Documental sobre Henry Darger (Abril de 1892; abril de 1973) escritor e ilustrador estadounidense de carácter reclusivo y anacoreta que vivió toda su vida como un desconocido y en situación de pobreza en Chicago trabajando en empleos de poco fuste que apenas le daban para sobrevivir. Sin embargo durante décadas dedicó la mayoría de su tiempo libre a crear un universo propio que reflejaría en revistas, una autobiografía y su obra magna, un manuscrito épico y fantástico de 15.143 páginas con el bizarro título "La historia de las niñas Vivian, en los Reinos de lo Irreal, de la tormenta de la guerra glandeco-angelinia provocada por la rebelión de los niños esclavos" (The Story of the Vivian Girls, in What is Known as the Realms of the Unreal, of the Glandeco-Angelinian War Storm Caused by the Child Slave Rebellion)", ilustrada por varios cientos de acuarelas y dibujos, algunos de gran formato.
Darger escribió y dibujó durante décadas y en absoluta soledad en su habitación una obra extraordinaria donde los niños, la guerra y las influencias religiosas eran fundamentales y que sólo fue descubierta cuando su casero y vecinos entraron en ella tras el ingreso de Darger en San Agustín, la institución católica donde había muerto su padre y donde semanas después también él moriría. Cuando acudieron a San Agustín a despedirse de él, le dijeron cuánto les había impresionado el mundo intramuros que había creado y la abrumadora obra artística en él guardada, Darger sólo pudo contestar "es demasiado tarde ahora".
Este premiado aunque poco conocido documental dirigido por Jessica Yu en 2004 usa entrevistas con los pocos amigos y vecinos de Darger y la narración de pasajes de su novela, junto con sus ilustraciones, para explorar las facetas tanto artística como psicológica del personaje. Fue un hombre ensimismado, con un gran talento -que ha sido apreciado por la cultura popular americana como unos de los ejemplos más sobresalientes de arte marginal- pero su difícil vida (marcada por la soledad, la pérdida y los problemas mentales) y sus deficiencias sociales hicieron que nunca pudiera ver ese talento reconocido. Y aún por reconocer, porque la propia desmesura de su obra hace que difícilmente podrá ser revisada en su totalidad. A él y a los genios desconocidos que desarrollan sus propias obsesiones siendo ignorados por la gran mayoría dedicamos esta entrada.
Henry Darger y los reinos de lo irreal
La obra que comentamos esta semana, épica en dimensiones y contenido, no se escribió para ser leída. No se encuentra en las vitrinas de ninguna librería del mundo, dado que nunca fue ni será publicada, y no resulta descabellado suponer que, entre los pocos individuos que la habrán tenido entre las manos, ninguno la haya leído en su totalidad. Este mundo de ficción debía haber muerto junto con su artífice, que fue a su vez creador y protagonista, y en lugar de eso, acabó convirtiéndose en ejemplo de post-modernidad.
La inusual obra se titula “La historia de las muchachas Vivian, en lo que se conoce como los reinos de lo irreal, de la tormenta de la guerra glandeco-angelinia provocada por la rebelión de los niños esclavos (The Story of the Vivian Girls, in What is Known as the Realms of the Unreal, of the Glandeco-Angelinian War Storm Caused by the Child Slave Rebellion), y fue escrita por Henry Darger (1892-1973), solitario, profundamente creyente, y conserje de profesión (trabajaría en un hospital católico casi toda su vida). Compuso esta monumental obra de más de 15000 páginas a lo largo de 4 décadas, y a pesar de su grandiosa extensión, aseguran los que sí han tenido acceso a los volúmenes que están perfectamente organizadas en partes y subdivididas en múltiples capítulos de gran complejidad y detalle.
La historia de las jovencitas Vivian se ambienta en Abbieannia, reino católico situado en un planeta alrededor del cual orbita la tierra. En ese mundo, los niñosson sometidos a esclavitud y obligados a realizar trabajos forzados; mas, bajo la égida de las Vivian Girls y con la ayuda de unas criaturas llamadas blengins, se rebelarán contra sus opresores los glandelinios (adultos con toga y birrete que se dedican a la explotación y al maltrato infantil). La rebelión llevará a una cruenta guerra entre los dos bandos, un enfrentamiento que algo tiene de guerra santa, puesto que los infantes luchan en la esperanza de que venza el cristianismo. Y no sólo eso, sino que serán sometidos a terrible torturas, persecuciones, masacres y crudelísimos martirios que emulan aquellos de los santos paleocristianos: regueros de figuras evisceradas, crucifixiones y ahorcamientos pueblan las páginas de The Story of the Vivian Girls . Eso sí, sin medias tintas: en esta guerra los niños también luchan, disparan y cercenan.
Pero Darger no se limitó a describir este mundo mediante la palabra, sino que lo recreó en imágenes fantásticas. A través de collages y de dibujos a lápiz, carboncillo y acuarela sobre papel de estraza, inspirados en recortes extraídos de revistas, anuncios publicitarios e imágenes religiosas, Darger puso cara a las niñas Vivian, a los soldados de ambos bandos, a sus generales y oficiales, a los niños salvajemente torturados, dio forma a jardines, ríos y campos de batalla. En definitiva, trazó físicamente el mundo de Abbieannia.
El documental “The realms of the unreal”, dirigido por Jessica Yu en 2004, ofrece fragmentos de su obra escrita, de su producción pictórica, testimonios de sus vecinos, de su autobiografía (The History of my Life). Un hombre silencioso que revolvía en la basura en busca de material gráfico (revistas, periódicos, tebeos): “nadie sabía que hacía arte con eso”, declara una vecina, como si eso elevase su estatus ante el público y ante la ciudadanía. “En misa siempre se sentaba en la primera fila”, “Se sentaba en el último banco para no ser molestado por nadie”, “Se sentaba en el medio”, testimonian aquellos que lo veían ir a misa cada día.
El documental “The realms of the unreal”, dirigido por Jessica Yu en 2004, ofrece fragmentos de su obra escrita, de su producción pictórica, testimonios de sus vecinos, de su autobiografía (The History of my Life). Un hombre silencioso que revolvía en la basura en busca de material gráfico (revistas, periódicos, tebeos): “nadie sabía que hacía arte con eso”, declara una vecina, como si eso elevase su estatus ante el público y ante la ciudadanía. “En misa siempre se sentaba en la primera fila”, “Se sentaba en el último banco para no ser molestado por nadie”, “Se sentaba en el medio”, testimonian aquellos que lo veían ir a misa cada día.
Personalmente me resulta extraño escribir sobre un libro que no podré leer jamás, hurgar en la vida de Darger y sus criaturas, aunque la curiosidad siempre puede más que el escrúpulo, me temo. Sólo espero tener acceso algún día al volumen editado por Bonesteel que, aunque únicamente recoja fragmentos, porporciona acceso de primera mano al material original, y no a las elaboraciones póstumas de segunda, tercera y cuarta generación.
Dudo incluso sobre cómo referirme aella: es una obra, “una cosa hecha o producida por un agente”, como lo es un acueducto, una clepsidra, el motor de una batidora, los engranajes de un reloj, una alfombra persa; pero también es la biografía de Darger (no en vano se incluyó en la historia como el General Darger, defensor de la causa de los niños), un desvarío, una fantasía mastodóntica, un diario inventado, una reinterpretación del mundo. Y es también un algo del que desconozco el nombre, un invento venido del país de Cucaña, de Mu, de Lemuria, de la luna o del fondo del mar.
Muchos académicos tratan a Darger y su trabajo como la obra de un discapacitado psíquico (“mentally ill”), cuya producción se inscribiría en la llamada “outsider art”, también conocido como art brut o art naïve, dependiendo del analista en cuestión; maravilloso contrasentido este, por cierto, que siendo un outsider, la propia creación se pueda encasillar en una etiqueta que acomuna1. The Story of the Vivian Girls, in What is Known as the Realms of the Unreal, of the Glandeco-Angelinian War Storm Caused by the Child Slave Rebellion: uno de los pocos ejemplos en los que el título casi supera a la historia en extensión.
Algunas notas editoriales y bibliográficas
Bonesteel, Michael (ed.). Henry Darger: Art and Selected Writings. New York: Rizzoli, 2000.
MacGregor, John M. Henry Darger: In the Realms of the Unreal. New York: Delano Greenridge Editions, 2002.
Morrison, C. L. The Old Man in the Polka-Dotted Dress: Looking for Henry Darger. New York: Farrar Straus and Giroux, 2005.