Cuatro años después de que se iniciara la crisis económico-financiera global que tan duramente está golpeando a Europa –y que se ha retroalimentado durante los últimos dos años con la crisis de deuda pública en la zona euro- sigue sin percibirse la luz al final del túnel. 2012 ha comenzado con un nuevo anuncio de recesión, con elevadas cifras de desempleo y sin que se hayan despejado las incertidumbres sobre la solvencia financiera de varios países. Sin embargo, no sería justo obviar que en los últimos meses, y a pesar de los momentos convulsos, ha habido desarrollos positivos: a lo largo del año pasado se ha ido configurando la confirmación de la apuesta política por la supervivencia del euro y se han hecho esfuerzos importantes en algunas dimensiones que resultan clave para superar la situación.
Aunque los avances deban saludarse, es evidente que queda camino que recorrer y persisten interrogantes por resolver: ¿puede el euro, la UE y sobre todo sus ciudadanos salir de la situación actual con la receta administrada hasta este momento? ¿Es factible pensar en un auténtico pacto más equilibrado que –económicamente- combine estabilidad con crecimiento y –políticamente- integre de manera más equilibrada a todos los protagonistas? ¿Es suficiente la dotación y funcionamiento del Mecanismo de Estabilidad? ¿La pertenencia a la UE y al euro ha atenuado o agravado la intensidad de la crisis? ¿De verdad se está fundando una gobernanza económica del euro que merezca ese nombre? ¿Crecerá el euroescepticismo en los próximos tiempos o vencerá la preferencia por dar nuevos pasos decididamente federalizantes? ¿Qué efecto tendrá esta crisis sobre la posición de Europa en un mundo globalizado con potencias emergentes cada vez más relevantes?
Real Instituto Elcano 16/feb/2012
Aunque los avances deban saludarse, es evidente que queda camino que recorrer y persisten interrogantes por resolver: ¿puede el euro, la UE y sobre todo sus ciudadanos salir de la situación actual con la receta administrada hasta este momento? ¿Es factible pensar en un auténtico pacto más equilibrado que –económicamente- combine estabilidad con crecimiento y –políticamente- integre de manera más equilibrada a todos los protagonistas? ¿Es suficiente la dotación y funcionamiento del Mecanismo de Estabilidad? ¿La pertenencia a la UE y al euro ha atenuado o agravado la intensidad de la crisis? ¿De verdad se está fundando una gobernanza económica del euro que merezca ese nombre? ¿Crecerá el euroescepticismo en los próximos tiempos o vencerá la preferencia por dar nuevos pasos decididamente federalizantes? ¿Qué efecto tendrá esta crisis sobre la posición de Europa en un mundo globalizado con potencias emergentes cada vez más relevantes?
Real Instituto Elcano 16/feb/2012
En Portada. "El desencanto de Europa"
Cristina Olea 09.02.2012
Nos hemos acostumbrado a hablar de la crisis. A mirar el futuro con inquietud. A ver cómo los líderes europeos intentan, cumbre tras cumbre, remontar la situación. Alemania y Francia lideran una nueva unión fiscal. Reino Unido se ha apartado del resto. Ellos son el corazón de Europa, las plazas fuertes.
En En Portada nos preguntamos si sus ciudadanos tienen las mismas dudas que nosotros. Hemos viajado a Londres, París y Berlín para escucharlos. El desencanto de los europeos es el temor a que desaparezca un modelo de bienestar y consumo que creyeron eterno. Por eso este reportaje solo podía ser un caleidoscopio, un conjunto de rostros y voces de las tres capitales.
El banquero
John es banquero. Lo encontramos en una situación sorprendente: en un debate con los indignados de Londres. Le preguntan por qué empezó la crisis, por qué los bancos concedieron hipotecas con un riesgo tan alto. Responde que el objetivo era “noble”: prestar dinero a los que no tenían otra forma de adquirir un hogar. Le preguntan por qué Reino Unido se empeña en proteger a la City, un lugar con tintes de paraíso fiscal. Responde que el sector financiero da trabajo a 300.000 personas. Le preguntan por qué cobra más que un profesor. Y no sabe qué responder: "No lo sé, pero es así desde hace tiempo, ¿no?". Quizás, plantean los indignados, algo funciona mal si un profesor que educa a nuestros hijos cobra menos que un inversor que especula con nuestro dinero.
El cambio
James trabajaba en el sector financiero hasta que en 2008 estalló la burbuja y perdió su empleo. Entonces decidió cambiar de vida. Se hizo limpiador de ventanas. Lo encontramos en el "banco de las ideas", un banco de Londres ocupado por los indignados. Dice que ha llegado el momento de "dejar de quejarse y pasar a la acción".
El futuro parado
Patrick es obrero y en apenas unas semanas va a perder su empleo. Lo encontramos a las afueras de París, conduciendo hacia el trabajo. Es su ruta diaria desde hace 18 años. Ahora su fábrica va a cerrar, y él se pregunta por qué su empresa suprime miles de empleos en Francia mientras crea otros tantos miles de empleos en India o China.
El dinero en la botella
Bernard es economista y cree que la economía es muy fácil de entender. Lo encontramos en su casa de París. Nos pone un ejemplo: si ahora entierra una botella con dinero en su jardín y vuelve a por ella dentro de unos años, el dinero no se habrá multiplicado. Como mucho, se lo habrán comido los ratones. Y sin embargo eso no es lo que ha pasado en los últimos años: la economía financiera ha crecido mucho más que la economía real. Si a alguien le cuesta entenderlo es, quizás, porque algo no ha funcionado bien.
La resistencia
Brigitte es abogada y lleva toda su vida luchando por los derechos humanos. La encontramos en La Défense, el mayor centro financiero de Francia. Defiende a los indignados de París ante la policía, que acaba de desalojarlos.
Este reportaje es un retrato de los que se resisten. No olvidamos que Europa sigue siendo un mundo privilegiado en comparación con otros. Simplemente, hemos querido dar voz a los que protestan, a los que dudan, a los que intentan que la crisis sea una oportunidad para buscar un modelo más justo y más sostenible.