Hoy publicamos "Belo Monte, anuncio de una guerra", un documental que aborda la intensa lucha que protagonizan desde la década de los ochenta más de 18 grupos indígenas que habitan las tierras y riberas del río Xingú, en la Amazonía brasileña, frente al mega-proyecto hidroeléctrico Belo Monte, que promete llenar de presas hidroeléctricas todo el trayecto de este río brasileño. El proyecto es criticado por organizaciones ecologistas y de derechos humanos como Survival International (organización de la que el Juez Roy Bean es orgulloso socio) pues anegaría una extensa área de tierra, desecaría partes del Xingú, destruiría grandes áreas de la selva circundante (causando una catástrofe ecológica de imprevisibles consecuencias) además de reducir las reservas de peces imprescindibles para la supervivencia de distintos pueblos indígenas de la zona, como los kayapó, cuyo líder viajó a Europa para denunciar el proyecto y sus efectos sobre los pueblos indígenas. De hecho los indígenas kayapó y otros pueblos indígenas de la zona como los arara, juruna, araweté, asurini y parakana llevan protestando contra la presa desde que su construcción se propuso al inicio de los años ochenta.
El material de este documental es producto de 120 horas de filmación captadas durante 2 años de trabajo, y recoge opiniones a favor y en contra de diversas personas involucradas en el proceso, desde políticas a caciques indígenas, pasando por ambientalistas y personas interesadas en los empleos que generaría la empresa hidroeléctrica. El equipo de documentalistas viajó a Altamira, Brasilia, São Paulo, y estuvo en tres oportunidades con comunidades indígenas que viven en las riberas del Xingú, y que están amenazadas por las obras. En él también se demuestra algo que los promotores de la presa esconden, el hecho de que para ser viable, la represa de Belo Monte necesitaría de otras represas aguas arriba para garantizar un año de flujo circulante de agua, lo que significaría la inundación de más bosques.
La afluencia de inmigrantes a la zona durante la construcción de la presa amenaza con introducir la violencia en la zona y contagiar enfermedades a estos indígenas, de forma que se ponga en riesgo sus vidas. De hecho el departamento de asuntos indígenas del Gobierno Brasileño, la FUNAI, ha afirmado que podría haber algunos indígenas no contactados en las cercanías de la presa. Para estos indígenas el riesgo sería mayor, pues tienen muy poca resistencia frente a enfermedades del exterior que podrían ser mortales para ellos.
Además de la posición de múltiples movimientos sociales y organizaciones ambientalistas como Amazon Watch y el Movimento Gota d’ Água, muestra el complejo tema de la producción energética en Brasil, cuyas críticas, propuestas, movilizaciones, pronunciamientos y hasta amenazas de guerra, han puesto en jaque al gobierno de Dilma Rousseff. Lo que hasta ahora sabemos es que el Tribunal Supremo brasileño ha autorizado la reanudación de las obras a pesar de que previamente a la decisión del Supremo, la Procuradoría General de la República manifestó su postura favorable a la paralización de la construcción, con el argumento de que los indígenas de la región no habían sido consultados.
Sin embargo, el presidente del Alto Tribunal brasileño precisó que el fallo favorable a la reanudación no impide que su decisión sea revisada tras un análisis más detallado del caso. De acuerdo con esta versión, en su fallo el magistrado solicita más información al Tribunal Federal de la Primera Región, con sede en Brasilia, que determinó la paralización de las obras. Es decir, la lucha legal sigue abierta y por ello nos mantendremos vigilantes y haremos nuestra pequeña labor para impedir que este masivo engendro de cemento pueda domar el caudal de agua del Xingú, destruyendo con ello la rica vida salvaje, humana y animal, de la región. El docu está subtitulado en inglés (y portugués) pero se entiende bien. Paremos entre todos el puto Belo Monte para que el río Xingú pueda seguir inundando de vida la selva brasileña.
El material de este documental es producto de 120 horas de filmación captadas durante 2 años de trabajo, y recoge opiniones a favor y en contra de diversas personas involucradas en el proceso, desde políticas a caciques indígenas, pasando por ambientalistas y personas interesadas en los empleos que generaría la empresa hidroeléctrica. El equipo de documentalistas viajó a Altamira, Brasilia, São Paulo, y estuvo en tres oportunidades con comunidades indígenas que viven en las riberas del Xingú, y que están amenazadas por las obras. En él también se demuestra algo que los promotores de la presa esconden, el hecho de que para ser viable, la represa de Belo Monte necesitaría de otras represas aguas arriba para garantizar un año de flujo circulante de agua, lo que significaría la inundación de más bosques.
La afluencia de inmigrantes a la zona durante la construcción de la presa amenaza con introducir la violencia en la zona y contagiar enfermedades a estos indígenas, de forma que se ponga en riesgo sus vidas. De hecho el departamento de asuntos indígenas del Gobierno Brasileño, la FUNAI, ha afirmado que podría haber algunos indígenas no contactados en las cercanías de la presa. Para estos indígenas el riesgo sería mayor, pues tienen muy poca resistencia frente a enfermedades del exterior que podrían ser mortales para ellos.
Además de la posición de múltiples movimientos sociales y organizaciones ambientalistas como Amazon Watch y el Movimento Gota d’ Água, muestra el complejo tema de la producción energética en Brasil, cuyas críticas, propuestas, movilizaciones, pronunciamientos y hasta amenazas de guerra, han puesto en jaque al gobierno de Dilma Rousseff. Lo que hasta ahora sabemos es que el Tribunal Supremo brasileño ha autorizado la reanudación de las obras a pesar de que previamente a la decisión del Supremo, la Procuradoría General de la República manifestó su postura favorable a la paralización de la construcción, con el argumento de que los indígenas de la región no habían sido consultados.
Sin embargo, el presidente del Alto Tribunal brasileño precisó que el fallo favorable a la reanudación no impide que su decisión sea revisada tras un análisis más detallado del caso. De acuerdo con esta versión, en su fallo el magistrado solicita más información al Tribunal Federal de la Primera Región, con sede en Brasilia, que determinó la paralización de las obras. Es decir, la lucha legal sigue abierta y por ello nos mantendremos vigilantes y haremos nuestra pequeña labor para impedir que este masivo engendro de cemento pueda domar el caudal de agua del Xingú, destruyendo con ello la rica vida salvaje, humana y animal, de la región. El docu está subtitulado en inglés (y portugués) pero se entiende bien. Paremos entre todos el puto Belo Monte para que el río Xingú pueda seguir inundando de vida la selva brasileña.