Posteriormente este modelo fue desarrollado por biólogos genetistas, antropólogos, psiquiatras radicales y economistas del mercado libre, y ha llegado a dominar no solo el pensamiento político desde los años 70, sino la forma en que nos vemos a nosotros mismos como seres humanos. Porque, como una terrible profecía autocumplida, esa suposición conceptual de los humanos como seres calculadores y racionales que sólo buscan su propio beneficio creó un sistema que ha favorecido las desigualdades, la depredación del bien común y el ascenso social de los corruptos y codiciosos.
El resultado, según Curtis, es este paradójico, convulso y extraño mundo en que vivimos, en la línea de las peores distopías imaginadas por Orwell y Huxley, un mundo dominado por la cultura del miedo, el dinero y el consumo compulsivo, desbordado por la burocracia y el mercantilismo desenfrenado, en el que se cercenan las libertades individuales precisamente en nombre de esa libertad impuesta y donde la felicidad puede, supuestamente, ser alcanzada a través de medios artificiales, con una simple píldora. Por todo ello, los tres capítulos de 'The Trap' resultan imprescindibles para descifrar la retorcida realidad en la que vivimos inmersos sin percatarnos de sus paradojas.
The Trap - What Happened to our Dream of Freedom
“La libertad individual es el sueño de nuestra era y es lo que nuestros líderes prometen darnos. Los Gobiernos comprometidos por la libertad de elección han llevado a un aumento en la desigualdad y un colapso dramático en la movilidad social. Y en el extranjero, en Irak y Afganistán, el intento para implantar la libertad ha llevado a un caos total de sangre y al ascenso de un islamismo antidemocrático y autoritario. Esto, a su vez, ha ayudado a inspirar ataques terroristas en Gran Bretaña. En respuesta, el Gobierno ha desmantelado leyes por largo tiempo establecidas diseñadas para proteger nuestra libertad."
1 - Jódete, compañero
2 - El robot solitario
3 - Te forzaremos a ser libre
En ellos se muestra cómo la creación de un modelo simplificado de los seres humanos como criaturas egoístas, casi robóticas, condujo a la idea actual de libertad. Este modelo derivaba de ideas y técnicas desarrolladas por los estrategas nucleares durante la Guerra Fría para controlar el comportamiento del enemigo soviético. Matemáticos como John Nash (Una Mente Maravillosa) desarrollaron la paranoica Teoría de juegos, cuyas ecuaciones solo funcionaban si los seres humanos se comportaban como criaturas egoístas y aisladas, constantemente sospechando y vigilándose entre sí, siempre tratando de sacar beneficio.
La Teoría de Juegos asume que todos los jugadores actúan de una forma egoísta. Si uno de ellos no lo hiciera e intentará cooperar con los demás de una forma desinteresada, el equilibrio se rompería, produciendo resultados impredecibles. Este mismo modelo fue entonces desarrollado por biólogos genéticos, antropólogos, psiquiatras radicales y economistas del libre mercado, y ha llegado a dominar tanto el modo de pensar político desde los años setenta como el modo en que piensan las personas acerca de ellos mismos como seres humanos.
Sin embargo, esta idea simplista contiene las semillas de nuevas formas de control. Y lo que las personas han olvidado es que hay otras ideas de libertad. Estamos, según Curtis, en una trampa de nuestra creación que nos controla, priva de significado y causa caos y muerte en el extranjero. Un sistema que básicamente nos considera como una masa de individuos egoístas, motivados principalmente por intereses personales, que no son capaces ni merecedores de otra forma de Gobierno que la imperante en el Occidente "democrático". Somos etiquetados como seres de naturaleza egoísta, cuya única forma factible de convivencia se basa en la competición por bienes materiales. Al asumir que no somos más que predadores de nuestros propios congéneres, nos estamos forzando a adaptarnos a un Darwinismo social ficticio.
La colaboración, incluso la del tipo altruista, no es algo que sea ajeno a nuestra esencia como humanos. De hecho ha sido practicada en numerosas periodos históricos, notablemente en las guerras. Pero al no tener ningún objetivo ni ideal por el cual luchar, la gente se abandona a la búsqueda del interés personal. La libertad queda entendida como una adaptación a valores simplistas y a nada más. Somos libres para seguir la moda, para ir al futbol, para comprarnos un coche, para emborracharnos, etc. Todo el mundo está condicionado por la búsqueda de esos valores materiales. Es lo "acordado" y lo que todo el mundo espera que hagamos. Tampoco podemos hablar libremente. Nadie habla con libertad. Todo el mundo se calla lo que realmente piensa porque atentaría contra esa manera estúpida y limitada de ver el Mundo y la Vida. No sería socialmente correcto. La libertad que el sistema capitalista nos vende como la única posible, la libertad para satisfacer nuestros instintos primarios o hacer lo que queramos, es en realidad una visión muy limitada de la Libertad, que en realidad nos limita y nos encierra. De ahí la trampa.
1. Jódete, compañero
2. El robot solitario
3. Te obligaremos a ser libre