Este es el blog. Y esta es nuestra web, está todo más ordenadito, mejor.

23 de junio de 2019

China, el Imperio del Centro (12) Vocabulario Fundamental. Revolución (4) Tiananmen 1989, la revolución que sí existió


En este blog ya habíamos tratado hace cinco años (con el documental 'El hombre del tanque') la revolución civil que, durante siete semanas en 1989 llevó a centenares de miles de chinos, centralizados en Pekin y la plaza de Tiananmen pero no sólo allí, a reclamar reformas democráticas en el régimen comunista dirigido por Deng Xiao Pingen un intento de que el país se uniera a la ola de apertura que vivía entonces Europa del Este.

Durante siete semanas la plaza de Tiananmen se convirtió en un símbolo del triunfo del pueblo. Trabajadores, ciudadanos y estudiantes, esa plaza y lo que representaba no era sólo el epicentro del movimiento estudiantil, allí había un pueblo sin clases sociales, con libertad de expresión, una sociedad civil autogestionada y un modelo de la China donde todos esperaban poder vivir algún día. 
 
Todo el pueblo llano chino salió a la calle, no se veían policías y sin embargo descendió la criminalidad pues según se podía leer en distintos sitios los ladrones se declaraban en huelga pues habían decidido dejar de robar para apoyar a los estudiantes y la revolución. Según algunos aquello fue el Woodstock chino, la primera vez desde 1949 que la gente podía expresarse en libertad. Se demostró que con un mínimo de libertad y democracia los chinos podían organizarse sin violencia y ser felices y autónomos sin perjudicar al gobierno. Pero la utopía dejaría pronto paso a la dura realidad. 
 
Con la ley marcial ordenada por los máximos jerarcas Li Peng y Deng Xiao Ping plenamente operativa y el ejército en las afueras de la ciudad la vida en la plaza se fue volviendo más difícil y tensa hasta que, el día 4 de junio, se produjo el brutal aplastamiento a sangre y fuego de una revuelta que siempre se había mostrado pacífica por parte del Ejército Popular de Liberación (qué terrible ironía su nombre). Esta masacre, además de la brutal represión que sobre miles de participantes en las protestas siguió en las semanas siguientes, sirvieron no solo para intimidar sino para conmocionar a los manifestantes sino a todo el país, dejándole en una sumisión total. 

El propio régimen dictatorial chino se encargaría en los años siguientes de crear el gran tabú, el ocultamiento y olvido forzado de lo que allí ocurrió. Aquellos hechos hicieron temblar los cimientos del régimen y mostrando claramente al mundo el talante criminal del comunismo chino haciéndole, a la postre, aún más cerrado y paranoico.

Ahora, tres décadas después, con China convertida en una de las grandes potencias mundiales nada en la plaza de Tiananmen recuerda aquellos acontecimientos. Los padres no hablan a sus hijos de la gran Libertad y la gran matanza de aquellos días para protegerlos y los chinos han aceptado la falta de libertad a cambio del progreso económico, salvo en Hong Kong. Sus habitantes no quieren renunciar a su autonomía de pensamiento y acción, su rebeldía es el mejor homenaje a los miles de chinos que hace 30 años perdieron su vida y su libertad en la legendaria plaza pequinesa.

Un estupendo y esclarecedor documental
dirigido por Ian McMillan y dividido en dos partes por La Noche Temática (y lamentablemente, y como es normal, doblado) nos transporta otra vez a aquellas semanas de libertad y fraternidad gracias a los testimonios de testigos presenciales y a la filtración sin precedentes de miles de documentos internos del Partido, conocidos como "los Papeles de Tiananmen", para poder comprender la verdad sobre lo que sucedió en aquellas siete semanas de primavera en el palpitante corazón de la gran nación china, la plaza de Tiananmen. 


Tiananmén: el pueblo contra el partido

La plaza de Tiananmen representa el poder absoluto. Todas las decisiones que afectan a la vida de 1.500 millones de ciudadanos chinos se toman aquí. En los años 80 la dictadura represiva del partido era cada día más cuestionada y en 1989, durante siete semanas, estudiantes de todas las universidades se manifestaron aquí, pedían reformas democráticas.





Tiananmén: el partido contra el pueblo

El 5 de junio de 1989, la imagen de un hombre deteniendo un batallón de tanques en Pekín, conmociona al mundo. 24 horas antes, la ciudad había sido testigo de escenas de un horror inimaginable. El Ejército Popular había rodeado la plaza de Tiananmen preparado para matar. Lo que había comenzado como una protesta pacífica de los estudiantes pidiendo libertad, había terminado siete semanas después en una matanza.
 

18 de junio de 2019

El Crackómetro (50) Anatomía de un instante: el triple de Carroll


La fe madridista enciende el Palacio

Escrito por: José Luis Llorente Gento - 18 junio 2019

Una emocionante demostración de fe madridista sumió al Palacio en el éxtasis de lo imposible. El Madrid volvió al partido una y mil veces, las que hicieron falta, resistiendo los embates barcelonistas y sus propias carencias con una determinación ejemplar. Esta vez el equipo sí que fue Nadal, combatiendo contra un rival aguerrido que trató de acercar el baloncesto al rugby y contra su propia incompetencia, porque hay días que la niebla se espesa y se contagia de forma inevitable entre los cerebros de un equipo. Entonces, cuando los acontecimientos destrozan los planes, cuando la impotencia se apodera de la voluntad, sólo la fe incorruptible impulsa a los elegidos. La fe que ha convertido a este club en el paradigma del tesón, de la resistencia hasta el límite y de la victoria tan desesperada como esperada. Además, este Madrid de Laso tiene unos fieles que asisten a la ceremonia de cada partido con la misma inquebrantable creencia de que, aun en el último suspiro, el marcador será blanco. Ayer, de forma indesmayable, mostraron su comunión, los jugadores haciendo un alarde de irreductibilidad y los fieles jaleándolos con su ánimo hasta en los momentos más aciagos, cuando peor jugaban y más lejos estaban de su rival.


La emoción fue tan desbordante que ni siquiera Laso pudo contener su entusiasmo. Serio y recatado en sus apariciones públicas, apenas pudo reprimir un ataque de risa para explicar que “hemos jugado tan mal que me parece imposible que hayamos ganado. La fe nos ha dado la victoria”. Nunca habló con más acierto nuestro -¿maestro, obispo, pope, gurú?- Laso, que nunca perdió la calma en busca de la solución que los ayudara a salir del laberinto. El Madrid sólo encontró su ritmo en contadas ocasiones, enredado en una escena enmarañada de choques, golpes y manotazos en la que el encuentro se convirtió desde el salto inicial. Sin embargo, a empellones de voluntad y con la energía de un deseo inagotable, los madridistas volvieron a su esencia en el último instante del partido. Poco más de siete segundos en los que hicieron un encaje de bolillos para una liga.

Un suspiro en el que los cinco jugadores en juego tienen una importancia determinante. Primero, Thompkins -enredado en una instantánea de lucha grecorramana con Singleton- y Deck se imponen por milímetros a sus defensores para que el rebote del tiro libre de Llull caiga muerto bajo el aro y sin dueño. Entonces, aparece como un rayo el hombre que lee el baloncesto más rápido que nadie, que intuye antes que ninguno lo que va a ocurrir: Rudy, viniendo desde muy lejos, caza el balón sin dueño y en menos que abre el pico un gallo se abre buscando el triple. En esas centésimas de segundo, mientras detectan que el mallorquín se va a adueñar del rechace, el resto de los jugadores comienza a maniobrar para abrir el campo y las líneas de pase. De forma instintiva, como si fueran un solo ser, los tentáculos de una hidra que siempre levanta su cabeza, Llull busca la esquina izquierda y Carroll su diagonal. Ni Aníbal hubiera soñado con tanta reacción milimétrica y maquinal en su ejército. El impulso de Rudy en la captura le dirige hacia el Increíble, a quien cede el balón con presteza. Cuando todos pensamos en otra de sus hazañas, Sergio ve lo que no vemos nadie, hace una pausa en el vértigo, finta y mira hacia el otro segmento de la cancha, donde Carroll se desgañita en silencio -para no llamar la atención de la defensa- saltando y moviendo los brazos. Apremiados por el reloj, los espectadores contenemos el aliento cuando el balón vuela hacia donde ninguno esperamos. Jaycee apunta, pero Claver, rápido y enorme, se aproxima. El francotirador del Madrid que pone el balón donde pone el ojo, termina la faena con la frialdad de un ejecutor. Finta, da un bote a su izquierda, el balón describe la parábola perfecta y el público salta. Una pequeña obra de arte baloncestística por su sincronía, su aplomo y el impulso de la fe en una victoria que nunca estuvo más lejos y nunca disfrutamos tanto. El Barcelona quiso y pudo con el partido, aunque no pudo con las creencias de una tradición, con el poder de un escudo, con el anhelo de unos jugadores y el empuje de unos fieles que, al término de la ceremonia, cantaban y se abrazaban durante minutos ante la última revelación de la fe madridista.


12 de junio de 2019

Vocabulario Fundamental. Periodismo y Periodistas (40) '3 cámaras robadas', grabar la represión policial en Sahara Occidental


Cortometraje documental grabado por Equipe Média que ilustra la vida cotidiana de los periodistas saharauis y los riesgos que asumen para mantener sus cámaras documentando la represión que el gobierno marroquí sobre la disidencia saharauí.

Los miembros de Equipo Mediático de Sahara Occidental luchan por mantener sus cámaras. Las usan para documentar las violaciones de derechos humanos del reino de Marruecos en la última colonia africana – Sahara Occidental.

Marruecos no deja que periodistas extranjeros entren en el territorio ocupado y las únicas imágenes que logran salir son las que Equipe Media captan en secreto, escondidos en azoteas tomando grandes riesgos. Graban demostraciones pacíficas que son violentamente reprimidas por la policía y las fuerzas armadas. También graban testimonios de la violencia que los Saharauis enfrentan en su vida cotidiana. Esto es una historia sobre romper la censura absoluta con imágenes únicas de un área donde las autoridades marroquíes logran implementar un bloqueo mediático casi total.


Palabras del director: Este proyecto es el resultado de la colaboración entre dos grupos, Equipo Mediático y RåFILM. Para enfatizar la importancia del trabajo colectivo no nombramos individuos sino vemos los grupos como los creadores de la película.

Equipo Mediático trabaja en Sahara Occidental bajo constante opresión ya que sus actividades son consideradas illegales y hay un riesgo constante de ser encarcelado. Como grupo tienen algunas personas que ocupan roles públicos de representación y otros que trabajan de manera escondida. De tal manera el grupo se vulve menos vulnerable a la represión Marroquí. El objetivo del grupo es distribuir sus películas rápidamente a través de los medios de comunicación social.

RåFILM trabaja en Suecia basados en la idea de que los miembros se apoyen mutuamente y compartan sus conocimientos. Normalmente trabajan en proyectos y procesos largos con mucho tiempo para distribuir las peliculas a un público amplio.

Juntos, los grupos usan el poder del trabajo colectivo para crear cambio social. En 3 Stolen Cameras han usado material único de Sahara Occidental para hacer un documental que puede alcanzar un público amplio. El objetivo es concientizar el público sobre la situación en Sahara Occidental y la ocupación ilegal en el cual los países mas ricos del mundo son cómplices. 

El documental 5 Broken Cameras, sobre la lucha en Palestina hecho por Emad Burnat y Guy Davidi, ha sido una inspiración para el tema de la película. La ocupación de ambos paises son similares con la gran diferencia que la ocupación de Sahara Occidental es mucho menos conocida y casi ausente en los medios de comunicación.

Los creadores de 3 Stolen Cameras exigen que las autoridades marroquís inmediatamente liberen los tres miembros de Equipo Mediático que se encuentran encercelados. Banbari Mohamed sentenciado a seis años de prisión, Bachir Khada sentenciado a 20 años de prisión y Lekhfaouni Abdaiahi sentenciado a cadena perpétua.

9 de junio de 2019

El Crackómetro (49) Nadal es eterno


Roland Garros. Nadal es eterno: ¡12 títulos en Roland Garros!

Rafael Nadal, triunfador ante Dominic Thiem por 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1, en 3 horas y 1 minuto.

Texto: Juanma Trueba A La Contra 09/06/2019


Rafa Nadal se encuentra tan cerca que tendrá que alejarse para que seamos capaces de apreciar su dimensión como tenista y deportista, quizá también como símbolo de una época. Lo de Rey de la Tierra se ha quedado corto, aunque no sea mentira. Nadal es mucho más que eso. Tendemos al reduccionismo, tal vez porque nos faltan palabras, y es habitual que proclamemos a Nadal como un luchador incansable y olvidemos su genialidad y su talento desbocado. Y no hay leyendas que lo sean únicamente por voluntad propia. Es necesario, además, un don y una protección especial del destino para no enfermar durante doce primaveras, o para sobreponerse a todos los imprevistos que caben en doce años, incluyo rivales, lesiones y conflictos personales.


Su 12º triunfo en Roland Garros es un récord que no encuentra referentes en el deporte de máximo nivel. Muy atrás quedan ya las ocho victorias de Federer en Wimbledon o los siete títulos de Schumacher y Rossi, incluso los siete Tours fraudulentos de Lance Armstrong. El mérito es todavía mayor si pensamos que Nadal ha coincidido con los que son, junto a él, los mejores tenistas de la historia, Federer y Djokovic. Valga una prueba, minúscula, de su superioridad cumplida todos la treintena: los últimos diez Grand Slams han sido vencidos por Rafa (4), Federer (3) y Djokovic (3).



Hasta hace poco tiempo (o no tan poco), era costumbre que los más grandes campeones se alternaran a lo largo de la historia. En el tenis se han concentrado en quince años. Y en esas condiciones de máxima rivalidad Nadal ha ganado 12 veces Roland Garros, un total de 18 victorias en Grand Slam, solo dos menos Roger Federer. Quizá nos hayamos apresurado al designar al suizo como el mejor de todos los tiempos. Los tiempos son maravillosamente cambiantes y turbulentos.

Nadal venció a Dominic Thiem, el único jugador con condiciones específicas para sucederle algún día como dominador de la tierra batida, con un marcador de 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1, en tres horas de partido. El marcador está lleno de significados. La primera lectura es que Thiem no se rindió y cualquier otro lo habría hecho después del primer set. Su reacción en el segundo fue una demostración de carácter y de excelencia tenística. También de su extraordinaria condición física, de esa frescura que solo se tiene a los 25 años. 

La segunda lectura tiene relación con Nadal: nunca se sintió en problemas, ahora lo podemos decir. Por eso no se vio ni mínimamente afectado con el set de Thiem, seguramente porque lo tenía todo previsto. De modo que sin alterar el gesto se lanzó al cuello de su rival al inicio del tercer set. Thiem disfrutaba de esa felicidad que atonta un poco (o bastante) después de los placeres máximos y cuando quiso reaccionar ya estaba con desventaja de 3-0, 6-1 poco después.

Para entonces, Thiem ya había comenzado a flaquear, a fallar lo que no fallaba y nadie albergó la menor duda de que ya estaba muerto, también él lo sabía. El resto fue desangrarse y conceder tiempo a los cronistas, los aficionados, los admiradores y los ventajistas. Estaba claro que Nadal iba a ganar y ganó. Después de doce años victoriososlo único que se le puede reprochar es que no sea capaz de recitar los versos de Cyrano en perfecto francés, tarea para la que necesitará algún triunfo más, nada parece imposible esta tarde.

El Crackómetro (48) Eden Hazard, habemus crack


Por fin se anunció el fichaje del gran Eden Hazard por el Real Madrid. Hazard deja al Chelsea luego de siete temporadas en las que acumuló un total de 352 partidos. Mismos en los que anotó 110 goles y dio 92 asistencias. Con la camiseta de los Blues conquistó en dos ocasiones la Premier League, una FA Cup, una Copa de la Liga y también dos títulos de la Europa League. 

Un jugador maravilloso que llega al club blanco con 28 años, en el mejor momento de su carrera (aunque nos hubiera gustado disfrutarle antes) para comandar el nuevo Real Madrid 19-20, que esperemos nos haga olvidar la calamitosa temporada 18-19, aliviada sólo -para la tropa madridista- por el desplome del Barça en Champions y Copa. Así de patéticos nos vemos. 

Tras el video de algunas de sus mejores jugadas con el que el club lo ha recibido importamos un magnífico y exhaustivo artículo publicado por La Galerna (el 'Pravda' de los madridistas como acertadamente señala JM) analiza el juego de este crack mundial, en la actualidad el mejor jugador del mundo junto a Mbappe y Messi. Bienvenido Eden Hazard al Real Madrid!!

Eden Hazard: diablo en patines

Escrito por: Marcelino - 7 junio, 2019

Eden Hazard no es uno más, pertenece a esa estirpe de niños prodigio que hacen su aparición muy temprano en el universo futbolístico y recién comenzados empiezan a quemar etapas y confirmar expectativas a pasos agigantados. 

Debut a los dieciséis años en Lille y estrella del campeonato francés a los diecinueve, cruzaría el canal de la Mancha para enrolarse en un Chelsea campeón de Europa y convertirse en la indiscutible estrella blue y una de las máximas figuras de la Premier League y el fútbol Mundial.


El Mundial de Rusia le catapultó al estrellato. El mundo le descubrió como líder de la talentosa camada de Bélgica y una de los jugadores más estimulantes y decisivos del momento.

Con los Diablos Rojos firmaría uno de esos torneos que quedan para el recuerdo y memoria del aficionado. El Real Madrid no permaneció ajeno a la explosión de Eden y vio en él un jugador con el porte para ser referente de presente y de futuro en el Santiago Bernabéu. No se equivocan.

En patines

Empezando por lo superficial, desprende una energía especial que cautiva al espectador. Su fútbol es extremadamente bello, de auténtica orfebrería con una técnica y movimientos propios del patinaje artístico.


Es simultáneamente liviano y potente. Liviano porque se mueve como una pluma, con facilidad para ejecutar todo tipo de cambios de dirección y de aceleración. A su vez, posee un centro de gravedad lo suficientemente bajo que le otorga mucho equilibrio y que junto a un tren inferior muy potente que le da muchísima explosividad y fuerza de choque.


Técnicamente se trata de un superdotado. El balón va cosido sobre la punta exterior de su pie y permanece en todo momento bajo su control.

Se sirve de un paso corto pero muy potente que unido a su control de balón le permite realizar todo de tipo de giros, cambios de dirección y de ritmo. Si de heredero de una estirpe se tratara, Hazard es de la casa de los regateadores. 

El belga pasa por ser uno de los tres talentos regateadores de esta generación. Junto a Messi y Neymar Jr. comanda año a año las estadísticas en este campo dentro del panorama continental.



Los registros en este apartado son impresionantes. Hablamos de un jugador que promedia 230 regates a lo largo del curso con un promedio de acierto del 75%.

Números demoledores tanto por la cantidad como por la calidad. A través de su juego agrede a los rivales, ya sea encarando o protegiendo el balón.

Es un maestro del regate y domina los diferentes registros de la materia. Sale hacia todos los perfiles, izquierda, derecha, dentro-fuera, fuera-dentro.



En un palmo de terreno y en medio de una maraña de piernas rivales se sirve de su control y su cuerpo para salir de la situación, por comprometida que pudiera resultar.

Cuando Hazard recibe el balón se activa el modo “patio de colegio”, el belga hace avanzar y progresar la jugada sorteando rivales. Ya sea a través de un control orientado que le ponga de cara o, si ya lo está, en cuanto entra en contacto con el cuero el jugador se activa, arranca y acelera.

Encarando en situaciones más posicionales es un driblador paciente, le gusta jugar con el rival, se sirve de su paso corto y a partir de ahí amaga con salir en una u otra dirección hasta que encuentra la rendija por la que colarse, cambiando el ritmo o recortando.

Donde Hazard se torna especialmente peligroso es en las transiciones. El ‘10’ blue se desmelena y muestra habilidad de progresar la jugada a través de su brutal slalom.

El primer punto en este aspecto es su recepción. El jugador se orienta muy bien de cara a encontrar una salida.

Cuando recibe de espaldas a la jugada, pese a ser un jugador pequeño, utiliza muy bien su cuerpo, bajando su centro de gravedad para hacerse grande y generar separación respecto al rival. 

La fluidez de sus caderas le otorga muchísima capacidad de giro de forma que una vez producida esa separación tiene capacidad de salir en una u otra dirección.


En cuanto consigue ponerse de cara se muestra imponente. Su conducción es extremadamente precisa y ágil, ejecutadas a máxima velocidad. Tiene un primer paso muy potente (burst) a partir del cual se proyecta y alcanza una velocidad endiablada.


Además, demuestra una fuerza especial en este tipo de acciones. Su centro de gravedad, unido a la explosividad y velocidad con la que se mueve le convierte en un jugador muy difícil de derribar en este tipo de acciones sin incurrir en faltas.

Si bien lo que llama la atención del espectador de Hazard es su repertorio individual, nos encontramos ante un jugador de una vocación eminentemente colectiva. Su juego está orientado en generar ventajas para los suyos. Su toma de decisiones es excepcional, interpreta lo que el partido requiere y actúa en consecuencia.


Su voluntad es la de participar, de ahí que sus movimientos están orientados a habilitarse en posiciones en las que pueda recibir. Siendo la mitad izquierda del campo su principal zona, es un jugador que aparece por todo el campo. Es bastante frecuente verle aparecer en zona de mediocentro para recibir y acelerar la jugada. La intención de Hazard pasa por meterle colmillo a la jugada, añadiéndole velocidad y veneno.


Pese a todo es un jugador muy responsable en la gestión del cuero. Su control del balón y el uso de su cuerpo le permiten proteger el esférico respecto al rival en todo momento, sin descuidarlo y descargando en el momento oportuno.

Se trata de un grandísimo pasador, por su visión de juego y la técnica de desplazamiento. Funciona muy bien tanto en corto, donde se asocia con los compañeros cercanos en búsqueda constante de paredes como en profundo donde lee bien los espacios libres y a los compañeros. En transiciones es un gran lanzador, domina bien el cambio de orientación para el compañero que ataca el espacio aclarado en el costado opuesto.



Respecto al último pase, en el que Eden Hazard es un consumado especialista. El belga se ha destapado este curso con 19 asistencias, convirtiéndose en el máximo asistente del fútbol europeo. Para ello, se ha nutrido de una de sus especialidades, el pase atrás. Se trata de una acción que domina a la perfección, atrae rivales, gana línea de fondo y posteriormente descarga a la segunda línea.


También funciona muy bien en profundo, ya sea en acciones de último pase a la espalda de la línea defensiva o bien desde el pico de área donde encuentra a compañeros que llegan desde segunda línea o desde los costados. Se muestra muy paciente a la hora de esperar al desarrollo de la jugada y ejecutar el pase con un buen timing.

Su lectura de juego es periférica, lo que le ofrece un campo de visión de 360 grados sobre todos los movimientos que tienen lugar a su alrededor. Para servirse de tal visión, una de las acciones técnicas que ha desarrollado Eden Hazard son las acciones de espalda. Los pases de tacón son una de las especialidades de su repertorio. Ya sea para asistir o para prolongar, domina la técnica para realizar pases de espaldas con la precisión y tensión óptima.

Para prolongar utiliza generalmente la cara interior del talón del pie con la que acelera la jugada y hace progresar a la misma. También son comunes sus toques de espuela.


En las inmediaciones de la portería emplea estas acciones atrayendo rivales para posteriormente asistir de tacón mediante una dejada o pisada a quien llega desmarcado desde segunda línea.

En el apartado goleador no nos encontramos ante un goleador prolífico. Sus cifras goleadoras son buenas, pero lejos de los números a los que nos tienen acostumbrados los grandes goleadores del panorama internacional. En sólo dos ocasiones (2010/11 y 2018/19) ha superado la veintena de goles durante la temporada de clubes.

Son muchos los factores que explican su producción goleadora. Por una parte, se trata de un jugador que participa más en la gestación del juego y de las ocasiones que en la finalización de las mismas. Sin embargo, en la era de la explosión goleadora de los media puntas y extremos, hay razones de carácter técnico que pueden servir para fundamentar este déficit goleador.

No termina de encontrar forma de llegar a los goles fáciles. Si uno repasa los goles de Hazard, pocas son las situaciones francas de remate que encuentra. Dentro del área no se desenvuelve con soltura a la hora de encontrarlas. Asimismo, en sus movimientos sin balón tiende a dirigirse al balón y no a la portería. Sus desmarques son de apoyo, no de ruptura.


Respecto a este último punto, convendría acudir a la psique del jugador. El protagonista ha declarado en incontables ocasiones que su forma de entender el juego está muy relacionada con la diversión, con la participación en el mismo y no la finalización, pasando su felicidad por el juego y no por el gol.

En el golpeo de balón convendría separar diferentes registros. Desde media distancia hoy no es un ningún factor, le falta rango de tiro. A su disparo lejano le falta la potencia y la rosca necesaria. Peor, si cabe, es su remate de cabeza, donde no muestra habilidad alguna, ni por su capacidad de salto, ni por técnica.

Sin embargo, se trata de un definidor excelso. Define de forma sutil y precisa, con la colocación, anticipación y tensión adecuada para resolver. Es un jugador frío ante el portero que se sirve de un golpeo con ambas piernas, cruzado y seco.

Su problema a nivel goleador es de cantidad y no de calidad, pues es un jugador preciso a la hora de resolver acciones de valor gol. Su volumen goleador siempre está por encima del volumen de goles probables que produce. Materializa las ocasiones, pero produce pocas para sí mismo.

Patinando en Concha Espina

Hazard aterriza en la capital blanca en el mejor momento de su carrera, un fichaje que evoca tiempos pasados, cuando se firmaba al jugador en el cénit de su carrera, cuando las facultades físicas y el conocimiento del juego derivado de la experiencia se fusionaban.

Además, lo hace en plenitud, su dinámica y curva de rendimiento es ascendente. En este sentido, su carrera no ha sufrido el desgaste propio de la presión de algunos proyectos europeos, sino que llega con la mochila vacía y con todo por demostrar. También lo está a nivel físico, donde ha sido un jugador respetado por las lesiones a lo largo de su carrera.

El impacto inmediato será en términos de calidad y jerarquía. Si bien el Real Madrid está repleto de estrellas y campeones, no es menos cierto que en la parcela ofensiva del terreno de juego ha perdido capacidad de intimidación e incluso personalidad y liderazgo. Hazard es un jugador contrastado en la élite y acostumbrado a asumir la responsabilidad en el campo.

El Real Madrid añade un perfil de futbolista del que no disponía desde la salida del Ángel Di María en 2014, el regateador. Muchos son los blancos con capacidad de desequilibrio, pero regateadores consumados como Hazard a día de hoy ninguno. Zinedine Zidane contará con un arma capaz de descoser sistemáticamente sistemas defensivos rivales.


Su capacidad asociativa y entendimiento del juego entre líneas debe facilitar el proceso de construir sociedades con sus compañeros. 

El cuadro merengue cuenta entre sus filas con algunos de los jugadores más dotados técnicamente en el control y pase, él será uno más en este sentido. Su capacidad de fundirse en circuitos asociativos y no perderla, permitirá al equipo blanco gozar de la capacidad de esconder el balón, recurso que ha sido muy poderoso en Europa en 2017 y 2018.

Con Karim Benzema se vaticina una conexión especial, al belga le encanta servirse de sus compañeros para catapultarse y ninguno combina de forma más precisa y más rápida en medio del tráfico de piernas rivales que Benzema.

Además, los movimientos fuera-dentro de Hazard y dentro-fuera de Benzema deberían compensarse. Sin embargo, a Karim suele favorecerle que el compañero de ataque realice movimientos de ruptura y no de apoyo, aprovechando los espacios que el delantero galo suele generar, de ahí su conexión especial durante nueve años con Cristiano Ronaldo o con Vinicius Jr. Siendo Hazard un elemento de profundidad, lo es a partir del balón y no del espacio.

En cualquier caso, hemos visto un Karim Benzema al que durante muchos tramos del curso 18/19 se le ha exigido desde la pizarra ser principio y fin de los ataques blancos, generador y finalizador, y pese al buen hacer del ‘9’ blanco, lo cierto es que el equipo se ha encontrado huérfano de recursos. Con Eden Hazard el ataque blanco debería ganar coherencia en el reparto de roles, tanto en la generación como en la finalización.

Tras la salida de Cristiano Ronaldo, el Real Madrid no ha encontrado fórmulas y patrones de ataque. Ha sido un equipo que se ha ahogado en la pizarra y posteriormente en el campo. Desde la perspectiva individual, no supone un plus en algunas áreas en las que los de Chamartín andan cortos, como son el remate en el centro del área o la media distancia, acciones que han ido desapareciendo con la salida del luso y el progresivo ostracismo de Gareth Bale.

Sin embargo, Hazard es un generador ofensivo de primer orden, de los que genera ventajas por sí mismo y para sus compañeros, a partir de ahí Zidane deberá rediseñar el ataque para aprovechar todo aquello que le puedo ofrecer el belga a partir de su creatividad y desequilibrio. Siendo Benzema y Hazard jugadores de apoyo, deberán encontrarse mecanismos de ruptura a través de la segunda línea o de los costados (laterales y aclarado en derecha).

A tal efecto, los laterales vuelven a antojarse fundamentales de cara al futuro, siendo elementos tanto de amplitud como de profundidad. Otro de los elementos clave será atacar aclarados. Lo cierto es que hoy por hoy el Real Madrid no cuenta con grandes atacantes de espacios, la totalidad de sus hombres de ataque han mostrado mayor vocación por el apoyo que por la ruptura.

En este punto puede ser interesante la figura de Vinicius Jr. que ha mostrado aptitudes para estas lides. Quizás su mayor debe hoy por hoy sean las acciones de finalización, una materia en la que la evolución sólo puede llegar a través de la experiencia y en el tiempo. Sin embargo, es una figura devastadora a campo abierto y si mejora sus movimientos sin balón, añadiendo movimientos profundos a la espalda de la línea defensiva, puede dar un salto cualitativo muy importante es su carrera.

Posicionalmente, Hazard demanda libertad entre líneas. Su radio de acción principal es la mitad izquierda del campo, pero lo hace desde la libertad total para moverse a lo largo y ancho del campo. Es un jugador híper móvil, en búsqueda constante de participar en la jugada. No es extraño verle moverse a zonas de creación lo que obligará movimientos de compensación, similares a los acontecidos con Isco ocupando el vértice del rombo en 2017 y 2018. Esa misma libertad que el jugador demanda en ataque la suele demandar en defensa, donde es un jugador poco sacrificado e implicado en este tipo de tareas.

La llegada de Hazard supone una inyección de ilusión para el proyecto. El club se hace con un activo de primer nivel de valor máximo que constituye toda una declaración de intenciones y de poder. Por su parte el equipo firma un titular de rendimiento inmediato, que debería dar un salto de calidad al equipo y armonizar de nuevo el reparto de roles y jerarquías.