Hace ya unos cuantos años, en un viaje por Alemania y Dinamarca -preciosos países ambos-, nos desviamos de la ruta para poder contemplar la majestuosa catedral de Colonia, la magnífica Kölner Dom. Y ésta no nos decepcionó.
Cimentada en otros templos levantados unos sobre otros y que se remontan al 313 d.c., su construcción comienza en 1248 y se prolongó durante más de 600 años ya que en 1560 cesó su construcción durante tres siglos, aunque ya se utilizaba la parte ya construida.
Sólo a principios del siglo XVIII comienzan de nuevo las obras, siempre siguiendo los planos originales, hasta ser terminada en 1880. Y por ello, porque a pesar de los embates del tiempo y las modas arquitectónicas ha conservado siempre el diseño original, en ella se sublima el gótico como arte arquitectónico, considerándose una de sus expresiones catedralicias más puras.
En esta impactante catedral con torres de 157 metros y la campana oscilante más grande del mundo, se conservan además de muchos magníficos vitrales medievales, una urna con los supuestos restos de los Tres Reyes Magos, lo que le ha llevado a ser uno de los más importantes centros de peregrinaje del catolicismo, siempre adorando símbolos inciertos.
La historia de esta catedral ha transcurrido a lo largo de más de ocho siglos de Sacro Imperio Romano Germánico, de la Reforma Protestante, las invasiones napoleónicas y el parto con dolor de la constitución de Alemania como estado unificado en 1871. En el turbulento siglo XX contempló estupefacta el militarismo del Segundo Reich que desembocó en la Gran Guerra, los años de agitación y revueltas tras ella, la explosión de las vanguardias artísticas, la hiperinflación de los años 20, el ascenso y caída del nazismo, y con él llegaron los primeros daños que la guerra le ocasionaba en carne propia, los bombardeos aéreos que destruyeron Colonia -importante nudo industrial y de comunicaciones- casi por completo, aunque la ennegrecida catedral fue respetada de forma expresa por los pilotos aliados y sólo sufrió bastantes desperfectos de las bombas que cercenaban la vida a su alrededor.
Este monumento superlativo ha visto marchar a sus hijos hacia quiméricas glorias bélicas en muchas guerras, dos de ellas de dimensiones mundiales, y sin embargo no fue hasta 1945 cuando pudo contemplar en directo las calamidades de la guerra en todo su esplendor, cuando pudo ver la muerte pasearse a sus pies. En este vídeo estremecedor podemos contemplar cómo un tanque Pershing estadounidense destruye un panzer alemán Panther el 6 de marzo de 1945 en medio de una Colonia en ruinas. Hombres muriendo entre las llamas, a los pies de la gran catedral.
Bueno Luis,parece que por fin se puede comentar en todas tus entradas. Me alegro mucho, porque tenía ganas de comentar esta entrada.
ResponderEliminarMi primera ciudad alemana fue Colonia, y la experiencia resultó increíble, tanto es así que incluso escribimos un pequeño libro sobre esta ciudad.
La Catedral, el Dom, como bien indicas es magnífica, y por sí sola merece la visita a la ciudad. El conjunto de iglesias románicas es de los mejores de Europa, e impresiona ver las imagenes de la destrucción en la II WW, y asombra la labor de reconstrucción que ha llevado a cabo.
Museos espléndidos. Y la gente, las cervecerías, son parte fundamental del este viaje.
Te envío los links, y con tu permiso, colocaré uno a este tuyo, que me parece sensacional.
Colonia, una ciudad con Vistas
Mercados de Navidad en Colonia
Bueno, creo que sigue habiendo entradas que no se puede y hay que activarles los comentarios una a una, así que si ves alguna dímelo.
ResponderEliminarYo pasé sólo un día en Colonia y casi sólo recuerdo la catedral. Recuerdo que tocaron en el órgano una cantata de Bach y luego las campanas y era un espectáculo apabullante. No me extrañaba que la gente del siglo XI se fuera a las Cruzadas o donde les dijeran, con ese despliegue de medios...
Muchas gracias por tus palabras, de verdad, es un honor que me enlaces a tu blog. Yo ya coloqué el enlace al tuyo.
Saludos compañero.