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7 de noviembre de 2014

Campanadas de la Historia (50) 'Berlín 14-14', cien años de una ciudad que marcó varias épocas


Los chicos de En Portada han estado en Berlín con motivo del 25º aniversario de la caída del Muro y han tomado el pálpito a la gran ciudad alemana y europea actual a la vez que han retratado su último siglo, en el que se han vivido sus mejores y peores momentos y ha renacido de sus propias cenizas. A través de los testimonios de diversos personajes y testigos de diferentes épocas, se refleja el Berlín de 1914 a 2014, desde las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, con la caída del Imperio y el comienzo de la República de Weimar, hasta la actualidad.


"Berlín 14-14"

En Portada - Pilar Requena @RequenaPilar 27.10.2014


“Ich hab noch einen Koffer in Berlin” (Todavía tengo una maleta en Berlín) entonaba Marlene Dietrich allá por los años 60 en todo un reflejo de la añoranza de sus tiempos vividos en la ciudad que la vio nacer y dar sus primeros pasos en el cine y el arte que la convertiría en todo un mito. Pero es una frase que estoy segura muchos de los que hemos tenido la suerte de pasar una época de nuestras vidas en la capital de Alemania también entonaríamos, porque es difícil, muy difícil, borrar esa ciudad del corazón y siempre dejamos de alguna manera una “maleta” allí para tener una excusa para volver, porque siempre se vuelve a Berlín.

La excepcionalidad de Berlín

Por eso, es fácil pero a la vez difícil, muy difícil, responder a la pregunta ¿qué hace especial, única a Berlín? Son tantas cosas las que marcan la excepcionalidad de Berlín que es imposible resumirlas en una sola frase, porque seguro que cada persona daría una característica distinta. Y eso justamente es lo que hace diferente a Berlín. La historia, nos dicen, se huele en cada esquina, es la historia de las luces y sombras de Berlín y, por ende, de Alemania en el último siglo. Pero también se huele la vanguardia, la transgresión, la libertad...

Protagonistas anónimos, testigos de la Historia

Con motivo del 25 aniversario de la caída del muro, nos planteamos en En Portada ofrecer un ángulo distinto para el recuerdo de aquella noche de locura y un repaso a la historia de Berlín y su unicidad nos pareció la forma más adecuada de abordarlo. Y quisimos hacerlo básicamente a través de los testimonios de testigos de diferentes etapas de esa historia, muchos berlineses anónimos que son, sin duda, quienes mejor pueden aproximarnos a la ciudad a través de sus vivencias y sus recuerdos y sentimientos.

Hanna Jolly, a sus once años, fue testigo del ascenso de Hitler al poder y la toma de las calles de Berlín por los nazis, y de la persecución de los judíos. Karl-Heinz Rinne se vio forzado a servir en la Wehrmacht porque fue llamado a filas aunque se había negado una y otra vez a entrar en las juventudes hitlerianas. Reinhard Spiller escapó de Berlín Este un par de días después de la construcción del muro de Berlín. Irma Gideon fue feliz en la RDA. Carlo Jordan, sin embargo, fue un disidente en esa misma RDA. Klaus Wowereit, el actual alcalde de la capital alemana, nos confiesa que nunca pensó que llegase a vivir la caída del muro.

Una ciudad en constante transformación

Jörg Steiner nos habla del ambiente homosexual de una ciudad en la que cada cual puede ser lo que quiera y, como dice la periodista y creadora de la empresa turística "Berlin Tours", la española Lara Sánchez, uno puede reinventarse en Berlín o experimentar algo nuevo. Fatih Karasu reconoce que en Berlín se puede vivir como turco igual que un turco en Estambul.

Son algunos de los personajes que nos guían por la historia y la vida de una ciudad en constante transformación y vanguardia, de una ciudad de ensueño de la que surgieron las peores pesadillas para Europa y el mundo. Y, como en su día dijera el presidente norteamericano, John Kennedy, en un Berlín entonces roto por el muro de la vergüenza, es difícil que quien lo haya paseado, olido, vivido, sentido, no diga “Ich bin ein Berliner”. Ninguna ha estado tan alto y ha caído tan bajo como ella, ni ha sido tan temida, tan odiada, pero también tan amada. En ella es posible encontrar lo más clásico y lo más vanguardista. El muro ha dejado su huella en una ciudad llena de cicatrices, que ha sabido, sin embargo, curar sus heridas emergiendo más viva, más audaz y más vibrante cada vez. Berlín refleja la historia de Alemania y, por ende, la historia de Europa.