Su experimento se convirtió en un viaje hacia lo desconocido pero sus efectos no tardaron en despertar el interés de los psiquiatras de todo el mundo para tratar enfermedades como la esquizofrenia y otras psicosis. Durante la Guerra Fría, el LSD atrajo la atención de los servicios secretos internacionales, sobre todo de la CIA en su intento por desarrollar un suero de la verdad. Hofman continuó sus experimentos con el LSD y con los hongos del género psilocybe que le llevaron a contactar con la chamana mejicana María Sabina.
En los sesenta fue descubierta por un reputado profesor de Harvard, Timothy Leary, que la quiso extender de forma masiva en la sociedad norteamericana, convirtiéndola en la droga icónica del pacifismo y el movimiento hippie, alcanzando en el verano del 67, el verano del amor y la psicodelia, su momento cumbre pero también su canto del cisne. Porque cuando decenas de miles de personas invadieron San Francisco buscando la experiencia lisérgica total, las cosas se desmadraron y la policía tuvo que intervenir, dando una excusa a las fuerzas reaccionarias de la sociedad USA para conseguir la ilegalización de esta sustancia. A través de imágenes de archivo y los testimonios de quienes vivieron aquella época y por supuesto el propio Hofman, el documental del año 2011 "The Substance: Albert Hofmann's LSD", dirigido por el suizo Martin Witz, repasa la historia del ácido lisérgico y sus efectos revolucionarios sobre la psiquiatría y los límites de la conciencia y la psique humana.