“Es una adolescente a la que le encanta bailar, con una risa y una ironía fabulosas”. El director de ‘I Am Greta’ nos acerca la extraordinaria historia de la joven activista climática
Tras haber seguido a Greta Thunberg desde su primera protesta a las puertas del parlamento sueco en agosto de 2018, el documental del cineasta Nathan Grossman recoge su recorrido: de ser una estudiante desconocida a convertirse en rostro de un movimiento global.
Greta Thunberg era una adolescente anónima de 15 años cuando empezó a hacer en el instituto sus huelgas por el clima en el verano de 2018, una figura solitaria con impermeable amarillo que se sentaba a las puertas del parlamento sueco, sin sospechar siquiera lo que estaba por venir. Ahora, la activista de 17 años es una de las personas más famosas del mundo, cara visible de un movimiento por el clima que ha impulsado a millones más a tomar las calles en todos los rincones del globo.
Esta extraordinaria historia es la que ha querido plasmar el cineasta sueco Nathan Grossman en I Am Greta, documental que sigue la trayectoria de la adolescente desde aquellas primeras protestas de hace dos años. “Seguí el consejo de un amigo que fue quien me habló de Greta”, nos cuenta Grossman vía Zoom desde su casa de Estocolmo. “En aquellos primeros días, ya era interesante escuchar las discusiones que tenía con los transeúntes. Tiene esa forma de hablar única que corta por lo sano con todo ese buenismo y ecopostureo que hemos creado alrededor del cambio climático”.
Un retrato íntimo de la vida de Thunberg
Además de seguir la trayectoria pública de Thunberg, el documental ofrece también un íntimo retrato –a veces tremendamente conmovedor– de la vida en casa de la joven. La vemos ponerse a bailar ella sola; bromear con su padre Svante; pasar el rato con sus queridos perros, Roxy y Moses. “Es esa adolescente chispeante que adora bailar, que tiene una risa y un humor irónico fabulosos”, dice Grossman. “Esas partes de cómo es ella no las ha visto mucha gente”.
La película también incide en el hecho de que Thunberg padece el síndrome de Asperger y toca otros problemas como su lucha contra la depresión, su negativa a comer y el mutismo selectivo que sufría antes de volcarse en el activismo. “Obviamente, todos cargamos con nuestra mochila. En la película, quise que ella hablase de ello desde el corazón”, nos explica el realizador. “Greta habla muy abiertamente de su trastorno [de Asperger]; lo ve como una parte muy importante de sí misma, incluso como un superpoder según las circunstancias”.
Aun así, hay momentos en los que Thunberg parece superada por la desmesurada atención que recibe. Si al principio del film la adolescente le dice a Grossman “no me gusta hablar de tonterías ni socializar con la gente”, más tarde somos testigos de su incomodidad cuando la gente no deja de acercarse y pedirle selfies en las conferencias por el clima. También muy pronto asistimos a una impactante discusión entre Thurnberg y su padre en la que hablan de la fama y de que pasará pronto.
En ese año de rodaje, Grossman pudo hablar muchas horas con Thunberg en sus largos viajes en tren (la activista no viaja en avión) y establecer con ella un vínculo de confianza. “Le pude contar cada vez más cosas de mi vida y mis ideas, y ella empezó a contarme su manera de ver las cosas”, explica Grossman. “Para la película me leyó algunas entradas de su diario porque quería recordar cómo se había sentido en diferentes situaciones, y yo creo que así podréis entrar en su cabeza un poco más. Se nota, por supuesto, que [Greta siente] una responsabilidad enorme que deberíamos estar asumiendo los adultos”.
La película acaba cuando Thunberg toma la valiente decisión, en agosto de 2019, de cruzar el Atlántico en un yate de regata de 18 metros para dar un discurso en la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU (donde pronunció su famoso “How dare you?”). Grossman la acompañó con su cámara también hasta allí, a pesar de que al principio tuvo sus dudas. “Estaba muerto de miedo”, admite. “Iba a ser un viaje movidito y en ese momento todos teníamos nuestros altibajos, pero creo que yo fui el que más aterrado estaba. Greta decidió hacerlo y volvió navegando de la misma manera, claro”.
Un mensaje poderoso
El mundo entero ha cambiado mucho desde que Grossman culminara su rodaje el año pasado y las protestas a nivel mundial han parado en seco debido a la Covid-19. De todo lo que aborda en su documental, ¿con qué le gustaría que nos quedáramos? “Durante esta pandemia, hemos visto un sistema político que actúa y cómo la gente ha cambiado su comportamiento y se ha puesto la mascarilla”, responde. “Greta siempre ha dicho: ‘Tenemos que tratar la crisis [climática] como una verdadera crisis’. Ahora, ya tenemos un referente [en la Covid-19]”.
Para
Grossman, el film da muestra del gran poder que puede ejercer una sola
persona. “Si Greta ha podido impulsar algo tan potente como este
movimiento, imagina lo que podríamos hacer todos juntos si quisiéramos”, concluye.
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