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15 de noviembre de 2009

Ciclo de cine europeo (1) Intro / 'Europa', de Lars von Trier




"Ahora escuche mi voz.


Mi voz le ayudará y le llevará hacia Europa cada vez más profundamente.

Cada vez que escuche mi voz, con cada palabra y cada número,

entrará en un nivel más profundo, más abierto, relajado y receptivo.


Ahora voy a contar de uno a diez.

Cuando llegue a diez, estará en Europa.


Uno. A medida que se va concentrando en mi voz, comenzará a relajarse lentamente.

Dos. Sus manos y sus dedos están cada vez más calientes y pesados.

Tres. El calor se extiende a través de sus brazos, hasta su hombro y su cuello.

Cuatro. Sus piernas y sus pies pesan cada vez más.

Cinco. El calor se extiende por todo su cuerpo.

Cuando llegue a seis, estará en un nivel más profundo. Ahora, seis.

Todo su cuerpo está cada vez más relajado.

Siete. Quiere ir a un nivel más profundo, más profundo.

Ocho. Cada vez que respira es más profundo.

Nueve. Está flotando.

Cuando su mente llegue a diez, estará en Europa.

Ha llegado a diez. He dicho, diez.


Está usted en Europa."


Introducción a una etiqueta


Con esta cuenta atrás hipnóticamente recitada por Max Von Sydow, comienza "Europa", la estupenda película del danés Lars Von Trier que inaugura nuestro ciclo de cine europeo, que quiere homenajear la reciente y demasiado tortuosa ratificación del Tratado de Lisboa, acuerdo constituyente para la Unión Europea que entrará en vigor a partir de enero del 2010 y que deseamos sea el comienzo de una Europa unida que consolide política y económicamente este viejo continente lleno de cicatrices.

A ver si la Europa que sale de todo esto es la que a nosotros nos gustaría que fuera, una Europa moderna y competitiva, que sepa adaptarse a estos tiempos de catarsis y oportunidades, una Europa laica, progresista y realmente contemporánea pero que no olvide su Historia y la de todos los pueblos que la componen. Una Europa que combata las grandes desigualdades que aún existen dentro y fuera de ella, que tenga una auténtica vocación ecológica, que sepa conservar sus patrimonios naturales y culturales, que se relacione con el Norte y el Sur. Que asimile e integre la inmigración de forma activa y solidaria , que ayude, que investigue, que recicle, que combata el cambio climático, que promueva, que sepa dialogar y sepa presionar, en fin, una Europa inteligente, unida y poderosa, fruto del respaldo y consenso de los ciudadanos y gobiernos que la componen, que conozca sus auténticos valores y los valores de todos los países que la integran y decida y negocie y luche o guerree, si es necesario, y hasta el final, por ellos. Hasta aquí los sueños, ya veremos hasta donde llegamos.


En este ciclo que ahora comenzamos queremos publicar algunas estupendas producciones cinematográficas realizadas en las dos últimas décadas en Europa dirigidas por talentosos cineastas que ha parido nuestro continente como el supraescrito Von Trier, los franceses Claude Sautet, André Techiné o Patrice Leconte, el bosnio Danis Tanovic, el turco Fatih Akin, el español Roger Gual (junto al argentino Wallovits), el británico Michael Winterbottom, los alemanes Wim Wender y Michael Haneke, el polaco Krzysztof Kieslowski o el italiano Paolo Sorrentino, con magníficas películas como "Un corazón en invierno", "Tan lejos, tan cerca", "Los ladrones", "Smoking room", "Contra la pared", "Tierra de nadie", "Wonderland", "La doble vida de Verónica", "El marido de la peluquera" o "Las consecuencias del amor".

Comenzamos pues con "Europa", película que preside nuestro lanzamiento no sólo por lo obvio de su título sino porque transcurre por las cenizas de una época de tragedias, cenizas de ciudades y de hombres que sin embargo fertilizaron el resurgir de nuestro continente tras los desastres de las grandes guerras y postguerras del siglo XX.  
 
De esta forma, en 1991, años antes del minimalista y autoimpuesto corsé Dogma 95', Lars Von Trier realizaba una de sus mejores películas, un film que transcurre por el dolor y la desgracia de una ciudad, el Berlín de la postguerra como símbolo de un país, Alemania, y un continente, Europa, destrozados por la guerra pero sin aludir directamente al dramatismo de las ruinas físicas de las ciudades, como mostrándonos las ruinas del alma de quienes tratan de sobrevivir entre ellas, dejando a nuestra imaginación reconstruir los escenarios reales de desolación que todos conservamos en nuestra memoria colectiva.

Es una película tan hipnótica como deslumbrante, con algunas escenas memorables, en la que Von Trier explora algunas de las posibilidades que el medio fílmico le podía proporcionar, utilizando superposiciones de planos, proyección trasera e inquietantes cambios dramáticos entre escenas en blanco y negro y en color, lo que dota al film de un expresionismo formal evidente.

En fin, una estupenda película dotada de un humor negro y soterrado, en la que un narrador-demiurgo traza con raíles y cuentas atrás la historia un recién llegado a un país de orgullo aplastado en cuya oscuridad aún acechan los werwolf, un héroe trágico e inocente manipulado por todos, con su destino escrito sobre los raíles de un tren mientras la lluvia moja la noche alemana, en Europa, tras la guerra.