos de una de las selvas más húmedas de todo el planeta... Y así, dos días después, llegamos a Bajo Grande y preguntamos a un indígena wounaan qué siente cuando llega un guerrillero o un paramilitar y le obliga, fusil en mano, a abandonar su cabaña... La pregunta es simple, pero encierra todas las impotencias que sufren los colombianos desde hace decenas de años.

Y en la aldea indígena -como en otras aldeas afrocolombianas, o en los barrios marginales de Soacha o en los suburbios de Montería- cumplimos uno de los objetivos prioritarios de En Portada: dar voz a las personas a las que nunca nadie les ha puesto un micrófono.Retratos de la Colombia en guerra entra también en las vidas de desplazados que siguen amenazados a pesar de llevar años huyendo; de los que se desplazan con escolta; de las madres que se resisten a entregar a sus hijos a la causa de los violentos; de los que sencillamente están resignados a esperar la muerte o, como en el caso deDeyanira -nuestro hilo conductor-, de los que plantaron cara a los paramilitares por pura y simple coherencia a sus principios.