Allá donde iba Roma iban los gladiadores y donde arraigaba la civilización romana se exportaban también sus fastos y entretenimientos. A través de una investigación de cinco años en una necrópolis romana hallada en Éfeso (oeste de Turquía), se han podido certificar los primeros restos de estos magníficos guerreros y las causas de su muerte. Este documental revela algunos de los secretos sobre estos luchadores que el tiempo había guardado, nos muestra cómo vivían, luchaban y morían los gladiadores de Roma.
Descubierto en Éfeso el primer cementerio de gladiadores
Dos científicos austriacos aseguran que han descubierto el primer cementerio de gladiadores, concretamente en la célebre Éfeso (oeste de Turquía), que fue uno de los centros religiosos, culturales y comerciales más importantes de toda la antigüedad. Los profesores Karl Grosschmidt y Fabian Kanz, especialistas en patología de de la Universidad Médica de Viena, han dedicado los cinco últimos años de sus vidas a catalogar y analizar miles de huesos correspondientes a al menos 67 individuos de entre 20 y 30 años de edad. Todos ellos serían gladiadores, los luchadores de los juegos públicos romanos que han sido inmortalizados por Hollywood en decenas de películas. Entre sus hallazgos figuran también tres lápidas que representan claramente a estos "héroes del deporte". Así, Grosschmidt y Kanz han concluido que este yacimiento arqueológico fue en el pasado una necrópolis exclusiva para gladiadores. El análisis de los restos óseos, así como el tipo de heridas que presentaban, han arrojado además datos muy curiosos sobre cómo vivieron, lucharon y murieron.
Uno de los aspectos más llamativos de los estudios forenses llevados a cabo por los profesores austriacos son las cicatrices de heridas que revelan que los gladiadores recibieron tratamiento médico, bueno y caro. De hecho, uno de los cuerpos muestra incluso signos de que fue sometido a una amputación quirúrgica. Por otra parte, ninguna de las lesiones observadas sugiere que fueran producto de peleas caóticas, sino que por el contrario, se debieron a duelos organizados bajo estrictas reglas de combate. Grosschmidt y Kanz descubrieron además heridas mortales, probablemente producto del "golpe de gracia" que en ocasiones recibía el gladiador perdedor para acortar su sufrimiento.
En esta necrópolis de Éfeso, en la actualidad una ciudad en ruinas, no han aparecido solamente restos de gladiadores que murieron en la arena, sino también de luchadores que consiguieron su libertad después de tres años combatiendo y después se dedicaron a otros menesteres. Los patólogos austriacos hallaron al menos un esqueleto casi completo de un hombre mayor que el resto con heridas debidamente curadas, ninguna de ellas fatales. "Vivió prácticamente lo que se considera la cantidad de años normales para un romano (...) Creo que lo más probable es que haya muerto de causas naturales", aseguró el profesor Kanz.
En esta necrópolis de Éfeso, en la actualidad una ciudad en ruinas, no han aparecido solamente restos de gladiadores que murieron en la arena, sino también de luchadores que consiguieron su libertad después de tres años combatiendo y después se dedicaron a otros menesteres. Los patólogos austriacos hallaron al menos un esqueleto casi completo de un hombre mayor que el resto con heridas debidamente curadas, ninguna de ellas fatales. "Vivió prácticamente lo que se considera la cantidad de años normales para un romano (...) Creo que lo más probable es que haya muerto de causas naturales", aseguró el profesor Kanz.