
Bob Dylan, la vida y la carretera
Cuando uno se dispone a abordar unas líneas sobre Bob Dylan ha de hacerlo con un enorme respeto. Bob Dylan a sus 76 años, sigue siendo una de las figuras de la música popular más importantes del siglo XX y de lo que llevamos del siglo XXI.

En todo caso, con los datos que tenemos, si que podríamos afirmar dos aspectos de forma nítida. Uno es que Bob Dylan cambió el curso de la historia de la música moderna y otro es que es un personaje enormemente enigmático y lleno de complejidad.
Abordar a Dylan significa abordarlo desde la actualidad, desde su obra contemporánea y más reciente. Es mito y leyenda de la música moderna, pero es a la vez un artista con plena vigencia que desarrolla una actividad incansable y de una calidad incontestable. Una actividad centrada sobre todo en la publicación de discos nuevos y en las actuaciones en directo.
Desde mediados de los años noventa, momento en el cual su carrera después de unos años de cierta opacidad creativa emerge de nuevo con fuerza, Dylan ha publicado varios discos soberbios: Time Out of Mind (1997), Love And Theft (2001), Modern Times (2006), Together Through Life (2009), Tempest (2012), Shadows in the Night (2014), Fallen Angels (2015) y Triplicate (2017).

'Love and Theft', 'Modern Times' y 'Together through Life' se desarrollan sobre unas bases y patrones similares. Estos discos son una inmejorable revisión de lo que es, ha sido y será siempre la música tradicional norteamericana en todas sus expresiones. El oyente, a lo largo de estos tres discos se sumergirá, sin quererlo, en las profundas aguas del blues, el rock and roll, el swing, el jazz, el folk, el folk rock, el country. Es decir, en buena parte de los estilos musicales de la música de los EE.UU en el siglo XX. A la vez que nos conduce por esos románticos territorios con una originalidad y una elegancia a la altura de su grandeza, el genio, se saca de la chistera tres joyas para enmarcar, y que son, para quien suscribe,: “Misissippi”, “Working Man Blues” y “I Feel A Change Comin' On”
“Tempest” es una vuelta al rock de siempre, sin perder las raíces, puesto que en el disco sigue habiendo buenos blues de carretera y folk – rock, los dos estilos centrales y que definen a Bob Dylan. Como siempre ocurre con todos sus discos, enormes canciones y alguna perla, en este caso hay dos: “Long And Wasted Years” y “Soon After Midnight”.
“Shadows in the Night” y “Fallen Angels” son dos discos en donde Bob Dylan no es autor de ninguna canción, algo insólito en su carrera, sin duda. Son interpretaciones de canciones “standards” clásicas americanas interpretadas entre otros artistas por Frank Sinatra. Es un homenaje al cancionero americano de mitad del siglo pasado. Canciones qué escuchó en su niñez, en la radio, y que ahora rescata.
Al editar estos dos discos Dylan nos hace un inmenso regalo. Nos pone sobre la mesa canciones que estaban ya olvidadas y que son de una belleza única. Lo hace sin estridencias, sin magnificarlas y sobre todo respetando su esencia y su alma. Con una instrumentación muy básica y una voz triste y susurrante, Dylan nos desnuda estas canciones y nos las presenta tal cual son. Creo que si Frank Sinatra levantase la cabeza estaría orgulloso al escuchar las grabaciones revisadas.
“Shadows in the Night” y “Fallen Angels” son dos discos en donde Bob Dylan no es autor de ninguna canción, algo insólito en su carrera, sin duda. Son interpretaciones de canciones “standards” clásicas americanas interpretadas entre otros artistas por Frank Sinatra. Es un homenaje al cancionero americano de mitad del siglo pasado. Canciones qué escuchó en su niñez, en la radio, y que ahora rescata.
Al editar estos dos discos Dylan nos hace un inmenso regalo. Nos pone sobre la mesa canciones que estaban ya olvidadas y que son de una belleza única. Lo hace sin estridencias, sin magnificarlas y sobre todo respetando su esencia y su alma. Con una instrumentación muy básica y una voz triste y susurrante, Dylan nos desnuda estas canciones y nos las presenta tal cual son. Creo que si Frank Sinatra levantase la cabeza estaría orgulloso al escuchar las grabaciones revisadas.

"Estas canciones son para el hombre de la calle, la gente común, estas canciones no están escondidas tras un muro o en el fondo del mar, están ahí afuera, cualquiera puede encontrarlas. Son verdaderas. Son liberadoras".
Resulta realmente conmovedor escuchar estas canciones en el crepúsculo del día, o al anochecer… Estas canciones son un reencuentro con los tiempos pasados, de la mano de un personaje que ha querido rendir un sincero y sentido homenaje a la gran música, a la música que nunca deberíamos olvidar.

Una noche tras otra sale al escenario y ofrece su obra para el mundo entero. Toca con la banda y se va hacia el siguiente punto en su autobús de gira, así un día tras otro, sin fin. 'The Never Ending Tour' (La Gira Interminable), así la ha denominado.

Sus shows son sobrios y minimalistas, el escenario elegante y bien decorado, sin luces llamativas ni por supuesto pantallas gigantes; su actitud y relación con el público es fría, distante y carente de la más mínima concesión en cuanto a la interacción con la audiencia se refiere. Con esta manera de proceder tan políticamente incorrecta, y que tantas críticas le origina, Dylan consigue una cosa que es fundamental para un verdadero músico: poner el foco de atención exclusivamente en su obra, no en su persona. ¿Hay algo más digno y noble en ello?

A menudo se asocia a Dylan con el movimiento folk del Greenwich Village de Nueva York de principios de los años sesenta, y obviamente allí estaba él, y formó parte de aquel movimiento y se benefició de ello, pero su espíritu, probablemente por encima de todo sea el espíritu de un beatnik, quién sabe.
Bob Dylan y su banda de gira, han presentado habitualmente un repertorio basado, de una parte en sus clásicos y de otra de canciones de los nuevos discos, algunos de los cuales son absolutamente soberbios, como se ha dicho antes.

Durante ese periodo de tiempo empezó a tocar frecuentemente la guitarra solista, a menudo perdiéndose en interminables solos eléctricos, generalmente de blues. Siempre ha tenido fama de mal guitarrista, pero cuando uno se pone grabaciones de esos años verá que para nada es así. En esos años la banda llegó a tener durante muchas noches hasta tres guitarristas eléctricos con el propio Dylan, creando una atmósfera fuerte y atronadora, puro rock.
A partir del año 2003 la guitarra pasa a un segundo plano, hasta casi desaparecer. Dylan comenzó a utilizar, para acompañarse, primero un órgano, y después, como ocurre en la actualidad un piano de cola. Hay que decir que Dylan fue antes que nada un pianista de rock and roll. Antes de ser un guitarrista y cantante folk era un pianista que tocaba en las bandas de su escuela.

Tanto con la guitarra eléctrica como con en el piano toca básicamente siguiendo líneas melódicas basadas en tresillos, lo cual insufla a las canciones de una dinámica muy poco ortodoxa, provocando el que las piezas queden algo alejadas de su esencia original, causando muchas veces perplejidad entre la audiencia.
El público más ortodoxo y nostálgico y que va a un concierto del bardo pensando en que escuchará las canciones tal cual figuran en los discos, muchas veces sale decepcionado de los shows, porque las canciones a veces son difícilmente reconocibles. Para un músico que gira permanentemente es importante alterar las piezas e incorporar nuevos elementos armónicos que las renueven. He ahí la virtud del propio músico.


La realidad es que una parte central en la creación artística de Dylan gira en torno a las letras de las canciones, que son verdaderos y bellos poemas, poemas como los que en su tiempo hicieron Homero, Rimbaud o Garcia Lorca, pero con un valor añadido, esto es, su adaptación y encuadre en una cultura y entorno musical.
El encajar un poema dentro de una melodía y conseguir resultado armonioso es una disciplina denominada “composición de canciones” y es un arte absolutamente sublime, y que se reconoce por primera vez nada más y nada menos que por el Premio Nobel de Literatura, otorgándose al más importante compositor de canciones del mundo, Bob Dylan.
“La noticia sobre el Premio Nobel me dejó sin palabras”, “¿Quién podría soñar con algo así?”, señaló. Es el triunfo del rock, la vida y la carretera.

1. Mississippi (Love and Theft, 2001)
2. Workingman's blues #2 (Modern times, 2006)
3. I feel a change comin' on (Together through life, 2009)
4. Not dark yet (Time out of mind, 1997)
5. Long and wasted years (Tempest, 2012)
6. If you ever go to Houston (Together through life, 2009)
7. Love sick (Time out of mind, 1997)
8. That lucky old sun (Shadows in the night, 2015)
9. Beyond here lies nothin' (Together through life, 2009)
10. Standing in the doorway (Time out of mind, 1997)
11. High water (for Charley Patton) (Love and Theft, 2001)
12. Spirit on the water (Modern times, 2006)
13. These foolish things (Triplicate, 2017)
14. Million miles (Time out of mind, 1997)
15. Soon after midnight (Tempest, 2012)
16. Trying to get heaven (Time out of mind, 1997)
17. Forgetful heart (Together through life, 2009)
18. The night we called it a day (Shadows in the night, 2015)
19. Make you feel my love (Time out of mind, 1997)
20. Life is hard (Together through life, 2009)
21. I could have told you (Triplicate, 2017)
22. Rollin' and Tumblin' (Modern times, 2006)
23. This dream of you (Together through life, 2009)
24. Duquesne whistle (Tempest, 2012)
25. Lonesome day (Love and Theft, 2001)
26. Pay in blood (Tempest, 2012)
27. Once upon a time (Triplicate, 2017)
28. Nettie Moore (Modern times, 2006)
29. Stay with me (Shadows in the night, 2015)
30. My one and only love (Triplicate, 2017)