"La gente piensa que es una guerra olvidada, pero debería ser recordada como una guerra contra el fascismo y por la democracia. Ese era el punto más importante de la guerra. Se ha olvidado porque no fue una Guerra Mundial. Ahora me sorprende que no se enseñe esta guerra en los colegios. Deberían hacerlo para enseñar el respeto a la democracia". Jack Edwards
Hoy queremos homenajear a las Brigadas Internacionales, los combatientes extranjeros que llegaron a nuestro país para luchar contra el golpe militar que tras una sangrienta contienda, acabaría arrasando a la joven república democrática española. Alrededor de 50.000 voluntarios procedentes de medio centenar de países de todo el mundo se alistaron para ayudar en la defensa de la república a partir de octubre de 1936. A pesar de su variada procedencia y sus diferentes perfiles profesionales, a todos les unió el ideal de combatir el fascismo internacional y doméstico y tuvieron importante participación en destacados choques bélicos como la defensa de Madrid en el otoño de 1936 o las batallas del Ebro, Jarama, Teruel y Belchite.
75 años después del final del conflicto, apenas sobreviven algunos de estos auténticos freedom fighters, aquellos luchadores por la libertad que dejaron sus vidas en su país de origen aparcadas para luchar contra el fascismo que avanzaba implacablemente en España dejando un rastro de odio y destrucción. Hace poco moría uno de ellos, Jack Edwards, un brigadista inglés, cuyo último deseo de descansar en su amada tierra española cumplieron sus hijos en un emotivo acto, en el que esparcieron sus cenizas en tierras del Jarama.
De esta forma publicamos tres documentales, uno sobre el 'batallón Abraham Lincoln' y los dos episodios de 'The Brits who fought for Spain' una producción del canal History Channel, que narran las peripecias de los voluntarios anglosajones, norteamericanos, británicos e irlandeses que combatieron en el bando republicano. Sobre los más numerosos, los franceses, no hemos encontrado nada. En ellos los antiguos soldados narran sus experiencias y las cámaras siguen a algunos de aquellos supervivientes -en aquellas fechas- en su vuelta a España, cuando obtuvieron el reconocimiento que merecían y el Gobierno de Zapatero les concedió la nacionalidad española en virtud de la denostada Ley de Memoria Histórica. Estos documentales recorren recuerdos inolvidables, muestran archivos audiovisuales inéditos, diarios personales, periódicos y fotografías de estos veteranos que vivieron y murieron en una guerra que hicieron suya por principios y conciencia, causa justa y de suma importancia para mantener la democracia en Europa.
(Texto y fotografía: La Boca D'Or) Jack Edwards (1924-2011) tenía 22 años cuando dejó Liverpool para alistarse en la Brigadas Internacionales y combatir al fascismo en España. Miembro de la Young Communist League, se había enfrentado varias veces con los fascistas de Sir Oswald Mosley. Junto con dos compañeros llega a los cuarteles de las Brigadas en Albacete en enero de 1937. Un mes más tarde, integrado en el Batallón Británico, es enviado al frente en el valle del Jarama para detener el avance fascista que busca aislar Madrid. Ese primer día caerían dos tercios del Batallón Británico. Al tercer día el propio Edwards es herido en una pierna. Pararon el primer golpe.
Recuperándose de su herida, Edwards, mecánico, trabajará reparando camiones del Ejército republicano. Cuando la República despide a las Brigadas Internacionales, Jack Edwards se queda y combate en el Ebro integrado en las tropas españolas. En la retirada republicana cruza la frontera a pie, llega hasta París y retorna a Liverpool. Al estallar la II Guerra Mundial se alista voluntario en la RAF, “no para luchar contra Alemania o Italia, si no para continuar luchando por la democracia, contra el fascismo, como en España”. Será enviado a una base en Islandia. Los brigadistas británicos fueron enviados a servir a lugares remotos por su filiación comunista.
Una vez muerto el general Franco, Jack Edwards visitó varias veces España. En uno de esos viajes, acompañado por sus hijos, les mostró los escenarios de su bautismo de fuego, deteniendo a las tropas fascistas a las puertas de Madrid, y les dijo que allí quería descansar. Siempre que podía, Edwards comía naranjas, una costumbre que trajo de España. Seguramente porque los gajos de esa fruta contienen la luz de la tierra que defendió contra la oscuridad. El pasado viernes, en una mañana de invierno rota por la luz, sus hijos esparcían las cenizas de Jack Edwards y su esposa en las colinas del Valle del Jarama.
Recuperándose de su herida, Edwards, mecánico, trabajará reparando camiones del Ejército republicano. Cuando la República despide a las Brigadas Internacionales, Jack Edwards se queda y combate en el Ebro integrado en las tropas españolas. En la retirada republicana cruza la frontera a pie, llega hasta París y retorna a Liverpool. Al estallar la II Guerra Mundial se alista voluntario en la RAF, “no para luchar contra Alemania o Italia, si no para continuar luchando por la democracia, contra el fascismo, como en España”. Será enviado a una base en Islandia. Los brigadistas británicos fueron enviados a servir a lugares remotos por su filiación comunista.
Una vez muerto el general Franco, Jack Edwards visitó varias veces España. En uno de esos viajes, acompañado por sus hijos, les mostró los escenarios de su bautismo de fuego, deteniendo a las tropas fascistas a las puertas de Madrid, y les dijo que allí quería descansar. Siempre que podía, Edwards comía naranjas, una costumbre que trajo de España. Seguramente porque los gajos de esa fruta contienen la luz de la tierra que defendió contra la oscuridad. El pasado viernes, en una mañana de invierno rota por la luz, sus hijos esparcían las cenizas de Jack Edwards y su esposa en las colinas del Valle del Jarama.
Las Brigadas Internacionales (The Brits who fought for Spain) 1
Las Brigadas Internacionales (The Brits who fought for Spain) 2
La historia de la Brigada Lincoln