Aunque probablemente ya lo eramos hace tiempo si contamos los millones de personas indocumentadas nacidas mayormente en Asia y África (con todas las papeletas para tener una vida esclava y miserable) este lunes se alcanzó oficialmente la cifra de 7.000 millones de personas. Siete mil millones de seres humanos que estamos llevando al planeta a límites nunca alcanzados. Porque nuestra especie nada respeta, todo lo invade y todo lo depreda. Porque para mantener esta descomunal población deforestamos millones de hectáreas de bosques, encerramos en auténticos campos de concentración y sacrificamos diariamente a millones de seres vivos, contaminamos ríos y océanos, agotamos acuíferos y terrenos fértiles, despilfarramos temerariamente ingentes cantidades de recursos, comida, y energía, emitimos millones de toneladas de productos contaminantes a nuestra atmósfera, degradamos ecosistemas, diezmamos y extinguimos especies salvajes irremplazables. Hasta cuándo soportará nuestro planeta este ritmo desmesurado de explotación es la gran pregunta que nos hacemos. En fin, bienvenido a este mundo, pequeño humano siete mil millones (y pico).