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6 de junio de 2019

Porque están ahí (4) Colas, basura y muerte en la cima del mundo


Antes morías en el Everest como un héroe y ahora como un gilipollas, y eso es un poco el siglo XXI (...) El ego de la gente es, en realidad, la montaña más grande del mundo. Óscar Sipán

Periódicamente suelen aparecer noticias del circo construido alrededor de la ascensión a la cima más alta del mundo, un sueño para cualquier alpinista íntegro. Sin embargo, desde hace 20 años la laxitud de la normativa y el auge de las expediciones comerciales surgidas al calor del turismo descontrolado y estúpidamente snob de centenares de escaladores amateur que se creen capaces de la proeza, han hecho del Everest un destino mucho más accesible, tanto para expertos como para principiantes. Por eso, los profesionales se alejan cada vez más del Everest. Piden las autoridades que tomen medidas para evitar que el techo del mundo se convierta en un vertedero.

Las múltiples ofertas de tantas agencias irresponsables que han surgido al calor de la celebridad, sobre todo, en la parte nepalí de la cordillera prometen que cualquiera que tenga dinero podrá conseguir hacerse los deseados -y odiosos- selfies en la mítica montaña, aunque sea a costa del sacrificio de los sherpas o de ellos mismos. En esta temporada de escalada de primavera la séptima y por ahora última víctima ha sido un guía de montaña nepalí y van 83 muertos desde 2010. Un vídeo de La Sexta y un artículo de Sebastián Álvaro nos ayudan a profundizar en el tema. 

"Hay zonas que son un auténtico vertedero". Es la confesión de Sergi Mingote, alpinista español que relata la situación que se vive en la montaña más alta del mundo. "No son alpinistas, son turistas de altura que arriesgan su vida por una foto", asegura Mingote, que no quiere coincidir en el Everest con turistas por momentos como el de la foto del ascenso masificado a la cima.. 



Sebastián Álvaro: "Lo que pasa en el Everest se debe a las corruptelas"


Sebastián Álvaro, director durante 27 años del programa de TVE "Al filo de lo imposible", escritor y periodista, considera que las últimas muertes producidas en los atascos del Everest se deben a hechos "que nada tienen que ver con el alpinismo", con responsabilidad de las expediciones comerciales y del Gobierno de Nepal, que «mira hacia otro lado».

"Las fotos de la colas para llegar a la cima del Everest son deleznables. La primera reflexión tras conocer las muertes de las últimas horas es que todo eso no tiene nada que ver con el alpinismo y que el porcentaje de muertos se mantendrá si no se toman medidas, es más, creo que podríamos llegar a ver una gran tragedia por razones objetivas", alega.

Álvaro, presente en la V edición del Tenerife Walking Festival, se refirió a las avalanchas que se producen en el Everest y el peligro añadido de tratarse de una de las zonas con más frecuencia de temblores sísmicos. En su opinión: "Si se llega a juntar una tormenta con avalanchas y un temblor asistiremos a una gran tragedia"

Demasiados permisos para subir al Everest

El problema de las últimas muertes en el Everest, donde han fallecido demasiados montañeros en días de atascos para llegar a la cumbre, radica en las expediciones comerciales, "responsables de todo lo que está sucediendo junto al Gobierno de Nepal, que mira para otro lado ante este problema, es el que da los permisos y regula a su manera".

"El Gobierno de Nepal no regula el tema de las ascensiones y mira para otro lado. Desde mediados de los años 90 las expediciones comerciales han cambiado el alpinismo porque prevalece el negocio. Han secuestrado el Everest, que es una montaña patrimonio de la Humanidad, la mas alta del mundo, han cambiado las reglas. Todo se basa en la codicia. Está bien el mercado libre, que haya guías, pero lo que se hace en el Everest es una corruptela", añade Álvaro.

El himalayista madrileño, quien este viernes hizo cumbre en el Teide con las "Chicas de las cumbres" pakistaníes, detalló cifras que permiten entender la base del problema que provoca muertes como las producidas en los últimos días camino del techo del Mundo.

"El Gobierno de Nepal recauda 4 millones de euros al año con los permisos, y entre unas pocas empresas la recaudación oscila entre los 22 y 25 millones. Eso es una barbaridad en un país como Nepal, y todo se hace por encima del respeto debido a la montaña. El Everest está en un parque nacional, y es una montaña contaminada, sin posibilidad de que se limpie en siglos." Sebastián Álvaro explicó que "mientras la labor de limpieza podría mejorar el campo base del Everest –convertido en una ciudad con 1.500 personas-, en el resto de la montaña sería prácticamente imposible. Hay miles de toneladas de basura que nunca desaparecerá."

Previo pago, las expediciones comerciales no exigen aptitudes

Álvaro explicó que las expediciones comerciales "te garantizan llegar a la cumbre si pagas, pero no exigen aptitudes, por lo tanto te llevan a situaciones peligrosas como las que se acaban de vivir". Sobre las posibilidades de que pudiera suceder algo parecido en España, Sebastián Álvaro descartó ese riesgo, ya que "en nuestro país los ascensos están reglamentados. Por ejemplo en el Teide la ascensión está regulada, solo sube un número de personas al día, te apuntas, no pagas y subes. Si esto se hace en una montaña de 3.700 metros, ¿como no se va a hacer en Nepal con una montaña como el Everest?"

Álvaro recordó la basura que se acumula en el Everest en los campamentos de aproximación a 6.000 metros, 7.000 y en el Collado sur a 8.000. "Hay miles de botellas tiradas con plásticos que nunca se recogerán. Hay que tomar medidas. El Gobierno de Nepal mira a otro lado, dicen que van a imponer un reglamento pero nunca hacen nada y siempre lo denunciamos. La situación se agrava", concluyó. EFE