"Esta es la última oportunidad para los dos estados. No estamos aquí para deslegitimar a Israel, sino para legitimar a Palestina"
Mahmud Abbas
Ayer después Palestina fue reconocida en la Asamblea General de la ONU por abrumadora mayoría como el Estado 194, con status de estado observador, a pesar de las presiones realizadas por Israel y Estados Unidos. Hace 65 años tras el mismo reconocimiento por parte de la Asamblea General del Estado de Israel comenzaba un camino que aseguraba la creación de un hogar seguro para el pueblo judío. Ahora los palestinos han iniciado ese mismo recorrido recuperando ante la comunidad internacional la dignidad que durante generaciones ha permanecido ausente. Y es desde esa dignidad desde donde se puede construir la paz.
Sin embargo, y a pesar de la gran alegría con la que se celebró la votación tanto en Gaza como en Cisjordania, existen muchos en los martirizados territorios palestinos que piensan que nada ha cambiado realmente, pues anoche nadie le pidió cuentas a Israel por los sufrimientos inflingidos y que el despertar les devolverá el mismo duro status quo que el estado hebreo les lleva infringiendo desde hace años, pero ahora que Palestina podrá recurrir a todos los organismos internacionales de desarrollo y justicia los dirigentes israelíes y el estado que representan (y esperemos que también la Administración Obama) habrán tomado nota de su aislamiento y sabrán que el mundo les estará mirando, al fin, más que nunca. Un proceso de paz digno que establezca una hoja de ruta que conduzca a la solución de dos estados conviviendo en paz en las fronteras de 1967 es más que nunca un imperioso deseo planetario y una obligación moral para el pueblo judío.
Sin embargo, y a pesar de la gran alegría con la que se celebró la votación tanto en Gaza como en Cisjordania, existen muchos en los martirizados territorios palestinos que piensan que nada ha cambiado realmente, pues anoche nadie le pidió cuentas a Israel por los sufrimientos inflingidos y que el despertar les devolverá el mismo duro status quo que el estado hebreo les lleva infringiendo desde hace años, pero ahora que Palestina podrá recurrir a todos los organismos internacionales de desarrollo y justicia los dirigentes israelíes y el estado que representan (y esperemos que también la Administración Obama) habrán tomado nota de su aislamiento y sabrán que el mundo les estará mirando, al fin, más que nunca. Un proceso de paz digno que establezca una hoja de ruta que conduzca a la solución de dos estados conviviendo en paz en las fronteras de 1967 es más que nunca un imperioso deseo planetario y una obligación moral para el pueblo judío.
