Tras convivir durante meses con la comandante y sus tropas, rodando una intimidad sin precedentes en la que se incluyen crudas secuencias de la lenta recuperación de Arian, Sotorra confecciona un fascinante retrato de una mujer embarcada en una misión.
La directora Alba Sotorra, que viene de Barcelona, viajó a Rojava durante la guerra de Kobanê para aprender más sobre la lucha de las unidades de defensa de mujeres, YPJ. No tenía idea de en qué se estaba metiendo. Llegó a la frontera de Rojava con un vestido con una gran maleta con ruedas rosa. Tuvo que dejarlo atrás, así como su vestido, que cambió por un uniforme de las YPJ para cruzar la frontera en secreto sin su equipo y equipo, usando solo una cámara de mano. Durante varios meses se convirtió en "la sombra" de la comandante Arian, que luchaba en Kobanê. Durante el asedio de Kobanê, la directora participó en operaciones militares junto con su protagonista Arian.
Solo quien se rinde, pierde
Después de unas semanas, Alba Sotorra regresó a Europa para editar la película. Cuando escuchó que Arian había sido gravemente herida, fue a Rojava nuevamente. "Decidí quedarme con ella para cuidarla y la cuidé durante dos meses: la lavé, le cepillé el pelo, le cuidé las heridas. Por la noche, Arian se despertó de dolor y la masajeé para tratar de aliviarla. Cuando se fue a dormir, lloré de rabia y frustración. Pero la fuerza de Arian demostró una vez más ser una lección en la vida: no se rendiría, porque solo aquellos que se rinden pierden", Alba describió sus experiencias.
Alba Sotorra decidió continuar filmando y la película se convirtió en una historia mucho más íntima y personal sobre la necesidad de nunca darse por vencido: un impresionante retrato de una mujer comandante en la lucha por una vida libre.