Primera parte - Pero, ¿qué quieren?
¿Quieren acaso ponernos a prueba una vez más? ¿Quieren comprobar hasta dónde puede llegar la resistencia de sus amigos y aliados? ¿Quieren arruinar de una vez por todas las levísimas esperanzas de paz que se abrían con las conversaciones indirectas de George Mitchell? ¿Quieren impedir directamente que Obama rehaga los puentes en un encuentro como el que ya se ha anulado y que debía celebrarse hoy en la Casa Blanca? ¿Quieren saber si Estados Unidos usará el derecho de veto para impedir por primera vez una resolución de condena de sus fechorías en el Consejo de Seguridad? ¿Quieren ahuyentar a cualquiera que se les acerque? ¿Quieren quedarse solos con sus colonos armados y sus judíos ortodoxos, insensibles a cualquier sufrimiento ajeno, sordos a cualquier argumento aunque llegue de las voces amigas, ciegos ante la realidad de un mundo que cambia en dirección contraria a sus obsesiones? (...)Pero qué quieren? 01 junio, 2010 Lluís Bassets, diario El País
Como sabrá quien siga este blog, nuestros redactores de Internacional gustan de incursionar en las normalmente trágicas circunstancias y realidades de Oriente Medio, pues esta lucha eterna por una de las tierras más disputadas a lo largo de la Historia, una encrucijada de afrentas y venganzas recíprocas, de pueblos, religiones y demás mitos es como un absceso de odio que infecta las relaciones internacionales desde hace décadas.
El asalto por parte de comandos israelíes en la madrugada del 31 de mayo a la autodenominada Flotilla de la Libertad, (convoy de barcos que llevaba ayuda humanitaria a la depauperada Franja de Gaza) y los trágicos incidentes ocurridos en el barco turco Mavi Marmara, fueron un flagrante acto de piratería de Estado además de una repetición, en términos navales, de la mayoría de los miles de duelos desiguales entre palestinos y judíos que desde hace décadas se repiten por toda Palestina. Y ha terminado como suelen terminar aquellos.
Y esto no lo cambia el hecho cierto de que los soldados israelíes fueran luego agredidos con tirachinas, canicas, cuchillos y barras de hierro y madera cuando saltaron a la cubierta del barco turco, pues quienes agreden en primer lugar son los soldados hebreos (sus disparos desde lanchas y helicópteros ya habían matado a dos personas y herido algunas más antes de que el primer comando se descolgara sobre la cubierta) al disparar con fuego real y asaltar a mano armada un barco en aguas internacionales.
El asalto por parte de comandos israelíes en la madrugada del 31 de mayo a la autodenominada Flotilla de la Libertad, (convoy de barcos que llevaba ayuda humanitaria a la depauperada Franja de Gaza) y los trágicos incidentes ocurridos en el barco turco Mavi Marmara, fueron un flagrante acto de piratería de Estado además de una repetición, en términos navales, de la mayoría de los miles de duelos desiguales entre palestinos y judíos que desde hace décadas se repiten por toda Palestina. Y ha terminado como suelen terminar aquellos.
Y esto no lo cambia el hecho cierto de que los soldados israelíes fueran luego agredidos con tirachinas, canicas, cuchillos y barras de hierro y madera cuando saltaron a la cubierta del barco turco, pues quienes agreden en primer lugar son los soldados hebreos (sus disparos desde lanchas y helicópteros ya habían matado a dos personas y herido algunas más antes de que el primer comando se descolgara sobre la cubierta) al disparar con fuego real y asaltar a mano armada un barco en aguas internacionales.
Como no podía ser de otra forma, el gobierno israelí se ha apresurado en felicitar a los militares y rechazar cualquier investigación que no sea la suya propia, sin reconocer el enorme error político y el desatino militar a pesar de la condena casi unánime de la comunidad internacional, aunque en un tono demasiado tibio por parte de la Administración Obama.
Sin embargo parece que esta vez las ONG pro-palestinas no van a soltar la presa y van a intentar aprovechar el rechazo internacional y la implicación directa del país de donde eran los nueve muertos, Turquía, para al menos sacar algún rédito político de la masacre.
Precisamente Turquía estaba actuando de mediador entre Israel y el mundo árabe en sus conversaciones con la Autoridad Palestina y ahora está enseñando el camino a seguir, condicionando sus relaciones con Israel a que este país levante el bloqueo a Gaza y acepte una comisión internacional que investigue los hechos. Porque una vez visto el flanco débil del bloqueo israelita, seguirán llegando más barcos con ayuda humanitaria para Gaza y continuarán los abordajes esperamos sin más víctimas, aunque Irán asoma amenazador y la cosa podría torcerse más aún.
Esperemos que Obama, una vez sabido con certeza todo lo que ocurrió a bordo del Mavi Marmara, reaccione con firmeza y junto su aliado turco, el resto de países occidentales y los países árabes "moderados" que aún mantienen relaciones con Israel, mantengan la presión sobre el gobierno israelí, para conseguir que se levante el inhumano bloqueo sobre Gaza, cesen las agresiones por parte de militares o enajenados colonos ultraderechistas y se establezca una hoja de ruta que conduzca a un acuerdo de paz justo y duradero entre palestinos e israelíes para, a medio plazo, conseguir el establecimiento de un estado palestino en los términos de las resoluciones de la ONU (fronteras de 1967, capitalidad compartida de Jerusalén etc). Un estado tan deseado como el que soñó un pueblo tan rechazado y perseguido como el de que aquellos judíos que confluyeron en Palestina hace más sesenta años, huyendo de una persecución que duraba siglos.
Ojalá los nueve asesinatos en el ya tristemente famoso Mavi Marmara se conviertan un simbólico punto de inflexión para la sociedad israelí y la comunidad internacional, que sean a nivel global algo parecido a lo que fue para la sociedad vasca y española el asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Para ello es necesario que la contestación que en el propio Israel, un país nacido de la voluntad y el sufrimiento humanos, empiece a manifestarse con firmeza contra las tácticas fascistas y racistas del gobierno de Netanyahu. Y creemos que la presión al gobierno israelí para parar las agresiones diarias no sólo ha de venir de los estados amigos sino de los millones de personas en todo el mundo que a nivel individual simpatizan conceptual y emocionalmente con el estado israelí aún sin ser judíos (y que algunas veces se averguenzan de ese sentimiento) como Lluis Bassets y este redactor, les ofrecemos, aparte de la estupenda entradilla la opinión lúcida y contundente, as usual, de Iñaki Gabilondo, alguien que en numerosas ha declarado su adhesión emocional tanto al estado de Israel como a la justicia de la causa palestina.
Segunda parte - Israel y la culpa
Sin embargo, para aprovechar este punto de inflexión, es necesario que la contestación también sea contundente en el propio Israel, de lo cual tenemos razonables dudas, no hay que olvidar que el Primer Ministro israelí es Benjamin Netanyahu, del conservador Likud, el ministro de Relaciones Exteriores es el impresentable ultraderechista Avigdor Lieberman y el ministro de Defensa es el laborista Ehud Bark. Es decir al mando lo mejorcito de cada casa.
Pero desde la propia sociedad hebrea e incluso en el ejército israelí cada vez son más las voces que cuestionan el bloqueo a Gaza y los métodos que el ejército israelí, el Tzáhal, utiliza para martirizar a la población palestina y de paso lamentar el coste moral que supone para los propios soldados israelíes cuando han de obedecer algunas órdenes despiadadas. Ya es hora de que Israel, un país nacido de la voluntad y el sufrimiento humanos, empiece a manifestarse con firmeza contra las tácticas fascistas y racistas del gobierno de Netanyahu. Para homenajearles y darles nuestro ánimo en su lucha, ofrecemos a nuestros lectores una exposición, un documental y una película de animación.
Rompiendo el silencio
La exposición es “Rompiendo el silencio-Los soldados israelís hablan” que la organización Breaking the silence (Rompiendo el silencio) inaugurará el próximo 10 de junio en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y permanecerá abierta hasta el 20 de junio. Breaking the silence es una asociación de ex-militares del país hebreo de la que ya hablamos en Delenda est Gaza!, la segunda entrada de nuestra serie Estupor y Temblores en la que recogíamos una entrevista a uno de sus fundadores, Yehuda Shaul.
Esta asociación está formada por ex-militares israelíes que un día decidieron enfrentar el estigma que en Israel existe a quien cuestiona las órdenes recibidas durante el periodo militar y comenzaron a denunciar la terrible realidad de la ocupación antes y el bloqueo después, los abusos y las humillaciones que el ejército israelí y los colonos judíos ocasionan diariamente a los palestinos. Según el Facebook de esta ONG:
(...) Todos ellos han participado en acciones en Gaza o Cisjordania. Cansados de esa situación, decidieron dejar el ejército y contar por todo el mundo la verdad de lo que allí sucede, que suele chocar frontalmente con las versiones oficiales.
Simcha Levantal e Itamar Shapira son dos miembros de la asociación y serán los dos encargados, debido al manejo del idioma castellano, de participar en una gira, que incluirá diferentes ámbitos, por España para mostrar la realidad de lo sucedido en muchas de las acciones disimuladas como una guerra contra el terrorismo.
La muestra reúne un centenar de fotografías tomadas por soldados israelíes durante sus años de servicio en los Territorios Ocupados, un vídeo de testimonios de la reciente ofensiva “Plomo Fundido” sobre la Franja de Gaza y otros objetos que reflejan las prácticas de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). Las fotografías y testimonios incluidos en esta exposición han viajado hasta ahora a Ginebra, Amsterdam, Philadelphia, Cambridge y Copenhague.
Los representantes de la organización Breaking The Silence guiarán a los visitantes y relatarán sus historias personales, como ex militares, durante la exposición, que permanecerá abierta hasta el 20 de junio. Paralelamente se organizarán charlas, debates y otros eventos en el Círculo de Bellas Artes y diversos emplazamientos. Con el fin de profundizar en la estrategia militar israelí, Breaking The Silence ha traducido al castellano su libro de testimonios de soldados destacados en Hebrón, una ciudad que ejemplifica como ninguna otra la situación que se vive en la actualidad en los Territorios Palestinos. La publicación se distribuirá en el marco de la exposición y los eventos paralelos.
Los representantes de Breaking The Silence viajarán entre el 3 y el 20 de junio a Barcelona (del 3 al 6), Toledo (7), Sevilla (17), Vigo (15) y Santiago de Compostela (14). Allí ofrecerán charlas, participarán en vídeo-forums y debates, mantendrán reuniones con instituciones y políticos autonómicos y locales y se encontrarán con organizaciones no gubernamentales. Especialmente significativa es la presencia de la organización en Barcelona, que coincidirá con la Cumbre de la Unión por el Mediterráneo y la Cumbre UE-Egipto.Adolescentes en el ejército israelí
Seguidamente, les ofrecemos el estupendo documental Adolescentes en el ejército israelí (subido por Bizzentte), realizado por el israelí Tamar Yarom y subido a la red por nuestro camello documental Bizzentte desde uno de nuestros programas de cabecera, En Portada, de La2, que cuenta las experiencias de seis chicas dentro del ejército hebreo durante su servicio militar de dos años y cómo las traumatizó el trato inhumano que desde las altas jerarquías políticas y militares del país judío se les obliga a dar a los palestinos.
El documental “Adolescentes en el ejército israelí”, una producción de First Hand Films de 59 minutos de duración, dirigida por Tamar Yarom que nos cuenta, a través del testimonio de sus protagonistas, las experiencias de seis jóvenes israelíes durante su paso por el ejército de su país.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) son el único ejército donde el servicio militar obligatorio incluye a las mujeres. Jóvenes, entre 18 y 20 años, tienen que recibir una instrucción militar para la que no están psicológicamente preparadas. Durante 2 años estas chicas cumplen su misión militar en zonas muy conflictivas del país.
Seis entrevistas nos muestran como se trabaja en las IDF y cuales son las misiones de estas jóvenes que, durante esos 24 meses, tienen que dirigir tropas, vigilar fronteras conflictivas, conocer el odio de los vigilados, sufrir bajas de compañeros y volver a casa con todas esas experiencias que les dejan secuelas que les acompañarán toda la vida.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) son el único ejército donde el servicio militar obligatorio incluye a las mujeres. Jóvenes, entre 18 y 20 años, tienen que recibir una instrucción militar para la que no están psicológicamente preparadas. Durante 2 años estas chicas cumplen su misión militar en zonas muy conflictivas del país.
Seis entrevistas nos muestran como se trabaja en las IDF y cuales son las misiones de estas jóvenes que, durante esos 24 meses, tienen que dirigir tropas, vigilar fronteras conflictivas, conocer el odio de los vigilados, sufrir bajas de compañeros y volver a casa con todas esas experiencias que les dejan secuelas que les acompañarán toda la vida.