"Una de las películas más brutalmente emotivas de la historia del cine (...) El relato bélico ahonda en las tripas de la sociedad y la cultura japonesas y desgarra los asideros emocionales del espectador."
“La tarde del veintidós de septiembre del año veinte de Shówa, Seita, que había muerto como un perro abandonado en la estación de Sannomiya, fue incinerado junto a los cadáveres de otros veinte o treinta niños vagabundos en un templo de Nunobiki y sus huesos fueron depositados en el columbario, los restos de un muerto desconocido”. Extraído de la novela “La Tumba de las Luciérnagas” (Akiyuki Nosaka, 1967)
Regresamos a nuestro ciclo de cine de animación con un programa doble. La primera de nuestras películas es 'La tumba de las luciérnagas', que adaptaba en imágenes la novela homónima ('Hotaru no Haka') de Akiyuki Nosaka, escrita en 1967. Producida en la 'Factoría Ghibli', fue dirigida por Isao Takahata en lugar del mítico Hayao Miyazaki, aunque el resultado estuvo a la altura de los mejores trabajos de la prestigiosa compañía para convertirse de inmediato en todo un clásico de la animación. La película narra la historia de dos hermanos, Seita y Setsuko, una triste historia inspirada en una fotografía tomada después de la rendición japonesa.
En septiembre de 1945, el ejército estadounidense envió a un fotógrafo, el soldado Joe O'Donnell a documentar, durante siete meses, las consecuencias de las bombas atómicas lanzadas sobre Japón. O'Donnell recorrió los lugares más afectados fotografiando la muerte, destrucción y sufrimiento humanos que la USAF había provocado pero cuya causa primaria había sido el irredento e imperialista militarismo japonés. De toda aquella serie de fotografías hubo una, que le impactó especialmente. Así describió O'Donnell ese momento:
"Pasaba por allí y vi a un niño de unos diez años con un bebé atado a su espalda. En aquellos días en Japón era una imagen habitual de las calles los niños con sus hermanos pequeños atados a la espalda, pero en aquel niño había algo diferente. Estaba como esperando alguna orden o su turno. Estaba descalzo y la expresión de su rostro era muy dura. La cabeza de su hermanito estaba inclinada a un lado, como dormido. El niño permaneció así durante más de cinco minutos. […] Unos hombres vestidos de blanco y con máscaras se acercaron a él y desataron las correas que sostenían al bebé. En ese momento me di cuenta que estaba muerto. Lo cogieron y lo depositaron en una pira funeraria donde se quemaban los cuerpos. El niño se quedó allí, sin moverse, mirando las llamas. Se estaba mordiendo el labio inferior con tanta fuerza que se hizo sangre. El chico se dio la vuelta y se marchó silenciosamente".
De aquella visión estremecedora surgió la novela y de ahí la película que hoy nos ocupa, una película emotiva y demoledora, sin concesiones, sobre dos hermanos, Seita y Setsuko, que se ven separados de su madre al tiempo que su padre, oficial de la marina, se encuentra combatiendo. El panorama a su alrededor cuando sean recogidos por una pariente lejana cerca de la costa se verá cada vez más y más reducido a la miseria y la desesperanza solo aliviada por placeres minúsculos como el agua del mar, los caramelos de fruta o la luz efímera de las luciérnagas.
"Mi lucha no tiene que ver con mi país o mis vecinos. Nada que ver con filias ni fobias, con pactos ni alianzas interesadas en extender fronteras. Mi lucha no es por odio o por honor, no es por venganza. Mi lucha consiste en procurarle a mi hermana una vida normal, una infancia. Que coma algo, que sueñe y ría… Esas cosas. Que vea luciérnagas ahora que los hombres han destruido las estrellas. No se ha librado, que yo sepa, guerra más devastadora que la mía."
Una película extraordinaria que esperamos disfruten.
Versión original subtitulada (siempre recomendada por el Juez Roy Bean)
Versión doblada