Se había cortado su característica melena rizada ante las elevadas temperaturas del circuito indonesio de Sepang, donde hacía tres años se había proclamado campeón de 250 cc. En la segunda vuelta de la carrera de Moto GP, en pleno pique de adelantamientos por la cuarta plaza con Álvaro Bautista y a la salida de la curva 11, Marco Simoncelli perdió el control de su Honda.Intentando evitar la caída, se aferró al manillar con fuerza, lo que le llevó a impactar contra la moto de Colin Edwards y ser atropellado por la de su mentor, vecino y amigo del alma Valentino Rossi. Su casco salió despedido y casi desintegrado en el violento lance, quedando su gran cuerpo tendido en la pista, con los rizos al viento, sin dar señales de una vida que se le escapaba ante el estupor y desesperación de su padre y su novia. No podemos por menos que estremecernos por este siniestro sarcasmo del azar cuyo pesar probablemente atormente a Rossi hasta que muera. Esperemos que pronto lo supere y pueda vivir con ello. Valentino y Marco unidos para siempre en la amistad y la muerte. Ciao, descansa en paz, Marco Simoncelli.
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