Crumb es un documental de 1994 sobre el artista del cómic underground ilustrador y músico estadounidense Robert Crumb. Fue uno de los fundadores del cómic underground y es quizá la figura más destacada de dicho movimiento. Aunque es uno de los más conocidos autores de cómic, su carrera se ha desarrollado siempre al margen de la industria. Dirigido por Terry Zwigoff y producido por Lynn O'Donnell y David Lynch, el documental fue muy elogiado, recibiendo además el gran premio del jurado y el premio a la mejor fotografía en el Festival de Cine de Sundance. Fue lanzado en Estados Unidos el 28 de abril de 1995, habiéndose proyectado en festivales de cine el año previo.
Crumb comenzaría su carrera dibujando tarjetas de felicitación pero sería en 1967 cuando la reacción favorable que encontraron algunos dibujos suyos en diversos fanzines le hicieron decidirse a trasladarse a San Francisco en pleno auge de la psicodelia y el movimiento contracultural estadounidense. Allí editó el primer número de su fanzine Zap Comix, a comienzos de 1968. Dicha publicación se considera el acta de nacimiento del comic underground norteamericano. Utilizando el estilo de las tiras de prensa de comienzos del siglo XX, Crumb abordaba abiertamente en Zap Comix el sexo y la crítica política, lo cual resultó enormemente transgresivo en aquellos años, sobre todo teniendo en cuenta que el cómic en Estados Unidos había estado tradicionalmente orientado hacia el público juvenil. El éxito de su publicación atrajo a otros artistas interesados en la contracultura, y Crumb abrió las páginas de Zap Comix a otros talentosos autores independientes.
En las páginas de Zap Comix, del East Village Other, de Oz y de muchas otras publicaciones underground, Crumb creó en sus viñetas un estilo de mujer crumbiana muy peculiar y dominante, de poderosas piernas y anchas espaldas, así como personajes que se convirtieron en iconos de la contracultura, como Mr. Natural, el Gato Fritz, Flakey Foont, Shuman the Human o Angelfood McSpade, los cuales "sienten el asco de la gran ciudad, son los sujetos a reprimir o exterminar porque no participan del modo de vida norteamericano" y exhiben "la perturbadora idea de que hay que gozar de la vida y rechazar todas las imposiciones".
Este documental nos permite entrar en su vida y su universo creativo, en sus experiencias y relaciones con las mujeres, las obsesiones artísticas y eróticas que vertebran toda su obra, pero también nos presenta su entorno familiar (marcado por las educación represiva de sus padres y las enfermedades mentales que fueron desarrollando sus hermanos) particularmente a sus hermanos Maxon y Charles, su esposa y sus hijos, pues sus hermanas rehusaron a ser entrevistadas. Aunque Zwigoff tenía el consentimiento de los hermanos Crumb, algunos cuestionaron la capacidad de Charles, el hermano más trastornado y desubicado, para dar ese consentimiento.
Al principio Robert Crumb no quería hacer la película, pero finalmente se puso de acuerdo. Hubo un rumor, creado accidentalmente por el crítico Roger Ebert, que Terry Zwigoff hizo cooperar a Crumb amenazando con dispararse. Ebert lo esclareció en los comentarios de una posterior reedición de la película de Criterion Collection. Ebert dice que "podría ser verdad que la vida de Zwigoff fue salvada, porque sí hizo la película". Durante los nueve años que llevó hacer el documental, Zwigoff dijo que "recibía un promedio de 200 dólares al mes de ingresos y vivía con un dolor de espalda tan intenso que pasé tres años con un arma cargada en la almohada al lado de mi cama, tratando de tener el valor de matarme". Al final sería el hermano de Robert, Charles, el que acabaría con su vida un año después de filmarse el documental.
Al principio Robert Crumb no quería hacer la película, pero finalmente se puso de acuerdo. Hubo un rumor, creado accidentalmente por el crítico Roger Ebert, que Terry Zwigoff hizo cooperar a Crumb amenazando con dispararse. Ebert lo esclareció en los comentarios de una posterior reedición de la película de Criterion Collection. Ebert dice que "podría ser verdad que la vida de Zwigoff fue salvada, porque sí hizo la película". Durante los nueve años que llevó hacer el documental, Zwigoff dijo que "recibía un promedio de 200 dólares al mes de ingresos y vivía con un dolor de espalda tan intenso que pasé tres años con un arma cargada en la almohada al lado de mi cama, tratando de tener el valor de matarme". Al final sería el hermano de Robert, Charles, el que acabaría con su vida un año después de filmarse el documental.