El motor con su canto mecía el alma adormecida,
Y el sol nos rozaba con su luz lívida...»
Antoine de Siaint-Exupéry, tras su primer vuelo
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Saint-Exupéry conocía bien su escuadrilla pues fue la suya desde el comienzo de la guerra hasta aquel día de agosto de 1940 en que, vencida Francia por el ejército alemán, fue desmovilizado y se encontró solo sin más compañía que el recuerdo de sus camaradas desaparecidos, 17 tripulaciones de las 23 con que contaba esa unidad.
A pesar de su confirmación como escritor, en agosto de 1943 Saint-Exupéry vuelve a Argel con la intención de volver a luchar por la Francia libre pilotando un avión, su otra gran pasión vital, además de la escritura. Los médicos piensan que es demasiado mayor, (tiene 43 años) con demasiadas antiguas lesiones por accidentes o derribos pero él insiste y consigue realistarse.
Hasta aquel último día de julio de 1944. A la hora de la vuelta prevista el avión no aparece y el comandante de la base da la alerta para que los radares lo busquen, en vano. A las 14,30 toda esperanza está perdida pues, estuviera donde estuviera, sus reservas de combustible se habrían agotado. El comandante Saint-Exupéry, autor de Vuelo nocturno y El principito, decano de los pilotos de guerra y pionero del correo aéreo no regresó. ¿Qué pasó exactamente? Hundido al parecer en el Mediterráneo, entre Provenza y Córcega, el misterio de su desaparición hizo crecer el mito y la leyenda de este piloto.
En marzo de 2008, Horst Rippert, de 88 años de edad, quien fuera piloto de la Luftwaffe alemana operando en la zona en aquellas fechas, se declaró autor de los disparos que abatieron el avión que pilotaba el autor francés, aunque aún persisten ciertas dudas sobre su historia. Probablemente nunca se sepan con certeza las circunstancias exactas de su muerte, lo único cierto es que aquel luminoso último día de julio de 1944 Antoine de Saint-Exupéry despegó por última vez para perderse en el horizonte.
Preciosa entrada
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