Este es el blog. Y esta es nuestra web, está todo más ordenadito, mejor.

21 de septiembre de 2010

Vocabulario Fundamental. Leopardo (2) Leopardo del Amur


Para nuestra segunda entrada sobre el gatazo moteado de nuestros sueños, el leopardo y sus subespecies que aún sobreviven en el mundo, nos ocupamos del leopardo del Amur (Panthera pardus orientalis) con una población en libertad de 30 a 35 ejemplares, el felino más amenazado del mundo, más incluso que nuestro lince ibérico (que sigue muriendo tiroteado por tarados en Doñana y alrededores). Una población agonizante que ni siquiera asegura la necesaria variabilidad genética que garantizara la viabilidad futura de la especie en su hábitat natural pues para ello se necesitarían al menos 100 ejemplares en libertad.

Esta subespecie se extendía por la Península de Corea, nordeste de China y el sureste de Rusia; la mayor parte de su territorio se correspondía con el del tigre de Siberia. En la actualidad sólo se encuentran en las montañas Sikhote-Alin, cerca de Vladivostok, en la Siberia rusa.

La destrucción de su habitat y la caza furtiva para conseguir su bella piel le han condenado a una casi segura extinción en libertad, después de la cual ya sólo podrá existir en el espacio adocenado de algunos parques zoológicos perdiendo para siempre sus ancestrales artes de caza y supervivencia en la Naturaleza.

Afortunadamente y como suele suceder en estos casos y ante la dejación cómplice de los gobiernos existen algunas ONG rusas e internacionales que intentan retrasar la fecha nefasta en que aquellos parajes remotos del mundo pierdan esta joya de la Naturaleza. La ALTA (Amur Leopard and Tiger Alliance) y la Amur Leopard Conservation (también en Facebook) intentan tapar la hemorragia con su esfuerzo desesperado y las contribuciones de sus socios y simpatizantes (si alguien quiere hacer una contribución a través de su Paypal contará con nuestro agradecimiento sincero). De su página publicamos este video:



Hasta aquí nuestro homenaje a este animal maravilloso a quien la codicia y la estupidez humanas, una vez más de la mano, han llevado al borde del colapso lo que parte el alma del Juez Roy Bean. Corre leopardo, corre...



Entradas relacionadas: Vocabulario Fundamental. Leopardo (I) Leopardo africano

Talento desde Río de la Plata (4) Entrevistas a Jorge Luis Borges (1976) / (1980)

Les ofrecemos las dos impagables entrevistas que el periodista Joaquín Soler Serrano, recientemente fallecido, realizó al escritor argentino de mente y cultura inacabables Jorge Luis Borges en el programa "A fondo" de TVE, la primera allá por 1976 y la segunda en 1980. Gracias Fátima por el chivatazo.


Jaoquín Soler Serrano fue un periodista de larguísima trayectoria en radio y televisión que protagonizó una de las series de entrevistas más valiosas de la historia de la televisión española, quizá la más valiosa. En su programa “A fondo” entrevistó (sin cuestionarios ingeniosos, dejándolos hablar, de una manera incisiva y educada) a personajes de la cultura como
Josep Pla, Borges, Dalí, Cortázar, Cela, Onetti

Unos testimonios periodísticos de un valor incalculable en una época en que la televisión pública servía para algo más que dar carreras de motos, concursos y programas del corazón. El cineasta y hombre inquieto
Gonzalo Herralde tuvo la buena idea (y el coraje romántico) de reeditar en una colección de vídeos una selección de esas entrevistas de los años 70 que, vistas ahora, resultan una entrañable máquina del tiempo que resucita a algunos de los mejores escritores del siglo XX.

Es verdad que a veces ese estilo de la época con el blanco y negro, la falta de ritmo, la austeridad a la que ya no estamos acostumbrados… puede generar un cierto amodorramiento en el espectador, pero es lo que hace, precisamente, que esas entrevistas tengan más vida y menos espejismo de lo que nos tiene acostumbrados la televisión contemporánea, donde todo ha de ser un gran show. Y, lo más importante, son unos programas impensables hoy en día, imposibles. Entonces quienes aparecían en televisión dando su visión del mundo eran grandes pintores o célebres literatos; hoy en día sólo interesa la opinión de Belén Esteban, Dinio y demás luminarias patrias. Gracias a Soler Serrano, siempre nos quedará “A fondo”.


"A Fondo" (1976)



"A Fondo" (1980)

17 de septiembre de 2010

Vocabulario Fundamental (3) La vida a prueba 3 Buscando el camino / Construyendo casas

Tercera de nuestras entregas de la serie documental La vida a prueba de Sir David Attenboroug sobre la etología animal. En estos dos documentales el insigne naturalista británico nos muestra algunos de los más sorprendentes y complejos comportamientos migratorios y de construcción de refugios de especies animales de todo orden.

5. Buscando el camino




6. Construyendo casas

14 de septiembre de 2010

Vocabulario Fundamental. Miedo (4) El miedo manda

La vida según Galeano. El miedo manda



Entradas relacionadas:
Vocabulario Fundamental. Miedo (III) La Peur
Vocabulario Fundamental. Miedo (II)
Vocabulario Fundamental. Miedo (I)

El Crackómetro (13) ¡¡Nadal, Grand Slam!!

El jugador más joven en la historia del tenis profesional en ganar los cuatro grandes trofeos, este U.S. Open (ante un gran Djokovic), Wimbledon (lleva 2), Roland Garros (lleva 5), Open Australia, oro olímpico, Copa Davis y muchos títulos más. Además de madridista... Hace tiempo que se agotaron los adjetivos respecto al juego y la personalidad, la fuerza mental y la inteligencia de Rafa Nadal, 24 años y ya el mejor deportista de nuestra Historia.

11 de septiembre de 2010

Vocabulario Fundamental. Mares y Océanos (1) Océanos de vida

Magnífico documental (subido por Bizzentte) del año 2009 de los franceses Jacques Perrin y Jacques Cluzaud, autores del también excelente "Nómadas del viento" ("Le peuple migrateur", 2003) que ya ofrecimos en nuestro blog en aquel post dedicado al viaje. En este documental, en el que invirtieron ocho años (entre rodaje y producción) de su vida, se superan a sí mismos y nos muestran casi sin palabras algunos emocionantes momentos de intimidad de los océanos y de los seres sorprendentes que los habitan.

Durante ese tiempo los contemplamos como seres individuales (aquí Don Mero) que luchan por sobrevivir en un hábitat a la vez frágil y poderoso, pero también nos muestran el momento en que son arrancados de su ecosistema por redes que devastan todo lo que se encuentran o cómo un agonizante tiburón ve seccionadas en vivo sus aletas es vuelto a arrojar al mar para desplomarse, amputado y agonizante, en el lecho marino. Un documental que debería mostrarse en las escuelas.


Océanos -
Perrin y Jacques Cluzaud

Sumergiéndose a lo largo de todos los mares del planeta, OCÉANOS explora la cara más desconocida de la Tierra. Desde las lagunas tropicales y los témpanos polares, hasta las vastas superficies del mar abierto, este monumental viaje acompaña a las majestuosas criaturas del mar de una forma nunca vista hasta ahora, muestra especies desconocidas, y revela de forma elocuente, didáctica y tremendamente emocionante las relaciones que se establecen entre la
vida salvaje, los ecosistemas oceánicos y los seres humanos.

OCÉANOS es una monumental producción de ocho años de trabajo, de los que cuatro han sido de rodaje. Filmada por todo el planeta con las más innovadoras técnicas de grabación, utilizadas por primera vez en un documental, entre las que destaca la creación de una serie de cámaras especialmente adaptadas para la grabación oceánica introducidas en soportes hidrodinámicos de novedoso diseño preparados para seguir a la misma velocidad a rápidas especies marinas como delfines y atunes. Con más de 50 millones de euros de presupuesto, OCÉANOS no es sólo la producción documental más cara de la historia del cine, sino una fascinante obra que proporciona un nuevo enfoque del océano y sus criaturas, adentrándose en su inmensidad y que alcanza lugares donde el hombre nunca ha llegado anteriormente.

Dirigida por Jacques Perrin y Jacques Cluzaud (nominados al Oscar al del viento.” En OCÉANOS, reconocidas entidades científicas de todo el mundo como el Museo de Historia Natural de París, La Fundación Sloan para el censo de la vida marina (EE.UU.), CNRS, IFREMER o ESA han colaborado estrechamente asesorando al equipo de cineastas.

4 de septiembre de 2010

Vocabulario Fundamental. Olvido (1) Stalin, el desamor y el olvido

Pienso que somos quien somos gracias a nuestros recuerdos, nuestras memorias. Y pienso también que estas se reconstruyen constantemente en conversaciones que mantenemos internamente, conversaciones con nosotros mismos, pensamientos, evocaciones de momentos. Pero también creo que somos quien somos por el recuerdo y la memoria de los otros, de nuestros amigos, de nuestros familiares, de nuestros conocidos. Son los amigos y familiares los que nos recuerdan quienes éramos en algún momento. ¿Te acuerdas cuando? Nos dicen y algo nos pasa, nuestro cerebro recorre sus trillas, hace sus conexiones y… recordamos. Será en este dialogo, en estas reminiscencias que continuaremos construyendo nuestro ser, nuestras memorias. Pero para poder continuar siendo y para poder continuar viviendo también a veces es necesario olvidar.
Iván Izquierdo "El arte de olvidar"


Primera parte. Stalin y el olvido



"Stalin, el hombre que implantó el terror en la URSS no se fiaba ni de su sombra. Estaba condenado a la soledad absoluta. Apenas hablaba con nadie y, si lo hacía, era para mentir o manipular" Josep María Flotats

"En toda mi vida nunca había visto un hombre con personalidad tan repelente como la de Yezhov." Un viejo bolchevique.

En 1940 fotografiaron de esta forma al dictador soviético Iósif Stalin junto a su colaborador Nikolai Ivánovic Yezhov en la inauguración del canal Moscú-Volga. Por aquel entonces Yezhov era Comisario para el Transporte del Agua, cargo al que accedió tras caer en desgracia en su anterior puesto de director del NKVD, -la temible policía secreta soviética, precursora del tristemente célebre KGB-.

Ya desde antes de afiliarse al partido bolchevique en 1917, Yezhov admiraba profundamente a Stalin a quien tuvo oportunidad de conocer en 1928 durante un viaje de este a Siberia donde Yezhov se encontraba. En este viaje el padrecito Stalin se quedó impresionado por las cualidades del joven Nikolai, audaz e implacable cumpliendo órdenes, por muy despiadadas que estas fueran. Estas cualidades fueron las que le impulsaron dentro del Partido Comunista y el Servicio Secreto hasta alcanzar la cumbre de su carrera cuando fue nombrado responsable del servicio secreto o Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos (NKVD) por orden directa de Stalin.

Yezhov estuvo al frente de la NKVD desde septiembre de 1936 a agosto de 1938, durante el periodo llamado la Gran Purga o Yezhovshchina (era de Yezhov), uno de los más tristes episodios de la siempre convulsa historia rusa. Durante esos dos años Yezhov ejerció de eficiente correa de transmisión y brazo ejecutor de los dementes deseos de su admirado Stalin, tiempo suficiente para purgar, torturar, desterrar a los Gulags siberianos y/o ejecutar a millones de personas. Le gustaba decir que "es mejor que sufran diez inocentes que dejar que un enemigo del pueblo escape".



Uno de los principales objetivos del delirio paranoico y homicida de Stalin en este periodo fueron casi todos los bolcheviques que habían tenido un rol importante en la Revolución de octubre o en el anterior gobierno de Lenin y con quienes Stalin hubiera tenido discrepancias políticas o simplemente no simpatizara. Stalin se ensañó con sus antiguos camaradas de partido, los que le habían visto ascender en él a base de brutalidad e intimidación, con el fin de eliminar físicamente a cualquier dirigente de la vieja guardia que representará una amenaza real o imaginaria para su liderazgo, así como a miles de cuadros medios del partido con alguna relación, real o inventada, con los dirigentes fusilados.

Sin embargo Stalin no se conformaba con la tortura y/o asesinato de sus enemigos políticos, para los más significativos y cercanos procuraba no sólo su aniquilación física sino también la de sus colaboradores y sus familiares, así como la eliminación de cualquier referencia a ellos en documentos y fotografías oficiales, más aún si en ellas aparecían cerca de Stalin.

Buscaba negar sus evidencias físicas y sentimentales, extirpar de raíz toda señal de ellos donde trabajaran, donde vivieran, amenazar e intimidar a quien aún admitiera conocerlos para borrar completamente no ya su existencia o las pruebas de ella sino hasta su evocación y recuerdo, lo que Stalin ansiaba era condenarlos al olvido absoluto. Y de lograr todo esto se ocupó durante dos años su fiel verdugo Nikolai Yezhov, por lo que era conocido como "el enano sangriento", por su baja estatura y su gustosa diligencia en extirpar contrarrevolucionarios.

Sin embargo, y como comentamos al principio, era sólo cuestión de tiempo que también este cayera en desgracia. La maldad intrínseca y efectividad matarife de Yezhov no fueron suficientes para salvarlo del castigo que tarde o temprano todos los altos cargos políticos de la Unión Soviética recibían como irónica recompensa de su trabajo. En agosto de 1938 Yezhov fue sustituido en la dirección de la NKVD por otro renombrado carnicero, Lauretii Beria, rebajándole al cargo de Comisario para el Transporte del Agua, periodo que duró apenas unos meses. En abril de 1939 fue detenido y nunca más visto. De él, como era el procedimiento habitual, se intentaron eliminar las evidencias de su cerrada colaboración con Stalin en los libros y hemerotecas soviéticas, siendo removido de aquella crepuscular foto junto al agua al lado de quien fue su maestro en la suerte de asesinar, de quien fue su líder y su verdugo, de quien le condenó a muerte y a olvido.


Segunda parte. Deformidades y olvidos

Del magnífico blog Un tren sobre la tierra traemos este texto preclaro sobre la llegada sigilosa, sin aspavientos ni declaraciones solemnes, del olvido a nuestro corazón, un día cualquiera, sin darnos cuenta.


Un tren sobre la tierra. Deformidades

A menudo una fractura ósea produce una deformidad manifiesta en el miembro afectado. Esta deformidad es mayor o menor en función del mayor o menor desplazamiento de los fragmentos. Al principio, después de la inmovilización o de la cirugía, la zona presenta a menudo un aspecto terrible: hinchada, con una angulación variable, la piel roja, brillante, macilenta. Por no hablar de las cicatrices.Muchos pacientes preguntan si eso se les va a quedar así. Si su brazo, o su pierna quedarán con ese aspecto, tan maltrechos, para siempre. Si seguirá doliendo. Para siempre. Yo les suelo decir lo mismo: que están en lo peor, que hay que tener paciencia. Que llegará el momento en que dejará de doler. Y que un día, pasado el tiempo, de repente se mirarán la zona donde tuvieron la fractura, la compararán con la otra y verán que no hay gran diferencia. Y se darán cuenta de que ya han olvidado siquiera cómo dolía.

Al principio me dolía respirar como si el aire estuviera hecho de arena. Después de que él se fuera, mis piernas iban buscando sentarse en todos los bancos de todas las calles, se dejaban olvidados los músculos en cada paso. Y sentía el corazón claramente deforme: mil fragmentos desplazados a años luz unos de otros, formando una constelación de llanto, exangüe, ingrávida, extendida por dentro de mi pecho, en las sábanas, en el espejo, y hasta en la suela de los zapatos.

Pero de repente me he dado cuenta: ya no duele. Sigue ahí, debajo de las costillas. Es uno solo, robusto, sano. Ha empezado a latir tan fuerte que se me escapa la risa por debajo de las uñas. He palpado con cuidado, me he tomado el pulso. He comprobado, efectivamente, que no hay gran diferencia. Sigue siendo el de antes, el mío. Sólo necesitaba tiempo, amor (y unas cañitas). Y cuando las circunstancias lo requieren, se vuelve igual de loco. Cualquiera diría que se ha olvidado incluso de cómo dolía.


Tercera parte. El desamor y el olvido

Un día llega la ruptura. Y esa persona que agitaba tu existencia, que hacía que tu cuerpo crujiera de felicidad como un barco de madera mecido por el mar ya no está a tu lado y los mundos que creasteis en tu interior colapsan y de ti no queda nada sino una carcasa de huesos, músculos y piel que trabaja y se alimenta mecánicamente, que recurre a automatismos mentales para apenas relacionarse con el mundo extramuros de su desolación.

Existen amores que marcan indeleblemente tu vida, anillos concéntricos de felicidad absoluta sedimentada en tus huesos que identificarán para siempre en tu alma esos tiempos gozosos de orgasmos feroces y miradas arrebatadas. Sin embargo, en la misma naturaleza de esos amores a quemarropa está sembrada la semilla de su final y un día algo desnivela el sutil equilibrio de vasos comunicantes de amor y poder que fluye entre cada pareja de amantes y algo se rompe y cambia el modo en que te mira y luego llega la lejanía y sin que tu cuerpo quiera reconocer ninguna de las evidentes señales del desplome, comienza el desamor.

Después llega ese periodo hiriente y superfluo que es el amor agónico -y sus estertores- y después llega el final y entonces, tarde ya, recuerdas aquello que escribió hace dos mil años aquel romano preclaro, todo amante es un soldado en guerra, mientras contemplas estupefacto cómo, tras la escabechina de la ruptura, regresan los jirones derrotados de tus ejércitos de una guerra que no sabían estar librando.



El desamor se extiende indiscriminadamente por tu cuerpo y tu mente como una toxina que todo lo invade y la ansiedad interfiere tus actos, distorsionando tus emociones y tu pensamiento, que orbita obsesivo alrededor de su nombre y del olor perdido de su piel y su sexo. Cuando esto sucede, simplemente puedes darte por jodido, jodida, y prepararte para lo que se te viene encima. Es ese tiempo después del abandono en que el desamor da su golpe de estado en tu espíritu, meses de estrés post-traumático y compulsivas revisiones de mail y móvil,

un sms suyo bastaría para sanarte,

es ese tiempo fatal en el que, como decía Byron, el recuerdo de la felicidad ya no trae la felicidad pero el recuerdo del dolor sigue trayendo dolor. Es entonces cuando el sufriente debe ser consciente de su condición y adoptar algunas precauciones básicas que atenúen su caída en picado, quedando especialmente contraindicado cualquier intento de contacto con la persona amada que invariablemente traerá otro revolcón emocional.Cuando el amor está en su apogeo y dos personas se aman con pasión y se follan con pasión y se intercambian, desde sus respectivas carpetitas mentales, papeles que vuelan coquetamente entre ambos, llenos de instrucciones técnicas e informaciones emocionales, cuando el amor nos ilumina con su esplendor, cada amante vuela con él según sean las formas de su mente y su corazón, hay millones de formas de amar, pero cuando el desamor llega, nos iguala a todos en los mismos desatinos, las mismas faltas de autorrespeto, las mismas patéticas maniobras de acercamiento que buscan reactivar aquella conexión una vez mágica pero ya definitivamente perdida.


Hay que eludir concienzudamente las tentadoras añoranzas que nos convertirán en estatuas de sal si miramos a la cara su recuerdo cegador, hay que esquivarlo, desterrarlo con la determinación de un dictador soviético, exiliarlo a remotos gulags mentales para impedir que siga encogiéndonos el corazón e inoculando generosas dosis de dolor en estado puro en nuestro espíritu.

Según algunos estudios científicos que corroboran la experiencia personal de muchos, el cerebro humano necesita una media de seis meses para digerir y asimilar los grandes desastres emocionales. O no hacerlo, es en esos terribles seis primeros meses cuando se registran la inmensa mayoría de los crímenes pasionales.

De esta forma,
si pasado ese medio año aún no nos ha rescatado del naufragio otra piel que nos hipnotice, si hemos conseguido esquivar con diligencia aquellos recuerdos aún perniciosos, nuestra mente activa sus protocolos de supervivencia y nuestro corazón comienza su desfibrilación automática para ayudarnos a recuperar nuestras emociones y nuestra personalidad, para evitar que seamos prisioneros de un pasado que disloca nuestro presente, que lastra nuestra creatividad y nuestro raciocinio, que nos hace menos libres

Entonces un día -cómo hemos visto, sin anunciarse-, comienza el olvido. El presente que nos sucede y el futuro que se prepara toman el relevo en la ocupación de nuestro pensamiento y aquel dolor mineral y obstinado que parecía nunca acabaría comienza a desvanecerse. Y otro día cualquiera, mientras nos damos cuenta de que el amor comienza a realizar con nosotros otro de sus trucos de ilusionismo, sentiremos que otra mirada nos ha hechizado, que otra piel se ha pegado a la nuestra y que la llave de los mejores momentos y de los mejores polvos de nuestra vida la seguimos teniendo nosotros.

Podremos entonces mirar con perspectiva aquella relación para recordar los hitos que la definieron y los puntos de giro que provocaron su final, podremos realizarle la autopsia, para verificar que sí, de todos aquellos momentos maravillosos vivió, y de eso y de eso otro murió. Y
si somos listos, sabremos fagocitar las impagables enseñanzas de estas experiencias emocionales extremas -el amor y el desamor locos, "fou" que dirían los franceses-, aprovechar todos aquellos mundos descubiertos juntos, los aprendizajes y revelaciones de aquella época tan especial e incorporar todo ello a la estructura de nuestra personalidad. Y de paso refundarnos un poquito.


Tras el reseteo, el tiempo seguirá pasando imperturbable y sanador y sus evocaciones se irán espaciando cada vez más, mientras constatamos la naturaleza efímera y quebradiza de los recuerdos y aquellas palabras de Neruda, es tan corto el amor y es tan largo el olvido. 

Podremos entonces reunir los mails y las fotografías, sus reminiscencias mentales más tenaces, todas las hemerotecas emocionales supervivientes de aquel gran amor que nos sacudió la vida y depositarlas en una caja camino de algún lugar profundo dentro de nuestra corteza cerebral, esperando el momento en que su carga emocional sea definitivamente desactivada por el óxido del tiempo, hasta el día en que decidas volver a encontrarte durante un rato con el recuerdo de su mirada y de los placeres que un día intercambiasteis, pero esta vez sin dolor, sin encogimiento de pericardio sino con una sonrisa, recordando, recordándote, como hago ahora para decirte que te he olvidado.


Cerrando.

Para despedir esta entrada sobre este indispensable proceso mental que nos niega el cargador de la cámara en los viajes pero cuyas maniobras difuminadoras en nuestra mente son vitales para nuestra supervivencia, dejamos que sea el gran Ambrose Bierce y su Diccionario del diablo quien haga los honores.

Olvido, s. Estado en que los malos cesan de luchar y los tristes reposan. Eterno basurero de la fama. Cámara fría de las más altas esperanzas. Lugar donde los autores ambiciosos reencuentran sus obras sin orgullo, y a sus superiores sin envidia. Dormitorio desprovisto de reloj despertador.

3 de septiembre de 2010

Estupor y Temblores (12) Irak, de caos y despedidas


En la noche del 31 de agosto de 2010 el presidente estadounidense, Barack Obama daba por terminada una guerra a la que él siempre se opuso, aunque ya el pasado día 19 de agosto abandonó Irak la última brigada de combate del ejército norteamericano, que mantendrá únicamente 50.000 de sus soldados en misiones de apoyo e instrucción del ejército iraquí hasta finales de 2011. Los americanos abandonan Iraq por la puerta de atrás, sin haber perdido la guerra pero también sin haberla ganado, conscientes de que su anterior presidente abrió una caja de Pandora de calamidades que aún no han podido cerrar.


A día de hoy, seis meses después de unas elecciones que parecía encarrilarían el futuro político del país y tras un periodo de cierta calma, en Iraq aún no hay formado gobierno por las disputas entre partidos y la inestabilidad en todos los órdenes.

Prácticamente todas las semanas continuan sucediéndose por todo el país atentados donde mueren decenas de personas. Parece que ahora que los americanos han dejado de patrullar las calles la insurgencia quiere dejar en evidencia la fragilidad de las fuerzas del orden iraquíes. En el blog Diario de Beirut, del periodista Tomás Alcoverro (que desde esta bitácora recomendamos vivamente) este escribe sobre la vida de la población de Irak ahora que los americanos han acabado con sus misiones de combate
Cómo describir la vida de la población de Iraq que, según Tarek AzZ, antaño ministro de asuntos exteriores de Sadam Hussein, el presidente Obama "ha abandonado a los lobos"?. Bajo el abrasador calor -ayer 43 grados en Bagdad- sin electricidad ni casi agua, cumpliendo estrictamente la extenuante jornada del ayuno del Ramadán, los habitantes de este pueblo -que padece como una maldición bíblica- son barata carne de cañón para la insurrección de todos los rostros.

Pocos días después de la escenográfica salida de la denominada "última brigada combatiente" del ejército expedicionario norteamericano que atravesó la frontera de Kuwait- la invasión de aquel principado el 2 de agosto del 1990 fue el principio de las grandes catástrofes encadenadas del Iraq- se ha consumado una de las más espectaculares operaciones de sangrienta subversión. En la capital, en el territorio kurdo, chii y suni, se han llevado acabo una serie de ataques coordinados. Su multiplicidad de objetivos simultáneos ha sido más demoledora que el monótono repertorio de sus víctimas, convertido incluso en Iraq en un hecho banal: treinta personas con sus nombres desconocidos, y sus vidas arrancadas, muertas, y otras docenas, heridas.


Con la determinación de hacer gala de desbaratar todos los esfuerzos de organización de las fuerzas estatales de seguridad, la mayoría de sus objetivos han sido cuartelillos de policía , tanto en la capital como en otras localidades, o sus callejeros puestos de vigilancia. En algunos casos los atentados se perpetraron con automóviles trufados de explosivos, como en el barrio de Kahira, donde hubo el mayor número de víctimas, o en Ameriya. En la calle de Haifa, una de las céntricas de la capital, - cerca de ministerios, del Hotel Mansur - el antiguo Melia-, de la embajada de Irán , no lejos de la fortificada " zona verde " norteamericana-, el estallido de unas bombas provocó heredasen una docena de transeúntes. En esta jornada los insurrectos han querido demostrar que tanto en Bagdad como en Ramali, Kut, Basora, Mosul o Karbala, no tienen impedimentos para actuar a sus anchas.
El ejército norteamericano llevaba ya meses saliendo del país en virtud de la hoja de ruta elaborada por la Administración Obama que ha querido sacudirse el peso de una guerra provocada por la inconsciencia y el delirio criminal de la Administración de George W. Bush.

La de Irak ha sido una guerra despiadada que ha desquiciado al ejército norteamericano (y aliados) metiéndole en una guerra de guerrilas urbana ante un enemigo que lucha con fanática determinación, que conoce el terreno y se funde interesadamente con la población civil para utilizar sus muertes ante la opinión pública y así ganar la importante batalla de la propaganda.

Pero el comportamiento de las soldados norteamericanos ha estado plagado de crímenes injustificados y hechos vergonzantes. Hasta el día de hoy han seguido apareciendo episodios lamentables que acusan a las tropas estadounidenses de crímenes de guerra como el video aparecido en Wikileaks que cuestionaba la versión oficial ofrecida por el Ejército de EE UU para explicar la muerte de 11 iraquíes en réplica a un supuesto ataque terrorista producido el 12 de julio de 2007 en Bagdad. Entre las víctimas figuraban un fotógrafo de la agencia Reuters, Namir Noor-Eldeen, de 22 años, y su conductor, Saeed Chmagh, de 40.
Las imágenes sobrecogen un poco, la muerte, a distancia y en directo.


Pero también han sido legión los engaños y errores políticos en los que el gobierno iraquí y el de los países que se han visto empantanados en este conflicto en algún momento u otro de estos siete años y medio. El fraude de miles de millones de dólares y el abuso y la corrupción institucionalizados y permitidos por parte de los países que supuestamente iban a, entre otras cosas, librar a los iraquíes de un régimen corrupto y dictatorial han sido una constante en estos años de ocupación. En el siguiente documental de Documentos TV "El negocio de la ocupación" se nos cuenta cómo desaparecieron en sólo 14 meses 20.000 millones de euros de la ONU que los ocupantes tenían que administrar para la reconstrucción de Irak.



Seguidamente publicamos un par de buenos artículos sobre el cierre en falso de este conflicto cruel, "Una guerra que no ha acabado " y "Estrés iraquí" para resumir las terribles causas, hechos y consecuencias de esta guerra que no sólo ha matado a decenas de miles de personas sino que ha herido, amputado y traumatizado a otras centenares de miles más, en ambos bandos. Un dato ampliado en "Estrés iraquí": el estrés post-traumático que este conflicto ha causado en los soldados estadounidenses ha provocado que se hayan suicidado más de 4500 de ellos, una cifra mayor que la de los caídos en combate.

Por último les ofrecemos (subido por Bizzentte) el documental de Robert Greenwald, Uncovered, War on Iraq, (Al descubierto : Guerra en Irak) que muestra el fraude criminal de esta guerra creada por la Administración de George W. Bush y sus secuaces y apoyada incondicionalmente por el premier británico Tony Blair y el alegre movimiento de cola de nuestro presidente del gobierno por aquel entonces, José María Aznar.


Al descubierto : Guerra en Irak

La historia de cómo la verdad se convirtió en la primera víctima de la guerra de Iraq. Al descubierto: Guerra en Irak desmonta la causa esgrimida por la Administración de Bush para la invasión de Iraq que siguió a los atentados del 11 de septiembre de 2001 a través de entrevistas a funcionarios de los servicios de inteligencia y de defensa estadounidenses, expertos en asuntos exteriores e inspectores de armas de Naciones Unidas, incluyendo a un antiguo director de la CIA, a dos antiguos secretarios de Defensa, a un antiguo embajador en Arabia Saudí e incluso al antiguo Secretario del Ejército del presidente Bush.


Notas del director

'Al descubierto: Guerra en Iraq' plantea las diferentes razones de la guerra. Como es evidente prácticamente para todos que en Iraq no había armas de destrucción masiva, la pregunta más frecuente es: "Bien, entonces, ¿cuál es el motivo de esta guerra?". Y la respuesta no puede ser otra que la propia filosofía neoconservadora de un pequeño e influyente grupo de asesores presidenciales que se ha impuesto en Washington después del 11 de septiembre. Y no es una teoría de la conspiración... Esta película habla de esos neoconservadores, explora con detalle quiénes son y la naturaleza de sus creencias que han conducido a la guerra. Además, se repasa la actuación de los medios de comunicación y cómo en Estados Unidos todos ellos se dedicaron a alentar la guerra, más que a ver el proceso con ojo crítico.

Otro significativo aspecto que aborda esta película es el papel de los informadores de los servicios de inteligencia. La irrecusable información actual acerca de estos informadores, su enorme influencia sobre el gobierno de Estados Unidos y el hecho de que se equivocaron prácticamente en todos los puntos claves es un aspecto fundamental de esta mirada sobre la guerra de Iraq.

He repasado mis entrevistas originales a funcionarios de servicios exteriores de la CIA y a inspectores de armamento y me ha producido una gran sorpresa la agudeza, cuidado y gran acierto de todos estos hombres y mujeres al analizar las causas de la guerra. De hecho, fueron los más sensatos y heroicos al hablar claramente cuando eso no era popular ni estaba de moda. Me siento orgulloso de conocer a esos patriotas y me siento satisfecho de ofrecer al público esta película.



Una guerra que no ha acabado
- Guillermo Altares 19/08/2010

En torno a las seis de la mañana, los últimos efectivos de la cuarta brigada Stryker de la II División de Infantería del Ejército estadounidense, con base en Abu Ghraib, salieron de Irak. Siete años y cinco meses después del comienzo de la invasión y, sobre todo, 4.419 militares muertos después (según datos del Pentágono) y un número indeterminado de iraquíes que se puede medir en decenas de miles de víctimas, ha comenzado la retirada de las tropas de combate. "¡La operación Iraquí Freedom ha terminado!", exclamó el coronel John Norris nada más cruzar la frontera con Kuwait, según el relato del periodista empotrado de The Washington Post. "!Hoooah¡", le replicaron los soldados con su grito de combate.

Atrás quedan la batalla del aeropuerto de Bagdad, en la primavera de 2003, el desmantelamiento del Ejército iraquí y del Partido Baaz -gobernante del país durante casi cuarto décadas-, el falso rescate de la soldado Lynch, el caos de los saqueos, las sucesivas batallas de Faluya, las torturas en Abu Ghraib -prisión de Sadam reconvertida en cárcel militar-, la voladura del santuario chií de Samarra (2006) que desencadenó una guerra civil entre las dos confesiones del Islam, las rebeliones del Ejército del Madhi, la base española en Diwaniya, el incremento de tropas (surge) ideado por el general Petraeus que logró calmar la situación. Y queda una guerra que empezó con unas mentiras sobre las armas de destrucción masiva de las que ya casi nadie se acuerda. Porque hay frentes en los que las guerras nunca terminan.

"La guerra ha terminado para ti, amigo mío', dijo Kauzlarich. Y de todas las cosas que había dicho en la vida, jamás nada había parecido menos cierto que aquello". Ralph Kauzlarich es el teniente coronel del Ejército de EEUU que protagoniza uno de los libros más impresionantes sobre el conflicto, Los buenos soldados, del periodista de The Washington Post David Finkel, que Crítica publicará en septiembre. Finkel sigue durante el año 2007 a un batallón de combate en Bagdad en plena ofensiva. Y relata la guerra real, la de los soldados despedazados por los bombas de carretera, la de los heridos que nunca se recuperarán, la de los correos electrónicos que llegan preguntando si hacen falta más bolsas para cadáveres.

"Mientras el 4 de septiembre en la base de Rustamiyah todas las noticias giraban en torno a tres soldados muertos y un cuarto que había perdido ambas piernas y a un quinto que había perdido ambas piernas y un brazo y la mayor parte de su otro brazo y tenía quemaduras graves en todo lo que quedaba de él, en Estados Unidos las noticias no giraban en torno a eso. Allí las noticias eran todas macro en vez de micro", escribe Finkel. Esos soldados cansados y despedazados, física y moralmente, también protagonizan La guerra eterna, del enviado especial de The New York Times Dexter Filkins. En sus crónicas aparece el fósforo blanco lanzado sobre Faluya, el sonido de los morteros, la destrucción sin fin y sobre todo el caos que devoró durante dos años el país en una orgía de violencia sectaria mezclada con violencia común.

"Los norteamericanos ya no entraban en muchos sitios en Bagdad. Bagdad era una ciudad que estaba muy próxima a la anarquía total, en la que cada día secuestraban a treinta o cuarenta iraquíes. A menudo las víctimas eran niños, a menudo les mataban. Era un mundo de pesadilla", escribe Filkins sobre Irak en el año 2006.

George W. Bush ya había decretado el final de las operaciones de combate el 1 de mayo de 2003. Aquello parece hoy una broma de mal gusto, sobre todo porque sólo tres días después comenzaron las primeras acciones de resistencia en Faluya, cuando esta ciudad sólo era un lugar en el que había que tener cuidado con los asaltos de carretera y no el epicentro del triángulo suní.

Entonces Abu Ghraib era una prisión abandonada, símbolo del terror bajo Sadam, que recorrían los últimos saqueadores, capaces de llevarse los retretes del corredor de la muerte favorito del dictador iraquí. Nadie imaginaba hasta qué punto llegarían a torcerse las cosas, hasta qué punto la violencia destruiría este país. Un atentado esta semana provocó decenas de muertos en Bagdad recordando que el terrorismo sigue allí.

Y ahora, a través de los heridos, la guerra se quedará también en Estados Unidos, como permaneció la de Vietnam. En un momento de Apocalypse Now, el capitán Willard interpretado por Martin Sheen dice mientras se adentra con su barco en la selva: "Lo único que querían los muchachos era volver a su hogar. Pero yo había vuelto y sabía que ya no existía". Ha comenzado la retirada de las tropas de combate, pero nada volverá a ser igual. Tampoco en casa.

Estrés iraquí - Alfredo Albián
23/08/2010

Una vez concluida la retirada parcial de las tropas de Estados Unidos en Iraq habría que preguntar a los iraquíes si padecen algún tipo de síndrome postraumático, aunque en su caso quizás cabría hablar de trastorno permanente. La tarea sería ardua por varios motivos. Que se sepa, nadie se ha preocupado desde hace años de actualizar el censo de la población, aunque parece que quedan unos 25 millones.

El segundo problema sería decidir en qué año se fija el corte para medir el estrés, la ansiedad bélica. Habría cuatro opciones: desde 1988, cuando concluyeron los ocho años de guerra con el vecino Irán; desde 1991, al acabar la invasión de Kuwait con el aniquilamiento casi total del ejército iraquí; en los años sucesivos de guerra civil entre el régimen de Sadam y la oposición interna, o desde el viernes pasado, cuando abandonó Bagdad la 10.ª división de Montaña de EE.UU., que fue la primera en invadir el país hace nueve años. Terrible dilema estadístico, que no hemos padecido a la hora de psicoanalizar los desórdenes mentales de los combatientes estadounidenses.


Más de 4.500 militares que estuvieron destinados en Iraq se han suicidado. Hablan de pesadillas, de flashbacks de unos horrores de la guerra que eran previsibles sin necesidad de padecer alucinaciones colectivas televisivas del formato flashforward.En todo caso, si la tragedia del equipo visitante se queda ahí, tendríamos más uniformados muertos por decisión propia que caídos en el campo de batalla. Poco sabemos, por el contrario, de las víctimas iraquíes. Unos hablan de cien mil muertos, otros multiplican esta cantidad por cinco. Después de tantas tormentas del desierto y libertades duraderas, ahora le toca el turno a la operación Nuevo Amanecer. Ya les contaremos algún día cuántas vidas se ha cobrado esta fase.

2 de septiembre de 2010

Ciclo de cine europeo (3) 'Il Divo', de Paolo Sorrentino


Continuamos con nuestro ciclo de cine europeo con Il Divo, una excelente película del director italiano Paolo Sorrentino (realizada en el año 2008), director al que conocemos de hace poco y del que sólo hemos visto otra película, la también magnífica "Las consecuencias del amor" (que intentaremos ofrecer, también en versión original, en cuanto el Departamento de Cargas y Descargas se reorganice). El gran actor Toni Servillo mimetizándose en la piel de Giulio Andreotti, líder de la Democracia Cristiana italiana y de la política del país transalpino durante cuarenta años, epítome del maquiavelismo, la ambiguedad y la mirada esquinada.

Andreotti es representado como un hombre frío y calculador y sin escrúpulos (y con las espaldas bien cubiertas por la información comprometida que dispone en su “archivo privado”), pero también un hombre de conciencia reprimida y torturada por no haber evitado el asesinato de su compañero Aldo Moro a manos de las Brigadas Rojas. Este fascinante personaje es mimetizado por Toni Servillo en clave satírica, un homo politicus fascinado por el poder, de aspecto frágil y mente poderosa, encorvado y cínico, enigmático y tenebroso. La cinta no abandona el tono burlesco a lo largo de su metraje, desfilando por la pantalla multitud de personajes vinculados al círculo de influencia de Andreotti.

“Il Divo” recrea las tesis que incriminan al líder democristiano por su vinculación con la logia masónica y con la “Cosa Nostra”, liderada por el rudo y todopoderoso Totó Riina, dos organizaciones que habrían servido para eliminar obstáculos que amenazaban la carrera política de Andreotti. Auténtico cine político con el que dibuja un personaje, un partido e incluso un país, donde la verdad y la mentira se entremezclan. Una película espectacular, como la vida de don Giulio.

Como comenta del mismo Andreotti el (casi) siempre certero Carlos Boyero en la crítica adjunta, "símbolo del eterno y legitimado poder político, un hombre familiarizado con las tinieblas, los misterios, las cloacas, los pactos maquiavélicos y el chapoteo de la sangre derramada". Boyero, Toni Servillo y Paolo Sorrentino, puro talento mediterráneo y europeo surgido en tierras de pasiones y corrupciones milenarias.



Miserias del poder vitalicio. Carlos Boyero 12/12/2008

Barbet Schroeder utilizó admirablemente el documental en El abogado del terror para hablar de Jacques Vergès, un individuo tan enigmático y peligroso que parecía salido de la ficción del puro y tenebroso cine. Vergès, defensor de causas perdidas, turbias o directamente indefendibles en el caso de Klaus Barbie, representa la empatía y el intento de justificar el terrorismo de los supuesta o realmente oprimidos. Es un símbolo del enorme poder intimidatorio del bombazo, el atentado selectivo o indiscriminado, el clandestino tiro en la nuca.

El director italiano Paolo Sorrentino, de cuyo poderoso estilo visual y capacidad para crear desasosiego tuve noticias en la existencialista, rara y muy atractiva Las consecuencias del amor, se acerca con formato de esperpento y de sátira al más que inquietante Giulio Andreotti, símbolo del eterno y legitimado poder político, un hombre familiarizado con las tinieblas, los misterios, las cloacas, los pactos maquiavélicos y el chapoteo de la sangre derramada. Pero su retrato, aunque juegue con la desmesura y el histrionismo, juegue con la conjetura, combine la imaginación con los datos, el intimismo y lo público, resulta enfermizamente realista, de una veracidad y una complejidad alarmantes.

Cuenta Sorrentino que en su acercamiento a la figura de Andreotti le inspiró una definición de Margaret Thatcher y otra de Oriana Fallaci. Dice la Thatcher: "Parecía tener una aversión positiva a los principios. Estaba incluso convencido de que un hombre de principios estaba condenado a ser un hazmerreír. Afirma Fallaci: "Me da miedo pero ¿por qué? Este hombre me recibió con enorme cortesía, su ingenio me hizo reír, no me dio la impresión de ser peligroso. El verdadero poder no necesita arrogancia, ni una poblada barba ni una voz aterradora. El verdadero poder te estrangula con lazos de seda, con encanto e inteligencia".

Fiel a esas inapreciables guías, Sorrentino dibuja a un cínico, profundamente solo, monarca del ajedrez mental, ascético, con permanente jaqueca física pero con una voluntad férrea para eludir la jaqueca moral, conocedor del precio de cada hombre, urdidor de sombras, patriarca improbado de infinitas villanías de Estado, ¿Hombre de honor o víctima de la mafia?, alguien que declara no creer en la casualidad sino en la voluntad de Dios y que no existen ángeles ni diablos sino tan sólo pecadores, convencido de que se puede perpetuar el mal para garantizar el bien. 

Il divo perturba duraderamente, su mordacidad te divierte pero la sonrisa se convierte en mueca al constatar que la vida de los hombres está regida por alguien tan singular como Andreotti, convencido razonablemente de estar más allá del bien y del mal.