No sé cómo no habíamos traído aún a nuestro blog la historia de Lilica, una perrita, una cadelinha que vive en un basurero brasileño junto a las personas, gatos, pollos y demás animales que con ella conforman una mágica red de amor y solidaridad interespecies. Así se comportan las almas en su estado emocional primario, como las que tienen los animales y afortunadamente aún muchas personas.
Lilica vive en un deposito de chatarra en Sao Carlos Brasil, fue abandonada y Neile fue quien la encontró y se la llevo a vivir con ella, pero hubieron tiempos difíciles y eran muchos en casa y la comida no alcanzaba. Lilica decidió ir a buscar ayuda. Cada noche tiene una rutina, viaja varios kilometros a lo largo de una carretera oscura para reunirse con Lucía, quien se hace cargo de perros y gatos callejeros desde hace 30 años. Lucía ha desarrollado una rutina especial con la perrita: se encuentran a las 9:30h de la noche, Lilica come algo de comida y luego lleva el resto de la bolsa con comida al deposito para alimentar a los demás animales. Lucia dijo: "Me di cuenta que ella comía y se luego se quedaba mirando la bolsa. Un dia cogió la bolsa intentando llevar el resto de la comida y termino por caerse toda, ya que no estaba atada. Un vecino dijo a Lucia que tal vez Lilica queria llevarse el resto consigo. Desde ese momento Lucia ata la bolsa para que Lilica emprenda el camino de vuelta a casa, así un día la siguió para ver a donde la llevaba. El panorama que vió la dejo sin palabras... suavemente coge la bolsa y viaja de regreso a casa para ofrecer la cena, muy apreciada, a su familia.
Neile: "Lilica ha estado haciendo la entrega de comidas todas las noches durante tres años, es una perra especial. Algunas personas se esconden y no quieren compartir lo que ellos tienen con los demás. Ella no, ella comparte."