Cuatro días después del masivo terremoto y el posterior tsunami del 10 de marzo, Japón sigue temblando con las réplicas que aún continúan produciéndose. Mientras los japoneses se sobrecogen por la magnitud de la tragedia y mantienen el aliento ante la inquietante situación de la central de Fukushima, que podría volver a enfrentarles a la pesadilla nuclear.