Por cierto esta mañana he oído, perplejo, a una ex-ministra del PP decir en TVE que si la misma investigación que se ha hecho en Gran Bretaña sobre los gastos personales indignos cargados por sus señorías al erario público se llevara a cabo en España el Congreso tendría que cerrar. Buff...
En fin, sigamos. En Estados Unidos, el presidente Obama ha anunciado la regulación que impondrá los primeros límites en el consumo de combustible y emisión de gases de efecto invernadero por primera vez en la historia de los USA. Se espera que estas medidas reduzcan la emisión de dióxido de carbono en un 30% antes de 2016. Parece que sigue siendo menos que la reducción de gases contaminantes que se plantea para Europa, pero este anuncio es un hito histórico en un país en el que tradicionalmente el combustible era muy barato y donde de siempre se han fabricado coches de gran cilindrada que queman litros de carburante a cascoporro.
Y entonces volvemos la vista a España y hemos de observar ojipláticos cómo el ex-ministro y actual portavoz de Justicia del PP en el Congreso, Federico Trillo, tan dado a pedir responsabilidades y dimisiones ajenas, tras la sentencia que condena al general Fernando Navarro a tres años de prisión y a año y medio a otros dos subordinados opta por el sostenella y no enmendalla, declarando que acepta la sentencia pero no la comparte, no aceptando, faltaría más, ninguna responsabilidad en este lamentable y trágico asunto aunque se condene a sus subordinados directos, faltando una vez más el respeto a unos militares y unas familias que murieron defendiendo este país tantas veces desagradecido y miserable. De hecho, en los meses siguientes al desastre del Yak-42 condecoró y buscó destinos dorados a cuatro de los imputados en este caso.
Hasta el diario El Mundo escribe en su editorial sobre este trágico y lamentable asunto
Es evidente, a la luz de la sentencia, que Navarro tenía prisa por acabar con el proceso de identificación para poder repatriar a las víctimas y celebrar los funerales de Estado. Y también queda muy claro que obró con total conocimiento de lo que estaba haciendo y en contra del criterio de los forenses turcos.
Pero la cuestión reside en si el general Navarro informó a Federico Trillo, entonces ministro de Defensa, de esas dificultades de identificación y si recibió alguna indicación para acelerar el traslado. Trillo afirmó ayer que él no sabía nada de lo sucedido en Turquía, pero su negativa es difícilmente creíble, teniendo en cuenta la jerarquización con la que actúa el Ejército.
Sea por acción o por omisión, parece claro que Trillo tiene responsabilidades políticas por los delitos cometidos por sus subordinados. Y no vale decir, como afirmó ayer, que no comparte la sentencia, entre otras razones, porque él está directamente afectado por las conclusiones de los jueces.
(...) Trillo tendría que abandonar su cargo de portavoz en temas de Justicia en el Congreso, que obviamente ya no va a poder ejercer con la misma autoridad moral. Igualmente, el PP debería descartarle para cualquier cargo público o institucional tras acabar su mandato de diputado si el Tribunal Supremo ratifica esta sentencia, que, en lo sustancial, supone un triunfo moral para las familias de las víctimas que tuvieron que recurrir el archivo de la causa (...)
Y si esto dice El Mundo, les ofrecemos la demoledora entradilla de Gabilondo de ayer 19 de mayo sobre este caso. Mientras, el PP sigue hablando de la "gran sensibilidad de Trillo con los familiares de las víctimas". Y de lo de Camps, ni hablamos.
De la misma forma que, como hemos visto en los dos primeros ejemplos, en otros países el signo de estos tiempos turbulentos y cambiantes exige el replanteamiento de antiguas doctrinas, el reseteo total o parcial de muchas antiguas praxis y creencias, de modelos económicos, de modelos de crecimiento, de sistemas de enseñanza, de relaciones internacionales, en España seguimos estancados en nuestro cenegal político de cada día, en España lo peor -que es mucho- de nuestra clase política sigue empeñada en eso tan nuestro de no aceptar ninguna responsabilidad por lo hecho, de seguir aferrada al sillón, de mantener sus hipocresías contra viento y marea sabiendo que otra indignidad vendrá pronto a tapar la suya y de que al final nos olvidaremos del asunto y lo aceptaremos como un destino fatal e ineludible, un fatum siniestro que nos impide sacar a gorrazos, como han hecho los británicos, a los fulanos indignos de su puesto y que hace que siga medrando libre tanto político sinverguenza y corrupto.
Aunque no se nos debería olvidar que todos estos políticos de alma purulenta que tanto nos indignan son un reflejo manifiesto de una parte considerable de la sociedad española en la que vivimos. Y ese triste reflejo de nuestro caracter patrio nos lo deberíamos mirar de una vez por todas.
En este país tradicionalmente no dimite ni el tato, hemos de ir haciéndonos a la idea. Supongo que obedece a un optimismo a prueba de bombas y a las buenas intenciones de nuestros políticos: propósito de enmienda y esas cosas. ;-)
ResponderEliminarDespués de esa foto que has colgado ya me explico lo de Trillo. Es lo que tienen los porretes...
Leí hace un tiempo y me lo recordó este finde un colega que el 70% de los cargos públicos de ayuntamientos, diputaciones etc que son imputados por corrupción en España son reelegidos en las siguientes elecciones. Esto es lo que me subleva. De verdad que algo muy gordo que falla en la conciencia democrática en España. De verdad, qué país... Saludos Leo.
ResponderEliminarlos del pp son lo peor y trillo un sinverguenza. felicidades x el blog!
ResponderEliminarQué bueno. Los unos y los otrosno tienen verguenza. Qué grande tu blog.
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