Por una vez podemos reconfortarnos con un paraje natural que, después de haberlo pasado muy mal por la mala gestión humana, ha podido recuperarse. Los famosos ojos del Guadiana han vuelto a brotar y el inestimable ecosistema de Las Tablas de Daimiel ha podido recuperar sus niveles de agua y sus acuíferos, tras haber sido llevados a niveles de agotamiento por regadíos legales e ilegales, que fueron agravados con incendios subterráneos que amenazaban la existencia de este paraíso acuático que cobija tanta vida en plena La Mancha.
Esplendor en Las Tablas
Brotan de nuevo los Ojos del Guadiana. Recuperados 8 kms del cauce del rio. El acuífero a 5 metros de la superficie.
RTVE Crónicas - Teresa Gray 30.05.2013
Una lección de geografía
"El Guadiana reclama ahora sus escrituras" es una de las frases que más hemos escuchado durante el rodaje. Con ella los manchegos se refieren al restablecimiento del cauce del río a su paso por la provincia de Ciudad Real. Cuando ya todos daban por extinguidos los Ojos del Guadiana, estos han vuelto a aflorar. Tras veintiséis años desaparecidos han brotado de nuevo gracias a la recuperación del acuífero 23 que durante años estuvo sobreexplotado por los agricultores. Alrededor de ese gigantesco depósito de aguas subterráneas hay cincuenta mil pozos legales y unos diez mil ilegales.
El abuso de las extracciones puso en peligro la supervivencia de las Tablas. Estuvieron a punto de sucumbir a los incendios subterráneos. Pero una vez más la naturaleza nos ha vuelto a sorprender y la abundancia de lluvias ha favorecido el renacimiento del parque.
El pozo de Pedro
La prueba de que el acuífero se ha recuperado la tienen los propios manchegos en sus casas. Pedro Rodríguez tiene una pequeña finca a las afueras de Daimiel...
También la proximidad del acuífero se ha visto en los colapsos que durante los últimos meses han aparecido en varias fincas de la zona. Son un fenómeno geológico que provoca el hundimiento del terreno dejando a la vista la cercanía del agua.
Los molinos hidráulicos
Hace mucho tiempo, incluso siglos, el Guadiana corría por la zona. De aquella época quedan los molinos hidráulicos aunque la mayoría está en ruinas porque dejaron de funcionar en 1950. En el entorno del espacio protegido vive Julio, el último pescador, el único superviviente de una forma de vivir de las Tablas. Tiene 84 años y sigue saliendo con su barquilla. Es uno de los mejores conocedores de la flora y la fauna y a su "casilla" acuden con frecuencia los guardas y también ex directores del parque.
El chatarrero ilustrado
Otro enamorado de la zona fue el pintor Ignacio Meco. Pasó los últimos años de su vida en su casa taller ubicada en la curva del río.
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