El 5 de septiembre de 1972, en plenos Juegos Olímpicos de Munich, a las 4.40 a.m., ocho miembros de la organización terrorista palestina Septiembre Negro irrumpieron en la Villa Olímpica y asaltaron, camuflados como deportistas, la delegación israelí matando a dos de ellos que les hicieron frente y tomando como rehenes a otros nueve. La toma de rehenes duró 21 horas y culminó con un desastre que aun sigue avergonzando a las autoridades de los aparatos de seguridad alemanes.
El grupo exigía la liberación de 234 palestinos presos en cárceles israelíes y dos más encarcelados en Alemania, así como su traslado seguro a Egipto. En caso contrario, ejecutarían a los rehenes. El plazo para la ejecución de los deportistas pasó de tres a cinco horas tras las conversaciones llevadas a cabo por las autoridades germanas. La respuesta de Israel fue inmediata y contundente en el sentido de que no liberarían a los prisioneros pero las autoridades alemanas rechazaron el envío de fuerzas especiales israelíes a su país y simularon llegar a un acuerdo con los terroristas.
Les ofrecieron dos helicóperos que les trasladarían al aeropuerto para tomar un avión que les llevaría a Egipto, pero donde llegaron a eso de las 22.10 fue al el aeródromo militar de Fürstenfeldbruck de la capital bávara, donde les esperaba un avión de Lufthansa y una emboscada. Sin embargo ésta estaba mal planificada, los cinco francotiradores del ejército alemán que les esperaban apostados no tenían preparación y las tanquetas que deberían apoyarlos llegaron tarde. De esta forma el rescate de las fuerzas de seguridad fracasó estrepitosamente y en él morirían todos los rehenes, un policía alemán y cinco de los terroristas. Los otros tres fueron capturados.
Contra todo pronóstico y a pesar de las enérgicas protestas de Israel y de numerosas personalidades, el Comité Olímpico decidió que los Juegos continuaran, pero el gobierno israelí dirigido por Golda Meir retiró a su delegación y se dispuso a vengar a los deportistas asesinados. Las represalias incluirían provocaría ataques aéreos contra bases de la OLP así como una misión secreta de búsqueda y asesinato de los instigadores del asalto. Esta última se prolongaría hasta 1979, fue denominada "Operación Cólera de Dios" y llevada a cabo por una unidad encubierta de agentes del Mossad, que acabaría con la mayoría de los que prepararon el ataque. Sólo Mohammed Oudeh alias Abu Daoud (de quien se dice que fue quien concibió la acción) escaparía a los atentados de los agentes hebreos y no moriría hasta 2010 por una insuficiencia renal. El asalto en Munich y las operaciones de venganza posteriores serían recreadas en 2005 por Steven Spielberg en su magnífica película "Munich".
Les ofrecemos un buen documental de la BBC sobre ese día trágico (y lo que vino después) que conmocionaría el mundo y que supondría una afrenta más en la larga serie de hostilidades entre Israel y el mundo árabe.
El grupo exigía la liberación de 234 palestinos presos en cárceles israelíes y dos más encarcelados en Alemania, así como su traslado seguro a Egipto. En caso contrario, ejecutarían a los rehenes. El plazo para la ejecución de los deportistas pasó de tres a cinco horas tras las conversaciones llevadas a cabo por las autoridades germanas. La respuesta de Israel fue inmediata y contundente en el sentido de que no liberarían a los prisioneros pero las autoridades alemanas rechazaron el envío de fuerzas especiales israelíes a su país y simularon llegar a un acuerdo con los terroristas.
Les ofrecieron dos helicóperos que les trasladarían al aeropuerto para tomar un avión que les llevaría a Egipto, pero donde llegaron a eso de las 22.10 fue al el aeródromo militar de Fürstenfeldbruck de la capital bávara, donde les esperaba un avión de Lufthansa y una emboscada. Sin embargo ésta estaba mal planificada, los cinco francotiradores del ejército alemán que les esperaban apostados no tenían preparación y las tanquetas que deberían apoyarlos llegaron tarde. De esta forma el rescate de las fuerzas de seguridad fracasó estrepitosamente y en él morirían todos los rehenes, un policía alemán y cinco de los terroristas. Los otros tres fueron capturados.
Contra todo pronóstico y a pesar de las enérgicas protestas de Israel y de numerosas personalidades, el Comité Olímpico decidió que los Juegos continuaran, pero el gobierno israelí dirigido por Golda Meir retiró a su delegación y se dispuso a vengar a los deportistas asesinados. Las represalias incluirían provocaría ataques aéreos contra bases de la OLP así como una misión secreta de búsqueda y asesinato de los instigadores del asalto. Esta última se prolongaría hasta 1979, fue denominada "Operación Cólera de Dios" y llevada a cabo por una unidad encubierta de agentes del Mossad, que acabaría con la mayoría de los que prepararon el ataque. Sólo Mohammed Oudeh alias Abu Daoud (de quien se dice que fue quien concibió la acción) escaparía a los atentados de los agentes hebreos y no moriría hasta 2010 por una insuficiencia renal. El asalto en Munich y las operaciones de venganza posteriores serían recreadas en 2005 por Steven Spielberg en su magnífica película "Munich".
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