12 de enero de 2010, el día en el que un minuto de estremecimientos tectónicos destruyó un país entero. Al dispersarse el polvo, quedaron a la vista los efectos del seísmo más devastador que ha conocido el Caribe. Dos días después, Haití sigue sumida en la destrucción, el caos y la muerte, mostrando al mundo la magnitud de la catástrofe humanitaria que hará aún más inhabitable el desdichado país caribeño.
La tierra mata en Puerto Príncipe
Joaquim Ibarz. La Vanguardia. Fotos Big Picture
El Banco Mundial estimó que Haití, la nación más pobre de América, perderá más del 15% de su PIB por causa del terremoto que sufrió el martes y confirmó una donación de 100 millones de dólares, la más alta hasta ahora.
En 2008 el PIB cayó un 15% debido a cuatro tormentas tropicales, pero el Banco Mundial cree que esta vez la destrucción superará ese nivel, dado que el desastre ha afectado a un área mayor y a Puerto Príncipe, la capital. Fueron siete grados en la escala de Richter, con epicentro a sólo 16 kilómetros de Puerto Príncipe y a sólo 10 kilómetros de profundidad, sacudiendo la capital de la nación más pobre del hemisferio occidental.
El imponente palacio presidencial –testigo de mil tropelías de los sátrapas Duvalier– cayó como un castillo de naipes. Y cayeron miles y miles de humildes viviendas en una conurbación urbana en la que viven más de dos millones de personas. El seísmo se produjo a las 16,53 del martes (hora haitiana), seguido de varias réplicas de fuerte magnitud que obligaron a los haitianos a dormir, sufrir y morir en la intemperie: no hay ambulancias, no hay hospitales, no hay equipos de rescate. Los rescates entre escombros se limitan a los brazos y la voluntad.
El presidente de Haití, René Préval, habló en un primer momento de entre 30.000 a 50.000 muertos. Posteriormente, el primer ministro, Jean Max Bellerive, aseguró que podrían haber muerto "más de 100.000". El presidente Préval, que en el momento del seísmo no estaba en el palacio presidencial, recorrió Puerto Príncipe y calificó la situación de "Inimaginable... Hay que verlo para creerlo". "El Parlamento se ha venido abajo, la oficina de Hacienda se ha venido abajo, las escuelas se han derrumbado, los hospitales se han derrumbado", explicó Préval. "Todos los hospitales están llenos de gente. Hay muchas escuelas que tienen a muchas personas muertas", y entre los atrapados bajo el Parlamento se encontraban ayer, aunque con vida, el presidente del Senado, Kely Bastien. Sí falleció monseñor Joseph Serge Miot, arzobispo de Puerto Príncipe: hallaron su cuerpo aplastado entre las ruinas de su oficina.
Además del palacio presidencial, han resultado muy dañados la catedral, bancos, hoteles, y los ministerios y demás símbolos de un poder muy precario, que necesita de cascos azules para mantener una mínima estabilidad. Las comunicaciones con Haití han quedado cortadas casi por completo, lo que hace imposible tener una información precisa sobre los daños o víctimas. El aeropuerto de Puerto Príncipe está cerrado a vuelos comerciales y las carreteras que unen Haití con la República Dominicana están impracticables. En los últimos días ha llovido bastante, lo que empeora las condiciones de movilidad y, posiblemente, el riesgo de infecciones a través de mosquitos.El único hospital que ofrece atención quirúrgica gratuita, el Trinité, ha quedado gravemente afectado, según Médicos sin Fronteras, que lo gestiona.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, informó que continúan desaparecidos más de 200 huéspedes del hotel Montana de Puerto Príncipe, que se derrumbó en el terremoto. "Había entre 300 y 400 huéspedes en el hotel y parece que sólo hay noticias del paradero de cien".
"Todo comenzó a temblar, la gente gritaba y las casas comenzaron a derrumbarse. Es un caos total", informaba el periodista de la agencia Reuters Joseph Guyler Delva. "Vi personas bajo los escombros y gente muerta, los edificios se colapsaban uno tras otro. La gente gritaba "Jesús, Jesús" y corría en todas direcciones. La muerte y la destrucción es visible a cada paso", añadió Delva.
Desesperados, los vecinos salieron a las calles para excavar en los escombros en busca de familiares perdidos; las tareas de rescate se dificultaron porque la noche cayó poco después del terremoto y buena parte de la capital está sin luz.
La cooperante italiana de la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional Fiammetta Cappellini dibujaba ayer un "panorama devastador". "Desde los escombros se oyen gritos de socorro de los que se han quedado dentro y los familiares se desesperan por la impotencia", relataba. "Los edificios más importantes han desaparecido, bloques enteros de varios pisos están en el suelo y un supermercado muy conocido, reducido a ruinas", añadía la cooperante.
"Algunas áreas de la ciudad están sin luz y la gente se concentra en las calles, alrededor de hogueras, buscando consuelo unos en otros", explicaba Stefano Zannini, uno de los trabajadores de la ONG Médicos sin Fronteras en Puerto Príncipe.
"Hemos visto fracturas abiertas, graves heridas craneales y, lo peor de todo, es que no podemos proporcionar a la gente los servicios quirúrgicos adecuados", explicaba su colega Hans van Dillen.
Un hospital infantil cercano a la embajada de República Dominicana en Puerto Príncipe estaba derruido, y se escuchaban gritos entre los escombros, según el embajador dominicano en Haití, Rubén Silié. "Acabo de hablar con el diplomático y me manifestó que en el hospital de niños se escuchan personas pidiendo auxilio", aseguró el portavoz del Gobierno dominicano, Rafael Núñez. "Me dijo que el país había quedado literalmente destrozado", añadió.
"Todo el mundo temblaba, era como un baile, la gente salía de los vehículos, corría y gritaba", explicaba ayer un testigo. "La carretera –añadió– se abrió por la mitad".
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, informó que continúan desaparecidos más de 200 huéspedes del hotel Montana de Puerto Príncipe, que se derrumbó en el terremoto. "Había entre 300 y 400 huéspedes en el hotel y parece que sólo hay noticias del paradero de cien".
"Todo comenzó a temblar, la gente gritaba y las casas comenzaron a derrumbarse. Es un caos total", informaba el periodista de la agencia Reuters Joseph Guyler Delva. "Vi personas bajo los escombros y gente muerta, los edificios se colapsaban uno tras otro. La gente gritaba "Jesús, Jesús" y corría en todas direcciones. La muerte y la destrucción es visible a cada paso", añadió Delva.
Desesperados, los vecinos salieron a las calles para excavar en los escombros en busca de familiares perdidos; las tareas de rescate se dificultaron porque la noche cayó poco después del terremoto y buena parte de la capital está sin luz.
La cooperante italiana de la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional Fiammetta Cappellini dibujaba ayer un "panorama devastador". "Desde los escombros se oyen gritos de socorro de los que se han quedado dentro y los familiares se desesperan por la impotencia", relataba. "Los edificios más importantes han desaparecido, bloques enteros de varios pisos están en el suelo y un supermercado muy conocido, reducido a ruinas", añadía la cooperante.
"Algunas áreas de la ciudad están sin luz y la gente se concentra en las calles, alrededor de hogueras, buscando consuelo unos en otros", explicaba Stefano Zannini, uno de los trabajadores de la ONG Médicos sin Fronteras en Puerto Príncipe.
"Hemos visto fracturas abiertas, graves heridas craneales y, lo peor de todo, es que no podemos proporcionar a la gente los servicios quirúrgicos adecuados", explicaba su colega Hans van Dillen.
Un hospital infantil cercano a la embajada de República Dominicana en Puerto Príncipe estaba derruido, y se escuchaban gritos entre los escombros, según el embajador dominicano en Haití, Rubén Silié. "Acabo de hablar con el diplomático y me manifestó que en el hospital de niños se escuchan personas pidiendo auxilio", aseguró el portavoz del Gobierno dominicano, Rafael Núñez. "Me dijo que el país había quedado literalmente destrozado", añadió.
"Todo el mundo temblaba, era como un baile, la gente salía de los vehículos, corría y gritaba", explicaba ayer un testigo. "La carretera –añadió– se abrió por la mitad".
*Si se ve esta entrada a 1440 x 900 de resolución de pantalla las fotos se desordenan y con ellas toda la entrada y no sabemos cómo arreglarlo así que recomendamos, como siempre una resolución de pantalla (Panel de control / Pantalla / Configuración) de 1024 x 768, siempre reversible. En panorámico, oiga!!