Presentamos a continuación el documental 'One Shot' (Un disparo) realizado en el año 2004 bajo la dirección de Nurit Kedar. El documental se basa en el relato de antiguos francotiradores que fueron utilizados por el ejército israelí para matar selectivamente a miembros de la resistencia palestina desde la última intifada, sobre todo en el periodo en el que el país hebreo ocupaba los territorios palestinos.
En la actualidad suponemos que el papel del tirador de élite que aguantaba impasible durante horas apostado cerca del pueblo palestino donde vivía su víctima, aguantando hierático las condiciones metereológicas, hasta que logra situar a su víctima-objetivo en la mira de su fusil, ha sido progresivamente sustituido por un técnico de drones sentado en algún despacho cercano a Tel-Aviv.
En este documental los ex-francotiradores reflexionan en retrospectiva sobre las muertes de seres humanos que provocaron con sus asesinatos a sangre fría, sus sentimientos al recordarlas y su propia moral. Ellos no lamentan las muertes, todavía asumen la máxima de "un disparo, un muerto" pero se preguntan en qué clase de hombres les convirtieron.
El francotirador es el único soldado que ve "el blanco de los ojos de su víctima", que ve sus actividades diarias mientras lo visualiza en su mira y espera la orden de ejecución de sus mandos y eso es lo que, según ellos, los diferencia del resto de militares. La imagen la forman el fusil, la bala y el hombre detrás de ellos, esperando en la oscuridad, con paciencia y en calma, para cumplir la orden y efectuar un único disparo. Esto le hace aparecer ante si mismo como un heroico luchador y para otros, como un asesino a sangre fría. Las escenas de guerra de este documental han sido grabadas por los mismos soldados que participaban en ellas.
El francotirador es el único soldado que ve "el blanco de los ojos de su víctima", que ve sus actividades diarias mientras lo visualiza en su mira y espera la orden de ejecución de sus mandos y eso es lo que, según ellos, los diferencia del resto de militares. La imagen la forman el fusil, la bala y el hombre detrás de ellos, esperando en la oscuridad, con paciencia y en calma, para cumplir la orden y efectuar un único disparo. Esto le hace aparecer ante si mismo como un heroico luchador y para otros, como un asesino a sangre fría. Las escenas de guerra de este documental han sido grabadas por los mismos soldados que participaban en ellas.
Como detalle adjunto a esta historia hace tres años se pusieron de moda en el ejército israelí unas siniestras camisetas, que tras el escándalo que supusieron fueron prohibidas por sus mandos y que, a modo de broma macabra, mostraban una mujer árabe embarazada dentro de una mira telescópica con el siniestro claim "1 shot 2 kills", es decir, 1 disparo 2 muertes. Humor israelí a lo nazi.