Tras tocar en la pasada temporada el Real Madrid su punto más bajo de los últimos tiempos tanto institucional como deportivamente, con unos cuantos jugadores de la plantilla vistiendo de forma indigna la camiseta blanca, con comportamientos vergonzosos por parte de una directiva lerda y trapacera, y tras presenciar cómo el Barça firmaba con trazo perfecto la mejor temporada de su Historia, se produjo la segunda llegada de Florentino Pérez a la presidencia blanca. Y de repente y poco después de conseguir el Barça su tercera Copa de Europa, empezaron a llegar al Real Madrid , cogiditos de su mano, algunos de los mejores jugadores del mundo. Con algunos como Cristiano Ronaldo, Benzema y Kaká preguntando
a cómo lo dan? a 65 kilos? ¡pues como estos! ¿a 94? pues mañana hago la transferencia y una propina para el chico del café, ¿y el crack francés? 35 kilos porque si no el Manchester se lo quiere llevar y ofrece más, dice usted? pues nada nada, en billetes grandes o pequeños, silvuplé?
sabiendo que eran los cracks necesarios para desfibrilar el sufriente corazón del madridismo tras el shock que supuso la pasada temporada, para volver a generar los ingresos masivos que den retorno a esa gran inversión, para volver a ilusionar a los millones de personas de toda clase y condición unidos a lo largo del mundo por esta cosa tan apasionante que es ser del Real Madrid, y luego llegaron otros grandes jugadores, con mayor o menor suspense, como Xabi Alonso, Granero o Albiol para operar una transformación vital en la plantilla del equipo blanco.
Y mientras tanto, y en la mejor demostración del "ladran, luego cabalgamos", la maquinaria de propaganda culé (presidente, prensa y obispo) se movilizaba con falsaria indignación ante la repentina pérdida de protagonismo y de halagos mil veces dichos a sólo tres semanas vistas de su tercera Copa de Europa, haciéndose cruces con unas contrataciones millonarias que ellos mismos repetirían poco después, clamando demagogias baratas ante la constatación de que eso es lo que cala en la gente y de que, una vez más, nadie respondería -craso error- desde el otro bando.
Así pues, lo que era imposible imaginar al terminar la temporada pasada, la reconstrucción institucional del club y el rearme deportivo de la plantilla que le permitiera neutralizar la gran ventaja del magnífico Barça de Guardiola, lo ha logrado Florentino Pérez por el único camino posible, realizando una inversión extraordinaria pero necesaria tras la grave situación en que quedaba el club tras el paso del infausto Ramón Calderón, al que los demonios se lleven.
Y lo ha logrado en un año en que la final de la añorada Copa de Europa será en el Bernabéu lo que nos hace salivar a todos los madridistas y para comenzar en la Liga española lo que se prevé como un duelo memorable entre las mejores plantillas del Madrid y el Barça probablemente de sus historias y del que se beneficiaran todos los equipos de la Liga, una competición histórica entre un Barcelona formidable, con el equipo hecho, un estilo inconfundible y que quiere marcar una época y un Real Madrid que se dispone a impedirlo con todas sus fuerzas, que aún anda a la busca de estilo futbolístico, pero que hasta que lo encuentre dispondrá de una demoledora pegada que pocas defensas podrán parar. Ambas plantillas desbordan talento, ambos equipos tienen juventud, calidad y fuerza. Pero el Madrid, además, tiene la Historia. Y las ganas de revancha, me permito añadir.
De esta forma, Florentino Pérez, desde "Vida y Tiempos..." a ti te invocamos, aún que ya te apuntamos algunos debes como la falta de autocrítica por los errores de tu anterior mandato, las controvertidas salidas de Snejder y Robben (a los que tememos añorar en una larga temporada en la que el Madrid va a necesitar profundidad de plantilla) o la contratación, otra vez, de Ramón Martínez, quien en su día desarboló la cantera del equipo, aún así, una vez conseguida una gran plantilla que puede luchar por todos los títulos e ilusionado otra vez el madridismo, si además consigues convertir definitivamente al Real Madrid en un moderno y eficiente club de fútbol en el que no sean posibles comportamientos deportivos e institucionales aberrantes como los vividos las últimas temporadas, haz y deshaz a tu antojo, ficha o despide a discreción, niega operaciones ya hechas con sibilina determinación, los madridistas te diremos lo que le dijeron aquellos sumisos y cerriles campesinos a ese rey -por otra parte nefasto- que volvía del exilio cuando clamaron por el sometimiento a las cadenas de su poder absoluto si eso les devolvía el orden natural de las cosas en que siempre habían vivido, y así entregados te jalearemos al paso de tu carruaje como aquellos hicieron, ¡¡Florentino Pérez, vivan las caenas!!!
a cómo lo dan? a 65 kilos? ¡pues como estos! ¿a 94? pues mañana hago la transferencia y una propina para el chico del café, ¿y el crack francés? 35 kilos porque si no el Manchester se lo quiere llevar y ofrece más, dice usted? pues nada nada, en billetes grandes o pequeños, silvuplé?
sabiendo que eran los cracks necesarios para desfibrilar el sufriente corazón del madridismo tras el shock que supuso la pasada temporada, para volver a generar los ingresos masivos que den retorno a esa gran inversión, para volver a ilusionar a los millones de personas de toda clase y condición unidos a lo largo del mundo por esta cosa tan apasionante que es ser del Real Madrid, y luego llegaron otros grandes jugadores, con mayor o menor suspense, como Xabi Alonso, Granero o Albiol para operar una transformación vital en la plantilla del equipo blanco.
Y mientras tanto, y en la mejor demostración del "ladran, luego cabalgamos", la maquinaria de propaganda culé (presidente, prensa y obispo) se movilizaba con falsaria indignación ante la repentina pérdida de protagonismo y de halagos mil veces dichos a sólo tres semanas vistas de su tercera Copa de Europa, haciéndose cruces con unas contrataciones millonarias que ellos mismos repetirían poco después, clamando demagogias baratas ante la constatación de que eso es lo que cala en la gente y de que, una vez más, nadie respondería -craso error- desde el otro bando.
Así pues, lo que era imposible imaginar al terminar la temporada pasada, la reconstrucción institucional del club y el rearme deportivo de la plantilla que le permitiera neutralizar la gran ventaja del magnífico Barça de Guardiola, lo ha logrado Florentino Pérez por el único camino posible, realizando una inversión extraordinaria pero necesaria tras la grave situación en que quedaba el club tras el paso del infausto Ramón Calderón, al que los demonios se lleven.
Y lo ha logrado en un año en que la final de la añorada Copa de Europa será en el Bernabéu lo que nos hace salivar a todos los madridistas y para comenzar en la Liga española lo que se prevé como un duelo memorable entre las mejores plantillas del Madrid y el Barça probablemente de sus historias y del que se beneficiaran todos los equipos de la Liga, una competición histórica entre un Barcelona formidable, con el equipo hecho, un estilo inconfundible y que quiere marcar una época y un Real Madrid que se dispone a impedirlo con todas sus fuerzas, que aún anda a la busca de estilo futbolístico, pero que hasta que lo encuentre dispondrá de una demoledora pegada que pocas defensas podrán parar. Ambas plantillas desbordan talento, ambos equipos tienen juventud, calidad y fuerza. Pero el Madrid, además, tiene la Historia. Y las ganas de revancha, me permito añadir.
De esta forma, Florentino Pérez, desde "Vida y Tiempos..." a ti te invocamos, aún que ya te apuntamos algunos debes como la falta de autocrítica por los errores de tu anterior mandato, las controvertidas salidas de Snejder y Robben (a los que tememos añorar en una larga temporada en la que el Madrid va a necesitar profundidad de plantilla) o la contratación, otra vez, de Ramón Martínez, quien en su día desarboló la cantera del equipo, aún así, una vez conseguida una gran plantilla que puede luchar por todos los títulos e ilusionado otra vez el madridismo, si además consigues convertir definitivamente al Real Madrid en un moderno y eficiente club de fútbol en el que no sean posibles comportamientos deportivos e institucionales aberrantes como los vividos las últimas temporadas, haz y deshaz a tu antojo, ficha o despide a discreción, niega operaciones ya hechas con sibilina determinación, los madridistas te diremos lo que le dijeron aquellos sumisos y cerriles campesinos a ese rey -por otra parte nefasto- que volvía del exilio cuando clamaron por el sometimiento a las cadenas de su poder absoluto si eso les devolvía el orden natural de las cosas en que siempre habían vivido, y así entregados te jalearemos al paso de tu carruaje como aquellos hicieron, ¡¡Florentino Pérez, vivan las caenas!!!
Amén.
ResponderEliminarPodéis marchar en paz.
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