Un film visionario de Viktor Kossakovsky que ganó el Premio a Mejor Película en DocsBarcelona en 2020. Gunda es la protagonista de este tríptico documental en blanco y negro. Cuida de sus hijos, los acompaña en sus descubrimientos y luego se toma un pequeño respiro para recargar energías. Se acerca curiosa a la cámara. ¿Sabe cuál será su destino? ¿Qué es lo que estará pensando? ¿Qué pensará de nosotros? Gunda es uno de los varios cientos de millones de cerdos que habitan en el planeta, junto con mil millones de reses (representadas en este documental a través de dos vacas), y más de veinte mil millones de pollos. Estén jugando en el barro, sacudiéndose las moscas o buscando gusanos, todos ellos son héroes. Y en esta obra, el ensayista Víctor Kossakovsky se muestra inflexible: después de verla, consumir carne simplemente no es posible. Filmaffinity
"Un vívido retrato de la vida de Gunda y sus cochinillos que nos devuelve a la pureza del cine de los orígenes. Una experiencia sensorial sin filtros que nos traslada a una granja para seguir las vidas de los animales que la habitan. El cineasta Victor Kossakovsky nos invita a bajar el ritmo y a sumergirnos en un entorno idílico, en un potente blanco y negro, sin diálogos ni interferencias. Desde una nueva perspectiva, nos hace meditar sobre la misteriosa conciencia animal, hecho que como sociedad hemos decidido ignorar para evitarnos dilemas difíciles de digerir.”- (Docsbarcelona.com/es/peliculas/gunda)
Elsa Fernández-Santos: Diario El País
Luis Martínez: Diario El Mundo
Nando Salvá: Diario El Periódico
Han dicho de ella los directores Paul Thomas Anderson: "Es puro cine. [...] todo a lo que deberíamos aspirar los cineastas y los espectadores". Alfonso Cuarón: "Nos invita a vivir, mediante un retrato de sublime intimidad, el misterio y el poder de la existencia". Pawel Pawlikowski: "Una película donde la vida y el arte se unen de la forma más extraordinaria".
‘Gunda’, el amor de una cerda
Producido por Joaquin Phoenix, dirigido por Viktor Kossakovsky y coescrito y montado por Ainara Vera, este documental se sumerge en la naturaleza para defender los derechos de los animales
Producido por el actor Joaquin Phoenix, dirigido por el ruso Viktor Kossakovsky y coescrito y montado por la navarra Ainara Vera, Gunda es un documental mudo y en blanco y negro sobre los primeros meses de vida de una cerda y sus lechones. La película, que también se detiene en las horas de unas gallinas y de unas vacas, arranca con el parto de la cerda protagonista. Un plano fijo y frontal donde vemos a Gunda, nombre de la marrana, respirar con fuerza mientras unos minúsculos cerditos trepan como pueden por su enorme cuerpo. Lo que sigue carece de narración, de voz en off o de un orden que no sea el de la propia naturaleza. Con la cámara pegada al suelo, paciente y sigilosa, el espectador observa muy de cerca el comportamiento de Gunda con sus pequeños y el de los recién nacidos con su madre.
Por supuesto que Gunda es una película animalista, pero la estrategia de Kossakovsky no se encamina a hacer visibles ni subrayar los horrores a los que se somete a los animales de consumo masivo en las granjas. Al menos de entrada, no hay intención de aleccionar al espectador sobre la crueldad del hombre contra los animales, aunque el puñetazo final de la película no deje dudas al respecto y la única representación humana sea una demoledora abstracción. Lo que el cineasta propone es un acto de observación atenta que en sus increíbles detalles permita una comprensión profunda sobre un mundo animal que no nos debería resultar tan ajeno. Conocer la sabiduría animal, el amor de la madre y su manera de educar a su patulea es una puerta de entrada a una serie de preguntas sobre el maltrato a otras especies que incumbe a todos, veganos o no.
La heroica vida del ganado
El nuevo documental del ruso Viktor Kossakovski es una película única
'Gunda' se acerca a sus personajes -una cerda llamada Gunda y sus crías, una bandada de pollos, varias vacas- sin echar mano de narraciones o bustos parlantes, situándose a la altura de su punto de vista y no del nuestro y dejando que los detalles de su existencia hablen por sí solos; y en el proceso, mientras nos recuerda que esos animales de granja tienen vidas y personalidades propias, resulta increíblemente conmovedora.
La película, es cierto, no ignora el papel que el ser humano desempeña en el destino de Gunda y compañía y por eso, aunque no polemiza ni da lecciones, tal vez atraiga a algunos de sus espectadores hacia el veganismo. Pero lo que propone no es solo una llamada de atención, es mucho más: una poética reivindicación de todas las formas de vida, y una reconsideración de nuestra actitud frente al mundo natural. 'Gunda' nos despierta la empatía hacia sus protagonistas no porque demuestre que son como nosotros, sino por su sensibilidad a la hora de dejar claro que nosotros somos como ellos.
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