Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados de la Wehrmacht de Hitler llevaban hebillas en sus cinturones con la frase "Gott mit uns" (Dios con nosotros).
Hoy, 16 de febrero, tras ganar el referéndum que le permitirá poder ser elegido perpetuamente ad nauseam como presidente de Venezuela y así seguir convirtiendo su país en una caricatura de democracia, en una dictadura de facto, uno de los gurús del bocachanclismo de estado, Hugo Chávez, ha soltado una de esas habituales joyitas que tanto le retratan,
"Me han acusado de que quiero ser perpetuo. Dios es perpetuo. La Patria es perpetua. Pero para que la Patria sea perpetua tiene que haber un pueblo perpetuo, que no lo empaña ese ser insignificante", refiriéndose a Antonio Ledezma, uno de sus principales opositores y alcalde de Caracas, una de sus piedras en el zapato que se oponen a su deseo de ostentar el poder omnímodo en Venezuela.
Sin dejar del todo al lamentable Chávez, cuando en el verano del 2007 este tipejo visitó Teherán para sellar una alianza ideológica con el régimen iraní, el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad le despidió diciendo “Dios está con nosotros y el triunfo nos espera” y bueno, ya vimos las constantes invocaciones divinas de George W. Bush durante su presidencia o, en los últimos días, cómo Silvio Berlusconi, en nombre de Dios y de su propia impostura, ha intentado hasta el final impedir a los restos de la desdichada Eluana Englaro descansar en paz.
Desde siempre se ha utilizado el designio divino para justificar guerras, crímenes, humillaciones y otros desmanes, desde aquel Deus lo volt! (Dios lo quiere) de los cruzados, hasta el Allahu akbar (Dios es el más grande) que gritan fuera de sí los que decapitan un prisionero maniatado ante una cámara o se revientan a sí mismos y a otras decenas de personas en un tren en Madrid o en un mercado en Bagdad.
En fin, que nada mejor retrata este fenómeno consustancial a la raza humana que es otorgarse el apoyo divino para justificar crímenes y miserias propias, que la viñeta que el semanario satírico francés Charlie Hebdo sacó en solidaridad con el diario danés que publicó aquellas viñetas satíricas del profeta Mahoma que tanta polémica causaron. En esta, Mahoma se tapaba los ojos con vergüenza mientras exclamaba Es duro es ser amado por gilipollas.