En la redacción de Vida y Tiempos esperábamos que este verano Florentino, Zidane, Butragueño y demás directivos le hubieran convocado a una reunión para exigirle (más aún trás autoproclamarse director deportivo del club) no sólo su buen desempeño como entrenador de una de las mejores plantillas del mundo (una que en el Inter no hubiera podido ni soñar), sino que cambiara su actitud, tan macarra como contraproducente para el club que le paga. Pero eso no ha ocurrido y el ínclito Mou no sólo no ha corregido su apuesta por la bronca y el despropósito. Como dice John Carlin en el artículo de El País que a continuación les presentamos, "Mou sabrá mucho de táctica, pero no es un estratega. Tendrá experiencia y títulos, pero es un niñato. Será listo, pero no es inteligente"
Esperemos que quienes a los que él han insultado seamos una legión silenciosa de madridistas a los que simplemente no nos que de otra que asistir, entre ojipláticos y avergonzados, al lamentable espectáculo y la poca cabeza que muestra reiteradamente este pavo, con la desesperanza y el temor la paradoja que, como encima gane títulos -cosa que evidentemente deseamos-, su golpe de estado se consolide dentro del club blanco y eso conduzca a éste, en un momento u otro, a un callejón sin salida.
El dedo al ojo del Real Madrid
John Carlin El País 23/08/2011
Javier Marías, probablemente el mejor escritor madridista del mundo, opinó en El País Semanal hace unos meses que José Mourinho era "un individuo dictatorial, ensuciador y enredador, nada inteligente, mal ganador y mal perdedor". Me atreví a pensar en su momento que Marías había ido demasiado lejos. Eso de que el entrenador del Real Madrid era "nada inteligente" me pareció un pelín exagerado. Ya no.
Un comunicado de Mourinho publicado en los medios ayer nos informó de que no se arrepentía de sus agresiones cobardes y declaraciones infantiles al final del partido de Supercopa que su equipo perdió contra el Barcelona el miércoles pasado; y mantuvo que hizo todo lo que hizo con el noble motivo de defender al Madrid. Imbecilidad se suma a imbecilidad y las pruebas se vuelven irrefutables: no solo es un ensuciador, enredador, mal perdedor y todas las demás cosas que ya sabíamos, sino que el tipo es algo peor.
Mourinho debería de saber mejor que nadie que no hay motivador más poderoso que el rencor, el combustible que lleva a naciones a declarar guerras y a individuos, incluso los mediocres, a triunfar. Sin embargo, fue el propio Mourinho el que le ha inyectado el rencor en las venas a los jugadores del equipo menos mediocre del planeta, alimentando sus ánimos de venganza. Mourinho sabrá mucho de táctica, pero no es un estratega. Tendrá experiencia y títulos, pero es un niñato. Será listo, pero no es inteligente. Javier Marías lo pilló antes que nadie.
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