Casi ocho meses después del seismo que asoló Haití el 12 de enero de este año 1,8 millones de personas viven en campamentos precarios, en condiciones sanitarias inadecuadas o inexistentes, sin electricidad y con muy poca seguridad, así como también sin ningún tipo de resguardo del calor intenso y las lluvias. La violación, el hambre y la desesperanza son amenazas constantes para la gente que está atrapada en los campamentos. Hace ocho meses, el mundo pareció unirse en el compromiso de ayudar a Haití a recuperarse. Ahora, ocho meses después, los escombros siguen en el mismo lugar y el sufrimiento envuelve los campamentos, sofocados por el calor, empapados por la lluvia. Fotos BigPicture