A todo el que me preguntó la semana pasada le dije que el independentismo iba a arrasar. Me esperaba un resultado apabullante. Creía que lo tenían todo, absolutamente todo, a favor. La campaña se la estaba haciendo el PP con sus amenazas inútiles. Palabras como corralito provocaban vergüenza ajena. Declaraciones como las del ministro de Defensa, Morenés, eran otro puñado de votos para el independentismo. Y, por si eso fuera poco, una repregunta de Carlos Alsina provocaba uno de los ridículos más increíbles de un presidente del Gobierno, que con una frase -«¿Y la europea?»- desmontaba la campaña del miedoorquestada por su propio partido. El resultado del PP deja claro el éxito de su estrategia. Por si todo eso fuera poco, el independentismo había jugado de una forma excelente sus cartas, empezando la campaña en plena Diada con una Meridiana llena hasta la bandera -nunca mejor dicho- en otra demostración de fuerza soberanista, y ya era la cuarta.
La Mercè y el puente
Y llegó el 27-S, en pleno puente de la Mercè que, vista la fabulosa participación en las elecciones, demostró que la crisis no permite a mucha gente irse de puente, igual por culpa de los recortes aplicados por el mismo Gobierno que convocó las elecciones en una fecha tan curiosa.
Y se votó. Y yo me pregunto, ¿tú montas las elecciones más trascendentes de la historia de Catalunya, fuerzas una gran coalición llamada Junts pel Sí, con la primera y la segunda fuerzas catalanas, con la colaboración de un star system que provoca la simpatía de casi la unanimidad de los catalanes -incluida la mía-, y con todo eso no llegas ni a sumar los escaños que antes tenían esas formaciones por separado? Y también me cuestiono: tú hablas de elecciones plebiscitarias, y logras que lo sean, y resulta que sumando las fuerzas que llevaban la independencia en su programa electoral te quedas al 3% de la mitad de los votos. Con ese balance, sinceramente, ¿qué has ganado?
En cinco años los catalanes hemos ido a votar en unas autonómicas tres veces. Un récord solo al alcance de los griegos. Y espérate. Y me da la sensación de que seguimos en el mismo punto. Bueno, en el mismo no. El bipartidismo español PP-PSOE sale muy tocado de Catalunya. Igual que el revolcón que se lleva Podemos. Pero en cuanto a la independencia, ¿de verdad que queda clarísimo que la gran mayoría de los catalanes quieren emprender ese camino? ¿Lo han manifestado de una manera rotunda? ¿De verdad que se puede hacer esa lectura de estos resultados? Creo que no. Y lo peor: seguiremos ahí estancados, con el monotema. Y mientras ningún gobierno hará nada para solucionar los problemas de la población.
Ah, y una cosa. El señor Antonio finalmente fue a votar. Le acompañó su hijo que votó a la CUP. Y el señor Antonio, finalmente, a Ciutadans.