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22 de julio de 2019

Campanadas de la Historia (69) El día que caminamos sobre la Luna


El viaje a la Luna

El 20 de julio de 1969, uno de los sueños más antiguos y profundamente arraigados de la humanidad se hizo realidad. En las pantallas de televisión de todo el mundo aparecieron imágenes surrealistas, en una atmósfera de suspense y asombro. Hace siglos, incluso milenios, que el hombre fantaseaba con el cuerpo celeste que transita por encima de nosotros. Ese día, 3.000 millones de personas están al lado de Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, para vivir una experiencia que habría sido impensable tan solo diez años antes: caminar por la Luna. El primer viaje del hombre a la luna duró 8 días, 3 horas, 18 minutos y 35 segundos. Hora por hora, se reviven los momentos cruciales de esos días y el increíble eco que la misión tuvo en todo el mundo. Neil Armstrong: “No hemos podido ver ninguna estrella por la ventanilla, pero desde mi escotilla superior estoy contemplando la Tierra en este mismo instante. Se ve grande, resplandeciente y hermosa”.



20 de julio de 2019

Vocabulario Fundamental. Viajes y Migraciones (13) Las personas del Aquarius, un año después

En junio pudimos ver en El Intermedio, uno de los programas televisivos indispensables del Juez Roy Bean, una entrevista de Gonzo a dos de los más de 600 migrantes y/o refugiados que el año pasado llegaron al puerto de Valencia en tres barcos de rescate, el más conocido el Aquarius siendo incluso recibidos por la vicepresidenta Carmen Calvo, lo que nos daba esperanza de que al fin tuviéramos unos gobernantes sensibles al tema de las migraciones forzadas, uno de los grandes dramas de nuestro tiempo. 


Un año después parece cada vez más claro que fue un acto más de postureo de nuestros políticos nacionales y europeos, que se pasan las responsabilidades los unos a los otros en el tema, mientras personas reales mueren o, las más afortunadas, son recibidos por ONG que poco pueden hacer más por ellos que atenderlos en su llegada e intentar ayudarles en sus procesos de solicitud de asilo. Mientras, sus vidas permanecen en suspenso. Ahora nos las cuentan. 


¿Cómo ha cambiado la situación de los migrantes que viajaron a bordo del Aquarius?: Responden dos refugiados

Mok Kamara y Emilu Sini viajaron como refugiados a bordo del Aquarius. ¿Cómo vivieron desde dentro el momento en el que supieron que ningún país quería acogerles?, ¿ha cambiado su situación desde que viven en España? Gonzo les entrevista en El Intermedio, para conocer a fondo sus historias.

laSexta.com / Madrid 19/06/2019 

Hace un año el Gobierno de Pedro Sánchez permitió desembarcar en puerto español al Aquarius, un barco que acogía a 629 migrantes y que ningún país europeo se prestó a recibir. Gonzo entrevista a dos de las personas que viajaron a bordo del Aquarius. ¿En qué situación se encontraban en las balsas de plástico en las que iban antes de que llegase el Aquarius?

"El agua empezó a entrar, había una mujer embarazada, nos vio un helicóptero y se comunicó con el Aquarius, que vino a rescatarnos", explica Mok Kamara. Después del viaje tan duro que recorrieron desde su país de origen, les tocaba hacer frente a una situación que no se esperaban: no había países europeos que quisieran recibir al Aquarius. ¿Cómo se sintieron en aquel momento?

"No olvidaré ese momento en mi vida. Éramos 600 personas en un solo barco... Italia nos rechazó, Malta y otros países. Cuando nos enteramos de que España nos aceptaría no podíamos estar más felices", relata Kamara.

Emily Sini explica que cuando llegó el bote de Salvamento les dijeron que ningún país se haría cargo de ellos: "Nos dijeron que lo mejor es que nos devolviesen a Libia. Yo le dije que si nos volvíamos a Libia, saltaría al agua, porque allí no tengo vida. El capitán se asustó", recuerda.

La acogida del Aquarius llevó a pensar que España comenzaría un cambio en la manera en la que trataría a los migrantes. Un año después, ¿piensan ellos que España trata bien a los migrantes africanos?

"Pedro Sánchez, cuando nos aceptó, nos prometió que nos iba a dar documentos. Cuando estábamos dentro del barco la gente decía que éramos afortunados, pero estamos decepcionados. Agradecemos a España lo que ha hecho, pero en otros países ya tienen papeles, nosotros no tenemos ningún permiso para estar aquí", critica Kamara.

De cara a un futuro, Sini asegura que no se quiere ir, pero necesita los documentos definitivos para quedarse aquí. Por su parte, Kamara insiste en que necesitan protección: "Vivir aquí es ilegal para nosotros, y eso es malísimo. En cualquier momento nos echan del país".

Y lanza un mensaje final al Gobierno: "Le rogamos, después de un año, que continúe con el proceso de asilo".

15 de julio de 2019

Música para camaleones (116) Father John Misty - Things it would have been helpful to know before the revolution



It got too hot and so we overthrew the system 'Cause there's no place for human existence like right here On this bright blue marble orbited by trash Man, there's no beating that It was no big thing to give up the way of life we had Oh ho oh My social life is now quite a bit less hectic The nightlife and the protests are pretty scarce Now I mostly spend the long days walking through the city Empty as a tomb Sometimes I miss the top of the food chain But what a perfect afternoon Industry and commerce toppled to their knees The gears of progress halted The underclass set free The super-ego shatters with our ideologies The obscene injunction to enjoy life Disappears as in a dream And as we return to our native state To our primal scene The temperature, it started dropping The ice floes began to freeze From time to time we all get a bit restless With no one advertising to us constantly But the tribe at the former airport Some nights has meat and dancing If you don't mind gathering and hunting We're all still pretty good at eating on the run Things it would have been helpful to know before the revolution Though I'll admit some degree of resentment For the sudden lack of convenience around here But there are some visionaries among us developing some products To aid us in our struggle to survive On this godless rock that refuses to die

10 de julio de 2019

Un mundo mejor es posible (51) Compañeros del metal: Alex Domínguez y la fraternidad


Una de las fotos más emocionantes del año es del fotógrafo Dani Cruz y se dio en el festival de música heavy-metal Resurrection Fest en Viveiro (Lugo) cuando los asistentes al concierto de Arch Enemy auparon espontáneamente a Alex Dominguez, un joven riojano con parálisis cerebral que había decidido salir de la zona reservada a la movilidad reducida para vivir el concierto donde el mogollón. Una imagen plena de felicidad, de éxtasis, de solidaridad y camaradería, una imagen para recordar. Gente que mola. 




“Vi a un compañero, que hizo un gesto, me di la vuelta y no lo pensé mucho: vi a Álex, subí a la valla y disparé. Fue una reacción automática… No me paré a pensarlo”. Dani Cruz es un fotógrafo que este fin de semana, en el Resurrection Fest, captó una de las imágenes más emocionantes de esta temporada musical. En su instantánea se ven riesgo, pasión, euforia, respeto, fraternidad y asombro. “Viendo la repercusión que ha tenido, sí me planteo presentarla a algún concurso fotográfico”, comenta el fotógrafo a El Confidencial. De momento, en la red está arrasando y mediáticamente —de puertas hacia fuera del festival— la imagen ha superado a lo vivido sobre el escenario, en el que Slipknot fue la mayor atracción.

Álex Domínguez es un metalero más que acudió este pasado fin de semana a la decimocuarta edición del Resu (en Viveiro), estudiante de Derecho por la Universidad de La Rioja y con movilidad reducida. Durante el concierto de Arch Enemy pidió a los asistentes que tenía a su lado si le podían levantar para vivir más intensamente el concierto y así lo hicieron. En ese instante coincidieron la euforia del fan y la cámara del profesional para dejar una fotografía magnífica.

“Luego hablé con él para saludarle y pedirle su 'e-mail' para enviarle la foto. Me dijo que estaba contento con la foto y que quería intentar hacer lo mismo con Lamb of God. Y lo hizo [también con Trivium], pero con Arch Enemy fue la vez que más se acercó al escenario y coincidió que ocurrió durante las tres primeras canciones, cuando los fotógrafos podemos estar en el foso para realizar las fotos al grupo”, señala Dani, que por primera vez acudía como fotógrafo oficial del Resu.

Lo que hizo Álex, pedir al público que le levante y le lleve en volandas hasta el foso de delante del escenario, es una práctica habitual en este tipo de festivales, lo que hace especial el momento fue que no era normal ver a una persona en silla de ruedas… Por supuesto, el Resu tiene zona de movilidad reducida, pero Álex quiso implicarse y vivir el momento más intensamente, algo para lo que no todos están preparados...

La imagen llena de orgullo al organizador

El caso de Álex es un ejemplo más que demuestra que el público que asiste al Resurrection se siente como una gran comunidad, donde priman el compañerismo y la solidaridad entre sus asistentes. Gracias una vez más por dar una lección de comportamiento y civismo durante todo el festival, por otro año más con cero incidentes, y ya van 14. Sois el mejor público del mundo”, añade Iván Méndez, uno de los organizadores de este multitudinario evento que comenzó siendo la fiesta de un pueblo y ha terminado en uno de los gigantes de España… y Europa.

Vocabulario Fundamental. Humor (22) Los Zanguangos de Joaquín Reyes en El Intermedio IV



Cuarta entrega de los desopilantes Zanguangos de Joaquín Reyes en El Intermedio, uno de los programas de cabecera del Juez Roy Bean. A disfrutarlos!!

Santiago Abascal



Pedro Sánchez



Papa Francisco





Juan Carlos I


Pablo Casado



Puigdemont



Juanma Moreno

5 de julio de 2019

Estupor y Temblores (65) Europa 1945: la venganza de los vencedores, la paz salvaje

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, la gente de la Europa liberada celebró su libertad de la tiranía nazi. Pero para millones de alemanes, el final del conflicto abrió un capítulo terrible en una de las mayores limpiezas étnicas de la historia europea. Sufrieron una tremenda violencia, especialmente aquellos alemanes que habían vivido pacíficamente durante siglos en los países vecinos. Dirigido en 2015 por el británico Peter Molley, 'La paz salvaje' (The savage peace) usa archivos de películas nunca vistos y testimonios de los testigos oculares para narrar una historia desgarradora de violencia contra civiles alemanes, que a veces eran un espejo de algunas de las peores crueldades de los ocupantes nazis durante los años de la guerra. Esta historia hasta ahora no había sido contada, 70 años después de que ocurriese. Como reconoció el escritor George Orwell "el trato a los alemanes derrotados fue un terrible crimen que ha quedado impune".

Debajo del documental hemos añadido una entrevista de Jacinto Antón a Keith Lowe, autor del muy recomendable libro 'Continente salvaje', un impactante texto que recorre la geografía de deportaciones, violaciones, pogroms, ejecuciones sumarias y represalias de todo tipo que no sólo hubo sobre los alemanes sino también sobre otras minorías o etnias en lugares como Prusia Oriental, Polonia, Checoslovaquia, Ucrania, Rumania etc Era un continente sin instituciones, sin ley ni orden ni fronteras ni moralidad, ni propiedad privada, en el que sólo la supervivencia y la venganza de los vencedores prevaleció, extendiéndose durante cinco largos años de conflictos de posguerra. De aquellos espantos nació la Europa moderna aunque, afortunadamente, el paso del tiempo fue disipando el odio para dar paso a la unidad y la solidaridad entre los pueblos que, al menos en teoría, es la Unión Europea de hoy. 



Callaron las armas y fue un infierno

Keith Lowe describe en ‘Continente salvaje’ el horror en Europa tras la II Guerra Mundial


Bajó el telón de la II Guerra Mundial, pero los cuatro jinetes del apocalipsis no dejaron de galopar. En Europa, en un mundo devastado por cinco años de contienda, la gente se las prometía muy felices al firmarse la paz y sin embargo lo que siguió fue un espanto. En un continente devuelto a una condición casi medieval, inmerso en un completo caos, con destrucciones sin cuento, las instituciones colapsadas y la sed de venganza a la orden del día, el desastre humano y moral era absoluto. 

A mostrar ese siniestro panorama que fue el envenenado legado de la contienda ha dedicado Keith Lowe (Londres, 1970), uno de los más destacados de la nueva generación de historiadores británicos, su libro Continente salvaje, Europa después de la Segunda Guerra Mundial(Galaxia Gutenberg), un libro que se lee con el corazón en un puño especialmente ante la suma de nuevos horrores y vejaciones que tuvieron que aguantar los supervivientes en una cruel nueva vuelta de tuerca de la historia sobre sus víctimas.

¿Fue peor la posguerra que la guerra? “No llegaría yo tan lejos como a afirmar eso”, responde Lowe. “En algunas áreas quizá, aunque en general no. Pero mientras en algunos lugares el fin de la guerra se celebraba con fiestas, en otros continuaba la violencia, e incluso eran parte de las celebraciones la muerte y la vergüenza de otros. Cientos de miles de personas fueron asesinadas o se las dejó morir después de la guerra”. El historiador recalca que es una falsa idea la de que en 1945 todo volvió a la normalidad. “Hizo falta una transición que estuvo llena en muchos sitios, cuanto más al Este peor, de injusticias, atropellos y crueldad, fue una época sin ley”.

Refugiados de la II Guerra Mundial

El libro muestra que las democracias podían ser muy vengativas. “No tanto como los regímenes totalitarios pero sí, la venganza forma parte de la naturaleza humana, es algo innato y difícil de controlar, y hubo una gran ola de venganza en toda Europa”. Continente salvaje presenta casos —menos conocidos que los de las acusadas de colaboracionismo en Francia rapadas (¡20.000!)— como el de las mujeres y niños marginados y privados de derechos en Noruega, las primeras por ser parejas de soldados alemanes y los segundos por ser el fruto de esas uniones. Lowe explica que el 10 % de las noruegas de entre 15 y 30 años tuvieron novios alemanes durante la guerra. Se tachaba a esas mujeres de traidoras a la nación, aunque ellas y otras en su mismo caso en otros países de Europa consideraban sus relaciones un asunto privado, como la actriz francesa Arletty que, cuenta el historiador, durante su juicio en París por su affaire con un oficial alemán exclamó: “Mi corazón pertenece a Francia, pero mi vagina es mía”.

En cuanto a los niños, Lowe apunta que los soldados alemanes engendraron entre uno y dos millones en la Europa ocupada. En 1945 un diario noruego consideraba a los del país escandinavo “una minoría bastarda peligrosa” susceptible de convertirse en el futuro en “una quinta columna entre la población noruega pura”.

Lo que ocurrió con los judíos fue terrible. “Sobre todo porque tenemos la idea de que el Holocausto generó una gran empatía con los judíos tras la guerra y ese no fue el caso. En muchos lugares se reavivó el antisemitismo. Los judíos supervivientes volvían a sus casas sin nada y tuvieron que luchar para recuperar sus propiedades. En ese conflicto, no hubo compasión con las víctimas". Lowe recoge casos como los de la judía holandesa superviviente de los campos a la que un conocido la recibió diciendo: "Tienes suerte de no haber estado aquí, ¡no sabes el hambre que hemos pasado!". 


En Hungría, Eslovaquia y Polonia hubo verdaderos pogromos. Al menos 500 judíos fueron asesinados en Polonia entre la rendición alemana y el verano de 1946”. Una de las tragedias que sobrevino con la paz fue la de la deportación forzosa de poblaciones desplazadas a lugares en los que les aguardaban duros castigos. “Los británicos y estadounidenses entregamos a los soviéticos a millares de refugiados y prisioneros de guerra procedentes de Europa oriental, como 70.000 cosacos y al ejército de Vlasov, sabiendo que les esperaba en muchos casos la muerte (los que caían en manos del Ejército Rojo tenían 90 veces más probabilidades de morir que los que apresaban los aliados occidentales)”.

A Lowe le cuesta decir qué es lo que le conmueve más de todos los dramas de su libro. "Pero con lo que tengo pesadillas es con lo que se hizo a los civiles alemanes en los campos de prisioneros. Algunos guardias trataron de imitar lo que habían hechos los nazis en nombre de la venganza. No digo que algunos alemanes no merecieran castigo pero eso no es excusa para la brutalidad que se ejerció sobre ellos, lo que les hicieron”. Lowe, que inauguró en Barcelona el proyecto Espacio de Humanidades. Mediterráneo y Europa, en el Palau Macaya de la Obra Social La Caixa, está de acuerdo en la comparación de la Europa de 1945 con la de la Guerra de los Treinta Años. “Todas las estructuras de la sociedad cayeron, las cosechas se perdieron, incluso las que pudieron recogerse no había manera de transportarlas, todo estaba destruido: el hambre fue peor que durante la guerra”.

Había huérfanos por todas partes, señala el historiador, cientos de miles sino millones que se habían quedado sobre todo sin padre. Y muchos niños perdidos; 35.000 solo en Berlín en verano del 45. "Los niños eran el futuro para construir una nueva sociedad pero muchos estaban profundamente traumatizados. Hay muchos testimonios de niños a los que aterrorizaba la simple visión de un hombre en uniforme. Toda una generación se quedó sin referentes masculinos, con los padres muertos o prisioneros durante largos años". Muchos pueblos se quedaron sin hombres, lo que tuvo un efecto traumático en toda una generación de mujeres. "Los hombres se convirtieron en un bien muy preciado". En la URSS había al final de la guerra 13 millones más de mujeres que de hombres.

Para el historiador lo más importante es que la nueva Europa, la nuestra, se forjó en medio de "esa época violenta y vengativa", y fue entonces cuando "muchas de nuestras aspiraciones, de nuestros prejuicios y rencores cobraron forma”.

3 de julio de 2019

Vocabulario Fundamental. Viajes y Migraciones (12) Los migrantes invisibles


Parece que sólo cuando se produce algún hecho trágico que impacta viralmente en las redes sociales, en este caso una imagen un padre abrazado a su hija en un último e inútil abrazo final con el río Bravo metido en sus pulmones. No es sólo el símbolo de un drama colectivo sino ante todo una tragedia familiar, una monumental tragedia humana. Óscar Alberto Martínez Ramírez, salvadoreño cuyo cuerpo fue encontrado en el Río Bravo, junto a su hija Valeria de casi 2 años de edad ejemplifica el destino de tantas personas anónimas muertes. Como relata su madre su último mensaje a 2000 kilómetros de donde se dejaron la vida fue "Mamá te amo. Cuídense"...

Cada año, decenas de miles de familias, de personas desesperadas dejan atrás sus hogares en Centroamérica y atraviesan México como migrantes irregulares con la esperanza de llegar a Estados Unidos y de ver cumplida allí el sueño americano de un nuevo trabajo y una nueva vida. Pero con demasiada frecuencia ese sueño se convierte en pesadilla al afrontar uno de los viajes más peligrosos del mundo.

El director británico Marc Silver y el actor y productor mexicano, Gael García Bernal en colaboración con Amnistía Internacional mostraron en 2010, en el cortometraje documental 'Los Invisibles', este viaje lleno de peligros acechantes en forma de abusos, secuestros, violaciones e incluso asesinatos, en cualquier caso una experiencia traumática, en boca de unas personas que no se juegan la vida por capricho, sólo quieren poder vivir sin miedo, como cualquiera de nosotros. Respecto al tema migratorio, independientemente de lo que hagan los gobiernos, creo que las personas individuales sólo han de hacerse una pregunta: ¿cómo me gustaría que me trataran en un país extraño si donde siempre he vivido hubiera guerra, si me persiguieran o si la miseria acosara mi vida y la de mi familia? Pues eso. 

Documental dividido en cuatro partes, que muestra la verdad que hay detrás de una de la odiseas más peligrosas del mundo. Las historias se relatan a través de testimonios de personajes que emprendieron este recorrido que puede empezar en Nicaragua, El Salvador, Honduras o Guatemala, y que incluye el paso obligado por México, un territorio plagado de peligros. Miles de migrantes siguen emprendiendo este viaje de manera indocumentada con el apoyo de traficantes de personas o, incluso, solos. Secuestros, violaciones, trabajo forzado para grupos del crimen, discriminación racial o la muerte son los peligros que a diario enfrentan los centroamericanos en búsqueda de trabajo en Estados Unidos, los episodios son:


- Seaworld (Seaworld): Personas con la esperanza de llegar a los Estados Unidos; una joven viajando con su familia sueña con visitar Seaworld. Filmado en un albergue para migrantes en el sur de México, este documental revela los peligros que les esperan.

- Seis de cada diez (Six Out of Ten): Gael García Bernal habla con tres mujeres de Honduras que están viajando en busca de una vida mejor para sus familias. Están corriendo un riesgo enorme. Seis de cada diez mujeres que intentan el viaje sufren abuso sexual.

- Lo que queda (What remains): Es posible que los familiares en Centroamérica nunca sepan lo que les sucedió a sus seres queridos. En El Salvador, una madre nos habla de su desesperación al no saber dónde está su hijo diez años después de que salió con destino a los Estados Unidos diciendo que llamaría a casa en doce días.

- ‘¡Gol!’ (”Goal!”): A pesar del peligro y los riesgos, seguirán llegando migrantes. Duermen en el suelo, piden comida y se aferran a los exteriores de los trenes de carga en movimiento para que los acerquen a su destino. Muchos sufren lesiones graves, pero siempre habrá quienes se preparen para enfrentar el viaje.


1 de julio de 2019

Un mundo mejor es posible (50) Madrid Fatal


Madrid Fatal

Se desconoce si mantener una medida como la de Madrid Central costará sangre y lágrimas, pero sudor ya ha empezado a costar bastante

Manuel Jabois - El País 30 Jun 2019

Durante unos minutos Madrid fue poesía. Sucedió cuando cientos de personas se echaron a la Gran Vía cortada para la ocasión a manifestarse por un tráfico restringido y entre las muchedumbres se quedaron atrapados varios coches, a los que hubo que hacer un pasillo de despedida casi a modo de homenaje. Lo más divertido fue que en algunos sectores de la manifestación, que arrancaba en esos momentos desde Callao, se creyó que quizá el Ayuntamiento no había cortado el tráfico a pesar de que la marcha estaba autorizada: la potentísima imagen de la sombra recortada del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, en su ventanal de Cibeles, con el aire acondicionado a todo trapo dando la orden de soltar a los coches como quien suelta a los leones, circuló brevemente. Un sonar de tambores, como quien anuncia un regreso, despejó las dudas: la Gran Vía volvía a ser de los manifestantes y el poder, de la derecha, como siempre. Y, como siempre, habían vuelto las batucadas.

Se desconoce si mantener una medida como la de Madrid Central, que ha rebajado la contaminación y conseguido algo tan valioso como incalculable, un aire más limpio, costará sangre y lágrimas, pero sudor ya ha empezado a costar bastante. Hay que querer mucho a una ciudad para salir con más de 40 grados a manifestarse por ella. Pero el motivo de la protesta es algo íntimamente ligado a ese calor, algo que va más allá de las cuitas de Madrid y su almendra central. No es fácil de ver, como ya anticipó aquel hombre del vídeo viral que decía dónde estaba la contaminación, que él no la veía, pero sí fácil de sufrir. Y el caso es que en Madrid se ve esa boina que por momentos, con imaginación, parece una difusa nave nodriza posándose sobre el pueblo, y la contaminación se sufre menos, al menos hasta ahora. Digamos que el PP es ese nuevo entrenador que se encuentra en su plantilla heredada a un jugador fantástico fichado por el míster anterior; su promesa fue venderlo, pero el tipo te mete 40 puntos por partido. Ese es Almeida viendo los índices de la calidad del aire de Madrid en una mano y sus mítines en otra. Joder el aire o satisfacer al ala dura de su partido: los dilemas del PP son parte de la historia de España.


“Nuestro mayor orgullo” son los carteles que cuelgan de las farolas de Gran Vía con motivo de la gigantesca reivindicación LGTBI que se celebra estos días en Madrid. “Nuestro mayor orgullo también es toda esta gente”, dice Juan Milleiro, un treintañero que, como muchos—va acompañado de su hermana, la conocida activista social Irene Milleiro, directora europea de campañas de Change.org—, decidieron sacrificar el sábado más caluroso del año en medio del asfalto de una ciudad sin mar, rodeados de paraguas, abanicos y gorros de paja. Una riada de gente que fue calle abajo dándose sombra, protestando por algo que hoy afecta y mañana destruye, hasta llegar al final de la metáfora: el Ayuntamiento y una fuente, la de Cibeles, que a más de 40 grados se mira pero no se toca.